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Un comienzo Real

-Edax es como nombramos al prion que encontramos debajo del permafrost en una expedición a la antártica, lo nombramos así ya que significa devorar, algo que, como verán caballeros, es más que apropiado.

El doctor Schules recorría los pasillos de la instalación subterránea gubernamental acompañado de los principales inversionistas de su farmacéutica, estaban ahí para supervisar el progreso que había hecho respecto a una nueva super arma biológica, su cabello castaño estaba petrificado en una solida capa de gel que lo hacia parecer mas como un casco, sus lentes de marco rectangular y sus cejas pobladas no le daban el aspecto mas intimidante, sin embargo todo cambiaba cuando lo veías a los ojos, su mirada tenía un aire de inteligencia maligna que hacía que un escalofrío recorriera a quien lo mirara a los ojos, mientras llegaban al auditorio donde tenía preparada la demostración Schules continuaba hablando.

-Actualmente el virus se propaga por todos los medios, sin embargo estamos trabajando en modificarlo para que solo se propague por aire las primeras veinticuatro horas y posteriormente solo pueda transmitirse mediante el contacto, su incubación varía dependiendo del sujeto y el medio, cuando se propaga por contacto esta se incuba en aproximadamente de veinte a sesenta segundos y cuando es por aire puede tardar de una hasta doce horas, estamos experimentando con todo tipo de sujetos que podemos conseguir, condenados a muerte, psicópatas, ex-soldados, civiles, afortunadamente este país nos permite experimentar con tantos sujetos siempre y cuando tengamos suficiente dinero. Uno de los hombres que lo seguían lo interrumpió, Por su aspecto parecía ser alguien importante de medio oriente.

-Que hay de la tasa de infección, ¿Qué tan probable es que una persona se contagie, Hay alguna cura?.

Schules se paró en seco, si había algo que lo molestaba, era el ser interrumpido, los hombres que lo seguían también se detuvieron, respiro hondo, pensó en la pistola que guardaba en su bata de laboratorio y las ganas que tenia de pegarle un tiro al hombre que lo interrumpió, tragó saliva, tenía que contener sus impulsos, una sonrisa se formo en su maquiavélica mirada, se dio media vuelta y le respondió a aquel hombre con una cara de fría felicidad, sus palabras, calculadas al dedillo, eran como un cuchillo cortando carne.

-El... prion, es tan letal... que si cien personas lo inhalaran, noventa lo llevarían a sus casas... Después de unas horas... después de haber viajado un largo camino, sentirían una terrible sed, intentarían aplacarla sin éxito... presentarían una gran fiebre y algunas horas después su corazón se detendría, el prion... es tan inteligente que sabe cuando despertar, si una persona se acerca lo suficiente...¡Bum! reanima al muerto y ataca directo al cuello, infectando a quien muerde, desatando el caos y esparciendo la infección. La mueca retorcida que expresaba su cara se volvió seria, Ya se había desquitado con tipo que lo interrumpió, ver su cara de terror le daba un placer extático, se dio media vuelta y continuó caminando mientras hablaba.

-Respecto a una cura, actualmente no hay una manera de revertir el proceso una vez que alguien ha sido mordido, sin embargo pudimos crear una proteína que, al ser ingerida evita temporalmente la infección por vía aérea.-

 Schules no tenía que mirar atrás para ver los símbolos de dinero dibujarse en los ojos de sus inversionistas, se detuvo frente a una puerta de acero imponente, al otro lado se encontraba la habitación donde hacían las pruebas con el Edax, deslizó su tarjeta de acceso y, después de un pitido la pesada puerta se abrió emitiendo un sonido estéril.

Una vez en la sala, Schules y los inversionistas podían ver, a través de un cristal blindado, las pruebas que se realizaban el los sujetos, los zombis se intentaban liberarse de sus arneses en cuanto sentían que alguno de los investigadores pasaba a su lado, todos menos uno, entre los ruidos de los infectados, en medio del ajetreo de los científicos que realizaban pruebas, un solo paciente permanecía inerte en su camilla, sujeto de pies, manos y cabeza, un hombre pálido, de aproximadamente treinta años yacía sin mover un solo musculo, conectado  a su cabeza rapada, unos electrodos monitoreaban su actividad cerebral, nula, si no fuera por la delgada capa de moco transparente que cubría su piel, los investigadores pensarían que estaba muerto, hacía ya una semana que el paciente "Z3 R0" permanecía en ese estado, cuando fue llevado ahí, exhibía los síntomas de la rabia, sin embargo en cuanto lo llevaron a la cámara de gas para administrarle el prion, sus signos vitales se volvieron nulos, pensaron en desecharlo pero Schules tenía una corazonada, experimentaron individualmente por unos días pero al no obtener respuestas claras lo pusieron el la sala de pruebas general, el investigador en jefe comenzaba a pensar que se había equivocado al no desecharlo, en la habitación segura Schules continuaba su presentación sobre las instalaciones y lo importante que era el apoyo (dinero) de los inversionistas.

-Como verán, en la sala frente a ustedes estamos faltos de espacio, necesitamos expandir el laboratorio para hacer avances, ni una sola de las camas se desperdicia, y todos los investigadores trabajan arduamente para cumplir los objetivos del programa.

-Como se atreve a decir que no hay espacio, yo veo una de las camas vacías. La interrupción de uno de los hombres causo que una vena se marcará en el cuello del doctor, su mano toco instintivamente la pistola, respiro hondo.

-Tal vez sea una equivocación caballero, le puedo asegurar que yo mismo revise esta mañana...-

Un grito de terror se escucho a través del cristal, el paciente "Z3 R0" sostenía con una mano a uno de los investigadores, el hombre que había presenciado tal acto grito como soprano al percatarse de lo que eso significaba, toda la sala sería purgada, nadie saldría de ese lugar con vida, una mujer de ascendencia asiática corrió hacia una de las paredes y tiró de la alarma de emergencia, sabía que no podría salir de ahí con vida, pero al menos debía de asegurarse que no ocurriera una brecha, el pánico no alcanzaba la sala de vigilancia, Shules tenía plena confianza en la capacidad de las instalaciones para contener la infección (prender todo en llamas), su cara al escuchar el cristal reforzado romperse y ver como una bola de fuego se abalanzó hacia uno de sus sacos andantes de dinero es algo que horrorizaría a la persona mas valiente, no tenía ningún sentido, ningún infectado podría haber sido capaz de hacer eso. El pobre hombre estaba en shock, su lado primitivo le gritaba que saliera de ahí, pero su curiosidad se preguntaba como había sido capaz el espécimen de tal proeza, ignoraba que la enfermedad con la que llegó el paciente no era rabia, de hecho distaba mucho de ser una enfermedad conocida por el hombre, no sabía que por las venas del paciente, además del Edax, corría sangre de Vampiro.