7. El sabor de sus labios

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Mientras caminábamos de madrugada rumbo a su casa, después de haber estado pasándola de maravilla en la discoteca, me cuestioné, todo el trayecto, si preguntarle o no, si pedirle o no, mi último deseo.

Me resultó imposible concentrarme en otra cosa que no fuera la disputa en mi cabeza, por un lado, el Lay valiente y osado, me decía que lo hiciera, me recordaba que la vida era una y había que vivirla al máximo. Por otro lado, Yixing, el más tímido y racional, me decía que no, que no lo hiciera, que era mejor evitar un conflicto con ella, que lo mejor era mantener tener la distancia.

La batalla entre mi lado racional y el emocional estaba en su punto más elevando, cuando sin aviso, Lay se armó de valentía, y soltó, casi como vómito verbal, la interrogante, rompiendo drásticamente el mutismo que se había creado entre ______ y yo, producto de mi profunda reflexión.

- ¿Puedo pedir un último deseo de cumpleaños? - dije mirándola con un dejo de nerviosismo-. Prometo que será esta vez, sólo esta y nunca más pediré algo así.

En ese momento, esa era mi verdad, aunque si me dejaba hacerlo, tal vez, esa verdad se convertiría en una gran mentira.

- ¡Está bien! - dijo sonriendo, y me sorprendió por completo.

Sentí que ella sabía lo que yo deseaba hacer y me estaba dando permiso de ello. Eso me puso contento, al parecer, yo no era el único que quería conocer los labios del otro.

- Ok, entonces cierra tus ojos y no hagas nada - dije mirándola fijamente, intentando descifrar en sus ojos si era real mi sospecha.

... Sí, ella sabía a la perfección lo que yo iba a hacer. Y sí, lo estaba aceptando, lo estaba permitiendo...

Cerró sus ojos, tomé su rostro con mis manos, respiré hondo y suavemente deposité mis labios en los suyos. Me quedé ahí, inmóvil, no quería aprovecharme del momento, así que no hice más que posar mi boca en la suya uno cuantos segundos. Salí de esa posición y sin apartar mis labios, le pregunté si me dejaba besarla. - Quería hacerlo, lo deseaba con locura, pero no lo haría sin su consentimiento.

_______ respiró profundamente - ¡Sólo por esta vez!

Simplemente, eso bastó, para que yo volviera a poner mi boca sobre la suya. Comencé a besarla y ella, respondió mi beso.

Nuestras bocas se enfrentaron por primera vez y se reconocieron de inmediato y nuestras lenguas hicieron de las suyas.

Su sabor era delicioso, su forma de besar era alucinante. Ese momento era todo lo que deseaba, todo lo que llevaba meses esperando, y lo estaba concretando ahí, en plena noche, en la noche de mi cumpleaños.

Definitivamente, ese era el mejor regalo que podía haber recibido. Su boca era un deleite, besarla era una delicia, pero ciertamente, no pude evitar sentir melancolía - ¿Sería este el primer y último beso que me dejaría darle? - Saber que no volvería a tener la dicha de degustar sus labios otra vez, agrió mi momento, y me molesté conmigo por permitir que esos pensamientos aparecieran en ese instante tan delicioso.

Agradecí que ella se entregase y se dejase llevar. Pude percibir como también disfrutó el beso. Fue intenso y apasionado, pero con un dejo de melancolía, tanto de su parte como mía. Pero no quise pensar en ello, apagué mi cerebro y me entregué al momento, besándola con ganas.

No quería finalizar el encuentro, pero tampoco prolongarlo tanto, porque quedaría con deseos de más, y eso ya era muy cruel de mi parte. Llevaba aguantando mucho, no era justo para mí, seguir agrandando el deseo que sentía por ella.

- ¡Gracias por esto! Es el mejor cumpleaños que he tenido en mucho tiempo- dije poniéndole fin a esa deliciosa tortura, sin apartar mi nariz de la suya y aun rozando sus exquisitos labios.

- ¡Feliz cumpleaños! - respondió ella.

***

La dejé en la entrada del edificio, esperé a que atravesara el umbral de la puerta principal y me fui, emprendiendo el rumbo hacia mi departamento.

No tenía ánimos de abordar un taxi o un bus, necesitaba aclarar mis ideas, necesitaba apagar el fuego que crecía en mi interior. Necesitaba una conversación urgente conmigo.

- ¿Por qué tuviste que fijarte en ella? ¿No podía ser otra chica, una realmente soltera? ¡Eres un gran Loser Zhang Yixing! Te desconozco por completo hombre.

Realmente me sentía todo un perdedor, era la primera vez en mi vida que me pasaba algo así. El amor "unilateral" nada tenía de entretenido, mucho menos a mi edad, donde no sólo la mente se enamora, sino que el cuerpo también lo hace.

No podía evitar sentir deseos por ella, y menos ahora, que había probado el sabor de sus besos. Realmente me había convertido en el perdedor, más perdedor, de todos los perdedores.

... Aunque, pensándolo bien, el perdedor había dado un gran paso...

Estaba en la friendzone, pero por último, la había besado, y ella me había correspondido y con ganas. Tal vez, en una situación distinta, sin el bendito novio de por medio, ella habría sido mi persona especial. Yo también le gustaba, eso era evidente. Así que me quedaría con eso.

" El Loser... Era loser, pero en un punto, no lo era tanto. Era un loser winner, de esos que ganan perdiendo, pero pierden ganando".

Y así, de regreso a casa, caminando por Seúl, bajo el alero de la madeugada, con mi patética, pero optimista reflexión, y con una sonrisa en los labios por mi "triunfo" di por finalizado mi cumpleaños número 30...

~♡~
Funkysses

¿Alguien con ganas de ocupar el lugar de ________, y corresponder el amor de Lay, cómo sólo él lo merece?

SEIS MESES [Lay Y Tú]Where stories live. Discover now