Baz

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Corrí a las escaleras como si mi vida dependiera de ello. Como si Simon fuera la pelota de fútbol que cayó muy cerca de la portería contraria.
Un olor dulce y marrón (como chocolate, no sé) llega a mis fosas nasales, pero lo ignoro. No es mi Snow.
Cuando iba a bajar las escaleras algo choca contra mi pecho y cae hacia atrás. No hice el esfuerzo por agarrarlo, estaba apurado por bajar.
Y ahí lo vi, sentado en el suelo por la caída. El chico de ojos azules, cabello rizado aún húmedo, aroma a yo-que-sé dulce y marrón carcajeando como si la vida fuera fácil y sencilla, como si no hubiesen problemas ni nadie tuviera preocupaciones.
Quedé estupefacto. Duro. Pálido (no gris como mi piel natural. Pálido pálido).
Mi Snow estaba despierto, riéndose como si no hubiera estado durmiendo por cuatro meses. Como si no lo hubiese extrañado durante todo ese tiempo. Como si no hubiese temido que jamás despierte.
Tuve miedo incluso de cambiar mí expresión facial, ¿Y si era una aparición? ¿Pero sólo vendría a reírse de mí? ¿Es una venganza, Snow?

— Que mal compañero de cuarto, me empujaste por segunda vez de las escaleras cuando apenas despierto...

¿DE VERDAD DESPERTÓ? Crowley... Esto es increíble...
Se paró y se acercó a mí con una sonrisa enorme, yo todavía estaba en shock.

— Ya puedes destrabarte y moverte. ¿Baz?

Golpeó mi frente y ahí caí en cuenta que era real, que no era otro de mis sueños en los que él se reía como si nada hubiera pasado.
Era real. Este Snow era MI Snow, no un sueño.
Ah, debo haber enloquecido para pensar que una persona que se ríe y se choca contra algo es una ilusión, Crowley.

— Al fin despertaste, Simon...

Lo abracé y escondí mi rostro en la calidez de su cuello. A pesar de que la cruz que tenía me hacia picar los dientes y doler la mandíbula, aspiré su aroma. Ya no olía a ese olor feo de madera verde, ahora olía a algo mejor. Era él el del aroma que sentí, ah, debo acostumbrarme nuevamente a cómo huele.
Me separé de él para mirar su cara sonriente con todos esos lunares que me encantaban. Ni sueñes que te soltaré ahora que sé que también te gusto.
Se sacó la cruz y rodó por toda su pierna (sentí envidia, quería que fueran mis besos los que la recorrieran). Quizás pensaba que su cruz me molestaba, aunque sí me molestaba pero me había separado porque quería verlo a la cara. Lo tenía abrazado por la cintura, su cintura era tan cálida, era tan cómodo abrazarlo... Él enredó sus dedos en mi cabello y me besó.

Snow ha hecho esto antes definitivamente.

Está haciendo esta bonita cosa con su mentón. Moviéndolo de arriba a abajo. Empujándome incluso más cerca. No trato de imitarlo, sólo lo dejo ir.
Estoy besando a Simon Snow. Simon Snow está besándome. Crowley, estoy viviendo una vida de ensueño.

— Tengo que guardar este momento.

La voz de Bunce, seguido de un flash y una risita retumbó en el lugar. La había olido antes de que Snow me besara pero simplemente la ignoré, el reencuentro que me dió mi chico era más importante.

— Me olvidé de sacarle el flash, Crowley.

— Penny, ¿Qué haces aquí?

Snow se giró y la miró con una sonrisa, yo, inevitablemente (además Bunce también sabía que era un vampiro) sonreí hasta que mis ojos se hicieron una medialuna. Estaba demasiado feliz, mierda.

— Vine a ver porqué mi mejor amigo al despertar no fue a verme pero ya sé como es la cosa y no me voy a enojar. Vamos a la habitación, estoy muriendo de hambre. Simon, tienes que hacer muchas tareas, te atrasaste demasiado.

Tu lugar seguro 🌿🍂 𝑆𝑛𝑜𝑤𝐵𝑎𝑧Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum