12. Capitulo 11: Disgusto

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   Retuvo una sonrisa burlona mientras que con el marcador escribía el último número de esa ecuación, miro a la profesora, ella le miraba incrédula, en parte la entendía, esa ecuación era de nivel universitario, no se supone que un niño normal pueda resolverlo, pero por otra parte tenía unas enormes ganas de reírse en su cara ¡Él era Trunks Brief! Hijo de la mejor científica de todo el mundo, obviamente podría con eso, la jugada le salió mal a esa mujer, quien le había parado para que resolviera ejercicio tras ejercicio cada vez más difícil, claro que pudo quejarse diciendo que los ejercicios ya eran de otro nivel que no era de ese año y la profesora forzosamente hubiera tenido que disculparse y cambiar los ejercicios para alguien de su edad, pero él había aceptado de manera silenciosa el reto y lo superó con creces. Miro a Goten, le miraba con una sonrisa apenada, sabía que no le gustaba que él se mostrará de esa manera en la escuela ¡Pero no era culpa suya! Ellos le enojaban y desde que su padre lo había defendido de esa mujer y cubierto con su madre decidió que podía mostrarse un poco burlón con ellos (cosa que le encantaba), solo lo suficiente para que pudiera reírse en secreto. Miro de nuevo a la mujer que le miraba con enojo, supo a través de rumores que después de irse con su padre, había ido a quejarse con el director y no había conseguido nada más que un regaño por tratarlo a él de esa manera, incluso el director hablo a solas con él y le ofreció que la profesora le diera una disculpa a cambio de no decirle nada a su madre, pero él lo negó con una sonrisa inocente diciendo que no era necesario mientras que se reía por dentro, su madre una vez le dijo que había heredado la mala maña de su padre de burlarse del sufrimiento ajeno y ahora aceptaba que tal vez tenía razón.

- yo aprendí esas cosas a los 10 años - murmuró por bajo para que solo la mujer escuchará y supo que funcionó cuando vio en sus ojos irá contenida, esa mujer tenía que esforzarse más si quería humillarlo. Dejo el marcador en el escritorio y camino a su puesto ignorando todas las miradas menos una, se sentó al lado de su mejor amigo y le dió una gran sonrisa natural, lo admitía, se sentía feliz, ni siquiera le importó que estaba en la escuela y que cualquiera pudiera verlo, Goten le devolvió la sonrisa y ambos de manera simultánea miraron el reloj que había allí, faltaba menos de 15 minutos para irse, tenían que correr para llegar a la Corporación Cápsula e ir al torneo, porque si, sabía que era un torneo, a su madre se le había escapado decirlo mientras que él estaba presente y se había sentido un poco tonto por creerse el cuento del picnic espacial, pidió participar en el torneo, pero su madre le dijo que los encargados de elegir a los participantes eran su padre y el señor Goku, y ellos ya se habían ido a la habitación del tiempo y saldrían en tres días, se había decepcionado por no poder participar y al final le había dicho la verdad a Goten, ambos llegando a la conclusión de no decirle nada a la madre del híbrido de cabellos negros, porque sino estaban seguros que se enojaría y no los dejaría ir.

    En cuanto el timbre sonó corrieron a baja velocidad en dirección a la puerta con sus mochilas en mano, corrían por los pasillos hasta que vieron a Marón corriendo a su máxima velocidad en dirección a ellos, no dudaron y la tomaron de las manos para que corriera con ellos bajando considerablemente la velocidad para que ella no tropezara, pararon en frente de los vestuarios masculinos de su año.

- esperanos aquí Marón - le pidió Goten entrando dejando a la niña en la puerta, escucharon un "está bien" entre risas por parte de la rubia, ella siempre se divertía mientras que estaba con ellos. Corrieron hasta sus casilleros donde tenían sus trajes de entrenamiento que habían dejado esa misma mañana allí, sabían que no iban a pelear, pero aún así no perdían la esperanza de que al menos pudieran tener una pequeña lucha, a diferencia de sus padres la vida de ellos no eran enteramente las peleas, pero si era algo que disfrutaban como pasatiempo y entretenimiento.

- Trunks... - murmuró su nombre después de forcejear unos segundos con su casillero, no podía abrirlo, podía emplear más fuerza, pero temia romperlo, porque esas cosas siempre se abrían de manera muy fácil y no sabía cuánta fuerza resistía.

Es nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora