Inocencia y Perfección 🐬🐇 Poseidón X Sasaki 🐇🐬

🐬Amigos🐬

Se podría decir que los dioses son alguna clase de...¿realeza? Sí, realeza, aunque algunos fueron unos hijos de pu—

El punto es que...por ello, los dioses suelen tener ciertos modales al hacer las cosas, modales que si bien Poseidón había perdido a penas mojó a su hija junto con el samurái con una cúpula de agua, los recuperó a penas fueron a comer luego de una buena carrera en contra de la diosa de los misterios arcaicos, quien ahora estaba temblando sobre una manta con una toalla cubriéndola, mientras que el japonés estaba acostado sobre la misma y Poseidón estaba usando un ventilador de mano para secar su cabello.

Los dioses habían traído varios platillos griegos para comer luego de aquel juego, incluso Sasaki pensaba que era demasiado, con solo una cosa que trajeran estaba bien, después de todo su papá Adán le había dicho que los dioses no necesitaban comer tanto, ¿tal vez fue por él que trajeron tanto? Lo dudaba, Poseidón lo odiaba y fue por Despena que aceptó venir, pero bueno, hay cosas que no se desprecian ni en vida ni en muerte, y ese es el esfuerzo de las personas por tratar de pasar tiempo con otra...aunque fuera obligado.

Tomó el pañuelo que había traído cargando lo que iba a comer, y lo abrió haciendo ver algo que los griegos no conocían, era como un...¿rollo verde con centro blanco? No lo sabían pero se veían bien, y cuando ambos pusieron la mirada sobre el japonés a punto de empezar a comer, este los miró igualmente y les sonrió tomando esa extraña comida y le ofreció uno a ambos.

–Traje muchos, ¿quieren?–preguntó Sasaki sin verle problema a compartir su comida.

–¡Arigatō!–Despena tuvo la cortesía de hablarle en su idioma natal tomando aquel rollo.

–...–Poseidón suspiró–arigatō–dijo simplemente mostrando la misma cortesía mientras tomaba aquel rollo.

–No hay por qué, espero que les guste, he intentado mejorar con la cocina desde que terminó el Ragnarök–dijo Sasaki dejando sobre la manta en la que los tres estaban sentados.

–Hm~ ¡está rico!–dijo Despena soltando flores a su alrededor encantada con el bocadillo.

–Está salado...–dijo Poseidón no dispuesto a apagar al humano.

–¿Enserio? Creo que no debí volver a ponerle sal al pescado luego de enrollarlo–dijo Sasaki provocando que Poseidón se le fueran los colores del rostro.

–¿Dijiste pescado?–preguntó Poseidón mientras Despena ponía una mano en su espalda

–Sí, esto es sushi, es común en mi país, ¿ustedes no comen pescado?–preguntó Sasaki sin entender la reacción de esos dos.

–Jejeje...papá no come pescado, o cualquier tipo de animal del mar–dijo Despena pasándole una servilleta a su padre.

–¿Eh? ¿Por qué?–preguntó Sasaki ladeando la cabeza.

–Imbécil, soy el Dios del Mar–dijo Poseidón escupiendo en aquella servilleta lo que se había logrado comer del sushi.

–...¿y eso qué tiene que ver?–preguntó Sasaki aún sin captar.

–Una mierda el creer que tú piensas–dijo Poseidón mirando de manera asesina al samurái.

–Uh...¡ah, ya entiendo!–dijo Sasaki por fin entendiendo el problema, y se avergonzó mucho entonces–¡perdóname! Siempre creí que lo que más comías era pescado

–Cabeza hueca–le siguió insultando Poseidón.

–Perdón...no quería hacerte enojar–dijo Sasaki bajando ligeramente la cabeza, sabía que su error había ofendido al mayor.

–Eh...–Despena buscó rápido una forma de arreglar la situación, pero discutir con su papá no estaba dentro de las posibilidades dado a que hacerlo de seguro haría sentir al japonés más culpable.

Y entonces sucedió lo que la diosa desde que nació no había visto ni una sola vez.

–Tsk...ya deja de disculparte, yo fui quien te pidió esto–dijo Poseidón devolviéndole aquel pedazo de sushi.

–¿N-No estás enojado?–dijo Sasaki sorprendido de la recomposición del dios.

–¡¿No está enojado?!–gritó Despena en su mente.

–Claro que estoy enojado, y no voy a volverte a pedir algo en esta vida–dijo Poseidón desviando la mirada del japonés.

–Que alivio...pensé que ya no querrías hablarme de nuevo–dijo Sasaki suspirando con calma.

–¿En qué te afectaría que no volviera a hablarte?–preguntó Poseidón sin darle su debida importancia.

–Porque quiero ser tu amigo...que no me tengas rencor por lo que ha pasado...–confesó Sasaki sin una pisca de vergüenza–¿puedes al menos darme la oportunidad de entrar en tu vida?

–Este humano es bastante amable...–pensó Despena con una leve sonrisa.

–...puedes intentar que no te odie tanto, porque amigos jamás seremos–dijo Poseidón recibiendo casi al instante un abrazo del humano.

–¡Es suficiente para mí!–dijo Sasaki siendo quien lo abrazaba.

–¡Oye! ¡Apártate!–gritó Poseidón tratando de poner distancia.

–Es verdaderamente especial...–pensó Despena mirando con ternura aquel abrazo.