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—Mujer, hazlo sufrir.
—Claro que lo haré, sin besos ni abrazos hasta la boda.
—Jasper, más vale que escojan pronto la fecha de su boda.
Reí despidiendome de la pareja viendo cómo desaparecían por el bosque, antes de poder decir algo más, Renesmee se separó de Bella para venir hacia nosotros.
Una sonrisa se formó en mi rostro cuando la niña coloco su mano en nuestras mejillas mostrándonos imágenes de todos juntos caminando en el bosque. Mi favorita había sido verme en la espalda de Jasper mientras reíamos.
—Ya no hay peligro, Ness.
Besé la frente de mi sobrina para que se fuera corriendo a los brazos de Bella la cual nos observaba con una gran sonrisa.
Antes de que Jasper pudiera dejar un beso en mis labios, me aleje rápidamente de este para entrar a la casa Cullen.
—¿Acaso no era broma?
—Por supuesto que no, rubio. Tendrás que esperar a la boda—señale sentandome a lado de Alice la cual se estaba encargando de buscar una buena decoración.
—¿No hay otro modo? Te llevo a cazar, te busco un puma, lo que quieras pero no me hagas eso—rogó mientras todos lo observaban riendo.
—Hasta la boda, Jasper—ordene comenzando a ver las opciones que me mostraba Alice—¿Empezamos a ver la fecha?
Las mujeres en la sala comenzaron a reír cuando el rubio abandono el lugar haciendo berrinche como si de un niño de tratara. Mi tarde se basó en escuchar hablar a Alice sobre cómo decorar, Rosalie explicando sobre el peinado y Esme el vestido. Nadie dijo que casarse era fácil.
—Volvimos, ¿Alguien sabe por qué Jasper tiro tantos árboles?
—Estaba haciendo berrinche por ________—explicó Alice sin dejar de mirar aquellas revistas.
—Iré a verlo, no quiero quedarme sin boda.
Camine hacia mi casa logrando divisar al rubio en el balcón, tomé impulso para subir e ir a sentarme sobre su regazo.
—Hey, quiero mostrarte algo.
—¿Me vas a mostrar como no me vas a besar por casi dos meses?
—Algo más lindo, de hecho—susurre acomodando su cabello.
Cerré mis ojos pensando en las imágenes que quería mostrarles, al abrir mis ojos sonreí ante la mirada de mi prometido.
—¿Que fue eso? ¿Puedo verlo otra vez?—pregunto acariciando mi mejilla.
