7. Miradas indiscretas

40 4 6
                                    

Severus sentía que no estaba disfrutando, en su plenitud, la oportunidad que le estaba brindando la vida en aquel momento. Todo el colegio parecía odiar a Potter.

Desde el instante donde el nombre del retoño de James había sido expulsado por el cáliz, aquellos que parecían tener una predilección nata por él se habían vuelto en su contra. Lo veían como el tramposo que era. Hasta su fiel amigo Weasley, su perro faldero, parecía desencantado con él. Chapas que apoyaban a Cedric Diggory brillaban por todo el castillo, solo para cambiar a su ya célebre consigna de "Potter apesta".

Snape no podía reprimir una sonrisa maliciosa cuando se encontraba ante un mar de chapas brillando en intenso verdor.

Pero Potter volvía a ser comidilla de los medios, Rita Skeeter se había encargado de ello. Historias lacrimógenas y heroicas del muy bastardo. Perfectamente ridículas.

Habían tenido que llegar Sol para desencantarle.

- ¿Quién se creería algo así, verdad? - dijo la joven al ver que Snape estaba leyendo el profeta - Skeeter es súper sensacionalista. A veces me leo sus artículos para reírme un rato. Las mentiras y las exageraciones se le pillan al vuelo.

- ¿Querías algo? - le preguntó de mal humor.

Snape estaba desayunando plácidamente. Era un desayuno plácido porque, entre otras cosas, el profesor sabía que la bruja nunca bajaba a comer al gran comedor. Era una zona libre de Sol, entre otros individuos.

- La verdad es que si. Tengo que cancelar la clase hasta nuevo aviso. Me temo que los preparativos de la prueba están costando mucho más de lo que parecía sobre papel. Voy a tener que moverme demasiado como para fijar un hueco libre en mi agenda por ahora. Ni siquiera voy a poder seguir con mi investigación...

- Muy bien - le cortó Snape queriendo poner fin a aquella conversación cuanto antes - Lo movemos a la semana que viene.

- No, oye, no se si podré tampoco la semana próxima. No tengo un horario fijo ahora mismo.

- Pues procurará tenerlo si quiere adaptarse al mío. En dos semanas a la misma hora. Ahora sí me disculpás.

Snape había vuelto a su artículo, pero era demasiado tarde, aunque sabía que Skeeter era prensa rosa, ahora no podía quitarse el filtro crítico que había expresado la joven. Todo le parecía absurdamente grandilocuente y exagerado. Sol se lo había estropeado.

Si aquello hubiera quedado ahí, pero no. Sol tuvo la desfachatez de cancelar su clase una segunda vez.

- Vaya - dijo Snape de forma ácida al oirlo - parece que no tiene sentido alguno de la responsabilidad. No sabe lo que es comprometerse. ¿Se supone que esto es algún tipo de juego? Ahora quiero que me ayudes, ahora no... Vamos a jugar con el tiempo y la paciencia de Snape. Un comportamiento digno de una mente caprichosa y poco organizada. Diría que me sorprende, pero mentiría.

- Oye, tío, que estoy trabajando. - dijo algo alterada - No hago esto por gusto.

"Tío". Quién se creía ella para hablarle así.

- A mi me habla con más respeto. - Le siseó Snape a Sol.

El profesor pudo ver cómo la ira tomaba posesión del ánimo y el ímpetu de la joven. Se podía leer en su rostro.

- A mí - dijo con furia contenida tras sus palabras - me tratas con más respeto, Snape. Creo que yo he sido suficientemente adecuada, dada la situación. Te he avisado desde un primer momento. Te dije de contactar cuando tuviera disponibilidad pero no, tú tenías otros planes. De verdad pretendes que entre Rumanía y...

El Vacio (Snape fanfic) Where stories live. Discover now