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Ningún pilar en la tierra antes se había encontrado y menos luchado con dos lunas superiores al mismo tiempo, o por lo menos, ninguno que haya sido recordado por sobrevivir.

El viento cada vez era más fuerte y kyojuro estaba sujetando al mayor quien se encontraba un poco aturdido, sin duda sanemi planeaba seguir peleando hasta el final, pero con kyojuro allí ahora tendría otra preocupación más, los ojos de la luna superior número tres se posaron en el rubio menor y se pudo ver una pequeña parte de su cuerpo antes de que brincara elevándose nuevamente, la luna superior dos simplemente se quedo allí sonriendo mientras su rostro empezaba a descubrirse, pero para su sorpresa también desapareció luego de unos momentos, los sentidos de ambos se dispararon en ese instante, buscaban desesperadamente con la mirada puesto que podían atacar en cualquier momento, sin embargo todo se tornó silencioso de un momento a otro, kyojuro tragó saliva y sujeto a sanemi quien tosía levemente

¡¿Que paso?! - pregunto preocupado el menor mientras veía al peli blanco totalmente ensangrentado

Ellos solo- - intento decir el mayor antes de sentir su rostro ser impactado por un estruendoso puño que lo mando a volar, los cabellos de kyojuro volaron y no pudo sostener a sanemi, volteó su mirada solo para recibir una helada briza que lo lanzó hasta una casa provocándole varias heridas en todas partes, sus oídos chillaban y todo se veía borroso, solo pudo ver dos cuerpos descender del cielo y caminar hacia ellos en sintonía, pudo ver de reojo unos extraños ojos dorados en una cara llena de líneas azules antes de cerrar sus ojos de dolor, no sabía que estaba pasando ni como había empezado, pero necesitaba recuperar la conciencia rápidamente, después de todo su cuerpo solo sentía muerte inminente

-- lo que pasó hace una noche --

Se escuchaban pasos molestos sobre el techo de una ciudad ya pasados las doce de la noche, un peli rosa con la cabeza a punto de estallar estaba descargando su furia maldiciendo aquella vida que le impedía amar de nuevo, akaza maldecia a nadie más que así mismo por aceptar y llevar esa vida tantos años, aunque una parte de él la cual quería justificar sus acciones pensaba que kyojuro estaba exagerando y si tan solo se mantenía obediente sería maravilloso, pero eso apagaria toda la ardiente pasión del menor, toda aquella pasión que le encantaba. Sin duda era una fortuna que kyojuro no supiera su verdadera identidad o estaría jodido, el rengoku jamás aceptaría al mismo demonio que lo atacó en aquel tren

¿Te rompieron el corazón acaso? - pronunció una irritante y sonriente voz mientras aparecía de la nada mirando al contrario con esos coloridos y amenazantes ojos

Te importa una mierda, desaparece - contesto secamente el mayor de los demonios (akaza es mayor en edad)

El menor demonio sonrió de oreja a oreja y pronunció burlonamente - me importa más de lo que te imaginas - después de eso río con satisfacción al ver el ceño fruncido del contrario - sabes, el jefe me mandó a desacerme de tu distracción - hablo mientras akaza se paraba de golpe y lo miraba con los ojos totalmente asustados, no por douma, sí no por la aterradora presencia de muzan en la conversación, tenía por seguro que ninguno de los dos sabían que el humano con el que estaba era kyojuro, pero si lo descubrían estaba perdido, por esa razón no podía volver a encontrarse con él nunca más

Quizás si se lo pides te permita el capricho akaza-san - parloteo el contrario tapando su boca con el abanico en su mano inocentemente

Sólo desaparece de mi vista - gruñó el mayor mirando con el más terrorífico desprecio al demonio que lo enfrentaba

¿No me dirás quien es verdad? - sonrió douma para voltear la mirada - aunque no será necesario - susurro mientras de reojo miraba la reacción de akaza

Demonios de media noche°Onde histórias criam vida. Descubra agora