20°

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Akaza sintió un lindo olor en sus narices y se removio levantándose, sintió un bulto pezado sobre él y frunció el ceño abriendo sus ojos para ver qué estaba pasando

Miro que estaba abranzado a senjuro mientras esté tenía sus manos puestas en su pecho reconchandose de este totalmente dormido, miro más abajo y senjuro tenía su pierna encima de él rodeándolo, gracias a esto la tela que cubría su pierna se había enrollado y la tenía totalmente desnuda encima de akaza, el mayor le pareció un poco regordeta a comparación de las demás partes de su cuerpo, sí senjuro fuera alguien a quien devoraría su pierna sería suficiente para dejarlo con el estómago lleno por un día entero

Sin pensarlo mucho bajo su mano y hundió su dedo en la pierna del menor sintiendo lo suave que está era, la agarró bruscamente con su mano y apretó su pierna asombrandose con lo grande que era en realidad, sí en ese momento agarraba un cuchillo y comenzaban a rebanarla para hacer unos filetes, sacaría por lo menos un kilo y medio de cada pierna o tal vez más, sin darse cuenta estaba apretándo la pierna del menor mientras se imaginaba en que tantos platillos podría cocinarla

Akaza-san - murmuró una suave voz desde su pecho llamando su atención, akaza bajo su mirada y se encontró con un avergonzado menor totalmente sonrojado debajo de él - anoche dijiste que no me imaginara cosas, pero puedo preguntar ¿por qué estás masajeando mi pierna mientras la miras así? -  pregunto totalmente nervioso, había sentido un leve apretón en su pierna, pero no sé imagino que se trataba del demonio

Akaza lo miro dándose cuenta de lo mal que se podía malinterpretar la situación, sin embargo, no quito su mano y siguió masajeando su pierna mientras la veía, estaba más concentrado en imaginarse en que comidas podría convertirla - estaba pensando que la carne de tu pierna es suficiente para hacer una buena barbacoa, tu brazo es un poco flaco, pero valdría la pena cortarte las piernas - le respondió mientras golpeaba levemente su pierna haciendo rebotar su piel - es jugosa - mencionó riendo mientras volteaba a verlo con una sonrisa

Senjuro lo miro recargado de su pecho y quito su mirada un poco pensativo - no soy una carne de mercado akaza-san, no puedes hacerme estofado - le dijo mientras hacía un puchero un poco molesto, akaza solo lo veía como comida, y aunque eso fuera lo normal el no era una carne clasificada que podía comer cuando deseara

Disculpame, creo que solo tengo hambre - contesto akaza mientras soltaba su pierna dejando de molestarlo

Una pregunta curiosa llegó a la mente de senjuro cuando akaza mencionó su hambre, una que deseaba hacer desde hace mucho - ¿realmente te gusta la carne de humano? - pregunto mientras miraba antentamente al mayor quien sonreía

Para nosotros la carne de humano es como tú comida favorita, una vez que la probamos no podemos resistirnos a ella y terminamos comiendo de más - contesto akaza claramente mientras miraba como senjuro analizaba la comparación, el menor suspiró profundamente y se recostó nuevamente - tengo que ir a comer - murmuró akaza levantándolo otra vez para moverse

Oh, está bien - le respondió senjuro mientras bajaba su pierna dejando de rodearlo para dejarlo salir de la cama

Akaza se levantó tronando sus huesos y lo tapó para dejarlo dormir - descansa bien, está noche no era tan fácil - mencionó akaza refiriéndose al entrenamiento con kokushibo, senjuro asintió y akaza salió de la habitación para buscar unos cuantos filetes por allí, seguramente era de día por lo que no podría salir, pero iría en cuanto se viera oscuro el cielo indicando la noche

Senjuro se lleno de peluches y se dispuso a dormirse en ese lugar, esperaría que akaza lo levantara para entrenar, bajo su mirada y tocó su pierna recordando como la acariciaba akaza, le daba un poco de miedo que no pudiera contenerse y le cortará su pierna para asarla, pero también tenía confianza en que no lo haría, aunque al verlo la primera vez la situación se veía demasiado mal, parecía un pervertido o algo así, pero sabía que akaza no tenía ese tipo de pensamientos con él, estaba demasiado enamorado de su hermano

Demonios de media noche°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora