¿Realmente era necesario?

10 1 0
                                    

Me desperté a las cuatro de la mañana como todos los días, con el corazón roto no tenía ganas de ejercitar, nadie sabía aun lo de mi ruptura con Alda, planeaba mantenerlo así hasta el lunes, cuando la viera le preguntaría por todo, necesitaba una explicación al menos, si todo lo nuestro iba a terminar, necesitaba saber cual había sido mi error, al menos el día anterior había hecho el trabajo de adornar la casa, podía tomarme el día libre.

-Gabriel, ¿Estas enfermo? no has salido de tu habitación en todo el día.-La voz de mi hermana me despertó de mi sueño, mi estomago me recordó que no había comido en todo el día, no quería levantarme aún.

-No me siento de animo hoy, ¿Podrías solo dejarme algo de comida debajo de la puerta por favor?-

-Bueno, podría hacer eso, ayer compraste demasiada comida para una fiesta tan pequeña, sin contar que también arreglaste entregas de comida a domicilio, ¿Porqué siempre planeas todo de antemano?-Tori se estaba riendo de mi, no tenía ánimos para discutir con ella sobre mi obsesión por resolver todo de antemano.

-Vamos Tori, ¿Podrías no hacer esto solo por hoy? No estoy del mejor humor para discutir.- Salgo de la cama pensando en que mi hermana insistirá en que vaya a saludar a nuestros parientes, me pongo lo primero que encuentro en mi ropero, no tengo el animo para pensar en si mi ropa combina o no, aun sin abrochar mi pantalón mojo mi cabello mientras veo que se me empiezan a ver las raíces castañas.

-Bueno, si no te sientes muy bien no insistiré mas, después de todo, aunque toda la familia este aquí para su fiesta, papá insiste en que no saldrá de su sótano a menos que alguien muera, su humor es tan tétrico como siempre, ah por cierto, Alda está aquí, pregunta por ti, ¿Qué le...?-

Mi hermana no pudo terminar la oración, salí de mi habitación tan rápido como me fue posible, aún estaba abrochando mis pantalones mientras peinaba mi cabello húmedo, escuché a mi hermana partirse de risa mientras me decía que mi novia me esperaba en la entrada, mi familia lucía sorprendida, mi cuarto era la única habitación en la planta baja, al salir de el las personas de la sala podían verme, giré a la derecha y llegué a la puerta principal, abrí la puerta, Alda lucía... diferente, su cabello, negro como la noche ya no era lacio, parecía vivo, humeando en curvas que le llegaban a la cintura, su piel, antes ligeramente bronceada ahora lucía cadavéricamente pálida, sus labios, de un rojo carmesí parecían llamarme, quería acercarme a ella pero su sola visión me paralizo, era lo mas bello que mis ojos habían visto, un dolor emocional en mi pecho amenazaba con mojar mis ojos, me tomó de la mano y me llevó a la parte lateral de la casa, donde la iluminación era menor, paramos al lado de una ventana que daba a mi cuarto, a veces pensaba en usarla para dejar la casa sin ser visto pero nunca fue realmente necesario, después de todo era el mas responsable de mi familia, Alda se acercó a mi y comenzó a besarme, no me resistí pese a estar confundido con lo que pasó el día anterior, tenía tantas preguntas que hacerle, pero era imposible resistirme a ella, la necesitaba.

Después de un momento reuní la fuerza de voluntad suficiente para preguntarle entre respiros por su mensaje, paró en seco y me miro a los ojos, juraría que estos eran de un color rojizo.

-Me tengo que ir Gabriel, el mundo tal y como lo conoces está a punto de cambiar, intenté alejarte de mi, pero te amo demasiado como para abandonarte ante una calamidad como la que se avecina- Todo lo que me decía sonaba muy confuso- me están buscando, logré alejarlos por un tiempo pero no tardarán en encontrarme, antes de que tenga que volver tomé la decisión de darte un regalo de despedida, algo para aumentar tus posibilidades de sobrevivir, por favor no mueras mi cielo-

-Alda por favor necesito mas que eso, necesito que me digas que está pasando, fui a tu casa pero no había nadie- Ella no respondió, vi como se mordió el labio, un hilo de sangre amarillenta brotó, la poca iluminación debía estar jugando con mis sentidos, se acerco a mi y volvió a besarme, un sabor metálico lleno mi boca, sentí un pinchazo en el labio superior, Alda me había mordido, su aroma me lleno, no podía resistirme a ella, continuamos besándonos hasta que ella se separó.

-Me tengo que ir, están cerca, por favor sobrevive Gabriel, estos años que pasé contigo son algo que atesoraré, adiós mi sol -Intenté tomar su mano pero ella se deslizo fuera de mi agarre, fui a dar un paso pero un dolor en mi pecho me detuvo, fui a apoyarme contra la pared, sentía nauseas, veía borroso, Alda se había ido, llevándose con ella mi corazón, sentí mi mente oscilar entre estar consiente o dormido, haciendo acopio de la poca fuerza que me quedaba logre llegar a la puerta principal, la cabeza me estaba matando, comenzaba a oír susurros, en cuanto vi a mi hermana abrir la puerta no pude luchar mas y me sumí en un sueño mortal, pensando en como la ultima vez que había visto el rostro de mi amada no había podido hacer nada para limpiar sus lagrimas.

VcZ ReWhere stories live. Discover now