6. Su sonrisa

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El hecho de haberle declarado mis sentimientos, y que ella no arrancara del susto o pusiera barreras entre nosotros, me hizo sentir más cómodo. Ya no tenía temor a nada, por lo que me mostré tal cual soy, me relajé y dejé fluir mis sentimientos, siempre y cuando, estos no le afectasen a ella. Quería que ambos nos sintiésemos cómodos con la compañía del otro, y al parecer, eso estaba funcionando.

_______, me siguió el juego del noviazgo de "jardín de infantes". Lo que más me agradaba de ello, era que ______, realmente había aceptado jugarlo, y también me estaba tratando como a su novio, lamentablemente, sin la cercanía de una relación de adultos, pero sí, manifestándonos cariño a través del tacto.

Abrazarla o besarle la mejilla, y ver la reacción que tenía con esos gestos, se estaban convirtiendo en mi pasatiempo preferido. Ver que mis demostraciones de afecto producían, de forma inmediata, una sonrisa en sus labios, compensaba el hecho de tener que vivirla desde la "distancia cercana" que significaba nuestra relación.

***

Partió octubre un día viernes. Este mes siempre me ponía contento. Era el mes de mi cumpleaños, así que, por lo general, me llenaba de vitalidad y ánimo. Me recordaba que había llegado a este mundo para ser feliz y cumplir mis sueños, y hasta ahora, a mis 30 años, los estaba haciendo realidad y con creces.

Esa mañana del viernes primero, estuvimos en una reunión de equipo en el salón de conferencias. Como siempre, las duplas nos sentamos uno al lado del otro, eso ya era costumbre; sobre todo, para aquellos que habían desarrollado sentimientos por su compañero, como era el caso de Hee Chul y Momo. Lo de ambos, era un secreto, pero todos sabíamos que había algo más. - Era tan evidente, que llegaba a dar risa. - A momentos me preguntaba si yo me veía igual de baboso que mi compañero de equipo. - Hee Chul desde el segundo 1 que vio a Momo se deslumbró con su belleza, al igual como me había pasado a mí con, ______. Con la diferencia que yo era un poco menos evidente que mi colega-, eso espero.

En la reunión se hablaron muchos asuntos, se pactaron fechas, se llegaron a acuerdos, entre otras cosas. Por lo que resultó productiva e interesante. Lamentablemente, nos hicieron aterrizar y darnos cuenta del poco tiempo que nos quedaba de trabajo en Corea- Confieso que escuchar eso, me afectó por un par de segundos. - Pero como mi filosofía era vivir el momento, no dejé que esa proyección me complicara y volví a agradecer el estar en ese lugar y con esas personas. Ellas eran mi presente, y eso era lo único que importaba, sobre todo la hermosa mujer sentada a mi lado. _______, era lo único que importaba, ella era mi aquí y mi ahora.

***

El 7 de octubre, muy temprano por la mañana, recibí un llamado telefónico de mi madre, quién, como siempre, intentaba hacer de este día, uno especial para su muy adorado hijo-. Escuchar su voz a primera hora, me llenó de felicidad.

Después de recibir ese hermoso saludo, salí rumbo al trabajo cargado de energía. Estaba consciente de que nadie sabía que era mi cumpleaños, y que a diferencia de lo que habría sido este día en China, acá, sería uno muy tranquilo y normal.

Llegué a la oficina y apenas entré, me llevé una linda sorpresa. Me encontré con el lugar lleno de adornos, y con la sonrisa de esa mujer hermosa, que tenía mi mundo de cabezas. Estaba de pie con un pastel en la mano, cantando, mientras se me acercaba - ¿Cómo se había enterado ella que hoy era mi cumpleaños?

Terminó de cantar y me dijo que pidiera tres deseos-. Me habría encantado poder decirle que sólo tenía uno, y ese era ella.

Le dije que sólo pediría 2, y que el último lo guardaría para más adelante. Apagué las velas, tomé el pastel, lo puse sobre el escritorio, y sentí un fuerte impulso por abrazarla, y lo hice. La apreté contra mí, quería dejarla ahí para siempre, pero sabía que eso no era posible.

Por un segundo sentí ansias de besarla en los labios. Tomé su rostro con ambas manos, la miré fijamente por mucho tiempo, tratando de leer su mirada, intentando descifrar si ese beso sería o no correspondido, pero me contuve.

- Muchas gracias por esta sorpresa, hermosa ¡Eres la mejor del mundo! - dije mientras me acercaba a su rostro y seguía luchando con el demonio que me decía que la besara. Me acerqué al punto de rozar su nariz, para ver si ella me esquivaba o no, pero se quedó ahí, inmóvil. Sentí que, tal vez, se había petrificado con mi repentina proximidad, así que decidí ponerle fin al juego, acalle a mi demonio interno que iba directo a sus labios, y el ángel se apoderó del momento y depositó mi boca en su frente. Definitivamente, mi lado bueno ganó el pleito, así que decidí calmar el ambiente y alejarme de ella lo más rápido posible.

- ¡Quiero probar ese pastel!- dije soltando sus mejillas-. Debemos acompañarlo con un café. Espérame un segundo, que rápidamente traigo uno para cada uno - dije eso y salí veloz por la puerta, sin siquiera respirar.

Estuve a centímetros de besarla, de verdad esa chica me gustaba y mucho, pero sabía a la perfección que su corazón estaba con otro. Haberla besado, tal vez, habría producido un quiebre en nuestra cercana relación, por lo que haberme "escapado", terminó siendo la mejor opción- ¿Creo? -. O tal vez no, porque en ese momento, ella no había hecho ningún esfuerzo por escapar de mí - ¿Habrá sentido deseos de besarme también?

Después de un rato, volví a la oficina con ambos cafés en la mano. Nos sentamos juntos en su escritorio, como era ya habitual, y nos comimos el pastel, el que, por cierto, estaba delicioso.

Pasamos la mañana trabajando, compartiendo y riendo. Al parecer, ese intento de besarla no había sido un problema para ella, o tal vez, lo había interpretado como uno de mis juegos, porque no mostró ninguna incomodidad y estuvimos cerca como siempre.

A la hora de almuerzo, _______ me dijo que quería seguir celebrándome, así que me llevó a un lindo restaurante cerca de la universidad. La comida estaba deliciosa, y la compañía, perfecta.

En la noche, se le ocurrió la idea de ir a una discoteca a bailar y pasarla bien. ________ me dijo que quería hacer de mi cumpleaños un día especial de principio a fin, por lo que accedí y fuimos a bailar.

Cuando estábamos en la pista, sonó una canción con un atractivo ritmo, y extrañamente sentí la necesidad de acercar mi cuerpo junto al suyo, la tomé por la cintura y ella aceptó mi invitación. Quedamos a centímetros de distancia y comenzamos a movernos al unísono, sin mayor dificultad.

Desde siempre, bailar había sido mi pasión, por lo que lo hacía bastante bien - aunque venga de cerca la recomendación. - Así que no me cohibí y compartí mis dotes con _______, quien también, bailaba a la perfección, por lo que no nos fue difícil seguir el ritmo de la música. ­- No quería que la canción acabase, no quería soltarla, quería sentirla, disfrutarla.

"... El alcohol estaba haciendo de las suyas en mí, comencé a percibir como un fuego interno se apoderaba de cada espacio de mi cuerpo... Durante el tiempo que duró esa sensual canción, desee con locura, tenerla entre mis brazos y hacerla mía..."

Fueron minutos extasiantes, lamentablemente, ese chico apareció en mi mente en el peor momento posible - ¡Cuánto odio a ese novio/ no-novio! -Cuánto detesté ser tan consciente de su existencia justo cuando podríamos habernos dejado llevar por el ritmo envolvente que imperaba en el ambiente.

El maldito afortunado, si bien era un fantasma, estaba en mis pensamientos en forma constante. No conocía su nombre, ni su rostro, pero se me aparecía siempre, arruinando todos mis planes. Pero definitivamente, no dejaría que los arruinara del todo. Si ______ quería hacer de mi cumpleaños un día perfecto, me atrevería a pedirle un último deseo. Mi más importante y anhelado deseo.

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Funkysses

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SEIS MESES [Lay Y Tú]Where stories live. Discover now