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| Al día siguiente |

El sol estaba ocultandose rápidamente mientras rengoku partía de su casa para cumplir una misión de bajo rango, se suponía que enfrentaría a un demonio común y corriente así que no habría problema alguna en cumplirla, bostezo mientras caminaba lejanamente y se pregunto si esta noche no podría ver a su "amante" el demonio que lo visitaba cada noche, muy probablemente llegaría y al no verlo se iría nuevamente, tal vez se molestaría un poco, pero no podía rechazar una misión así porque sí, aunque quisiera verlo y estar entre sus brazos debía cumplir su rol como pilar antes que nada

Después de caminar durante horas finalmente llegó al lugar, se podría decir que eran como las once de la noche en esos momentos o tal vez ya eran las doce así que debía apresurarse para acabar rápidamente,  suspiro comenzando a concentrarse para detectar la presencia del demonio y abrió sus ojos asustado cuando reconoció esa presencia aterradora, bajo su mirada y comenzo a moverla buscando desesperadamente el cuerpo, no sabía que hacia allí, pero podía saber que era el mismo demonio que lo visitaba todas las noches

Camino un poco por el lugar siguiendo la presencia, pero era tan escurridiza que se confundía demasiado, respiró para calmarse y sacar esos pensamientos de su mente para poder seguir buscando, el lugar era sumamente solitario y apestoso puesto que acababa de ocurrir una masacre a toda una familia allí, solo las mujeres habían sobrevivido y aún así nunca pudieron describir al demonio que los atacó, estaban demasiado asustadas y nisiquiera habían visto su cara, escucho algo quebrarse y miro rápidamente quedandose en silencio por unos momentos, camino lentamente hacia el lugar para inspeccionarlo de cerca, pero nuevamente no se encontro con nada ya que solo había oscuridad allí, sintió un escalofrío en su espalda y se volteo asustado mirando a la nada nuevamente

Akaza: ¿Me buscas?

El menor sintió un gran bulto en su espalda y sus ojos fueron cubiertos bruscamente por una mano totalmente fría que lo cegaba totalmente, kyojuro soltó una gota de sudor y tragó saliva, sentía la presencia de un demonio, pero reconocía esa voz a kilómetros de distancia, aún no entendía que hacia allí y la única razón coherente en su mente era sumamente dolorosa así que no quería creerla, aún así no podía asumir por su propia cuenta así que lo mejor sería hablar

Kyojuro: ¿Tu eres el demonio que hizo una masacre aquí?

Akaza: N-no........

Kyojuro: ¡No mientas!

Akaza: ¡¿Y que quería?! ¡Soy un demonio es lo que hago!

La cruda realidad le pegó duramente a rengoku, ciertamente esa persona era un demonio el cual amaba comer humanos como cualquier otro y era su culpa el no haberlo asesinado desde la primera vez que lo vio, una vena de apareció en su rostro y balanzeo su espada volteandose con un fuerte giro directo hacia la cabeza del demonio, akaza reacciomo rápidamente y desapareció del lugar levantando un poco de polvo al hacerlo, no quería dejarse ver por kyojuro y tampoco quería pelear con él, pero el mayor estaba más que enojado en ese momento

Kyojuro: ¡SAL COBARDE! ¡ASESINASTE A TODAS ESAS PERSONAS! ¡TE BURLASTE DE MI!

Akaza: No me burle de tí, yo te quiero kyojuro

Kyojuro: ¡¿Como te atreves a decir eso bastardo?! ¡Debí matarte la primera vez que te ví!

La espada de kyojuro le fue arrebatada de sus manos y akaza lo inmovilizo en un movimiento rápido, apretó sus dos manos contra su espalda y obligó al menor a quedarse quieto mientras forcejeaba levemente, aventó la espada contraria lo más lejos que pudo y abrazo por detrás al menor quien arrugó su nariz intentando no dejarse convencer nuevamente, se sentía tan bien estando con él que su mente se engañaba por sí sola

Akaza: No digas eso....

Kyojuro: S-suéltame maldito

Akaza: Tu no podrías hacerme dañó

Kyojuro: ¡¿Que te hace estar tan seguro?!

Akaza: Tus sentimientos hacia mí

Akaza se pegó aún más al menor y comenzó a besar su cuello ganado un sonrojo de este, kyojuro no podía perdonarlo tan fácilmente por asesinar a esas personas, pero tampoco podía ignorar sus sentimientos los cuales querían lanzarse a sus brazos, dejo de forcejear y akaza soltó sus manos al ver su espíritu totalmente calmado en ese momento, sus manos se paseron por su cuerpo para sentir la suavidad de sus curvas y hacer sentir bien el menor, kyojuro se sentía tan bien cuando el lo tocaba, cuando lo besaba, cuando simplemente estaba a su lado y le susurraba, todo eso lo hacía sentir tan cómodo y amado que olvidó por un momento que se trataba de un demonio come hombres el cual tenía que desaparecer del mundo, pero no debía ignorar la realidad, él era un demonio asesino y un cazador jamás podría estar a su lado, debía terminarlo por su orgullo como persona y por su orgullo como pilar de la llama

Kyojuro: Suéltame......

Akaza: ¿Por qué?

Kyojuro: No quiero volver a verte

El menor le dió un manotazo al contrario y comenzó a caminar sin voltear a verlo, sentia que se desboronaba con cada paso, pero no retrocederia ese día, esa persona había hecho algo imperdonable y tenía que dejarlo ir de cualquier modo, akaza desaparecido entre las sombras con un nudo en la garganta y su estómago revuelto

Kyojuro se sintió horrible al llegar a su casa y nisiquiera saludo a nadie, solo se encerró en su habitación sin dejar pasar a ninguna persona a ella, no quería nisiquiera comer algo antes de dormirse, solo quería cerrar sus ojos y olvidarse de todo lo que había pasado entre ellos, quería olvidar la existencia de aquel demonio del cual nisiquiera conocía su rostro, solo conocía su ronca voz, su peligrosa presencia, sus músculos brazos y sus roñosos dedos, podía recordar perfectamente las sensaciones que sentía cuando el estaba a su lado y eso le provocaba ganas de llorar intensamente, se tapo con las sábanas y se encogió en la cama intentando despejar su mente por completo, mañana sería un nuevo día y tal vez sería mejor

Demonios de media noche°Where stories live. Discover now