🐇Llorar🐇

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Sasaki contaba ya con seis meses de embarazo, comenzaba la cuenta regresiva de tres meses para dar a luz al bebé y morir a penas eso ocurra...

Habían decidido que esos últimos meses los pasarían en el palacio del dios griego, tratando de estar juntos la mayoría de tiempo posible, pero si bien uno se mentalizaba el hecho de que estaban juntos para disfrutar de ello porque luego no podrían, Poseidón no podía sacarse de su cabeza que estaba cada vez más cerca de perder a ese pequeño rayito de pureza, inocencia y felicidad, la única persona que se mantuvo positivo en todo momento inclusive si al principio llegaba a tratarlo mal. Esa persona, la primera que llegaba a amar de verdad, estaba a nada de morir.

Es normal sentirse como la peor basura de toda la existencia en esos últimos, ¡y de todas formas odiaba con toda su alma sentirse de tal manera solo porque Sasaki decía sentirse triste por verlo mal por su culpa! ¡Más cuando él no tenía! ¡¿Qué tenía que hacer para que lo entendiera?! Solo le hacía sentir peor que el castaño se echara la culpa porque se sintiera así...

De comparar esta situación a algo más, fue cuando experimentó la muerte de Caroline, solo que en vez de tristeza y remordimiento como ahora, sintió molestia y juzgó al ruso por dejarse morir. Tal vez fuera porque sabía que volvería a encontrarse con su único amigo aunque fuera en el más allá, pero Sasaki no volvería al Valhalla al morir, su alma quedaría a la deriva, eso se lo aclaró la primigenia de la vida, Nittiyam, quien además le aseguró que ni siquiera podría asegurar que reencarnaría por esta ser su segunda muerte. Era la última vida, lo que era la razón de que estuviera tan deprimido.

Sasaki era el más consciente de esto, desde el principio Brunhilde le advirtió que de morir una vez más su alma no tendría la misma oportunidad que tienen otras de reencarnar, que más seguro era que quedara reducido a nada, y francamente, a él morir no le daba miedo, ni siquiera sabiendo que tal vez no podría tener una segunda vida, por lo que eso no le preocupaba. Lo que sí lo llegaba a angustiar es que su pareja mantuviera esa actitud pesimista, que podría durar por toda la vida de su hijo y eso le pudiera afectar en su crecimiento, además del obvio hecho que no era para nada sano para la salud mental de Poseidón el que se hundiera en la sola idea de que iba a morir. Era algo que debía resolver.

Así que esa noche, cuando ni siquiera los sirvientes del palacio de escuchaban, decidió sacar el tema.

–¿Sabes que no es bueno que sigas así, verdad?

Contrario a su común tono dulce y gentil, esas palabras sorprendieron al tirano por ser dichas por un tono bastante firme, que demostraba autoridad y tal vez un oculto regaño, esto último demostrado más que nada por la expresión que mostraba en su rostro, una seria en vez de dócil.

Puede que el dios griego se haya olvidado de una cosa muy importante de su pareja, y es que ese japonés que tenía a su lado, era la persona que había logrado matarlo en batalla, que podía ser serio si eso deseaba, y que en realidad podía llegar a dar miedo al momento en que llegara a enojarse, puede causar miedo y mostrarse autoritario.

–Poseidón, ya no quiero verte así, ¿por qué sigues sintiéndote mal por algo que ya hablamos muchas veces?–dijo Sasaki cruzando los brazos, viéndose más angustiado que molesto a decir verdad.

–...por mucho que lo hablemos, no cambia el hecho de que al nacer nuestro hijo tú vas a morir–dijo Poseidón sin demostrar nada con su expresión o tono de voz.

–Lo sé, pero...Poseidón, ¿qué pasará en el momento en que yo muera? No puedes conservar esa careta de que no sientes nada–dijo Sasaki suavizando el semblante en uno más triste–vas a entristecer a nuestro hijo...

Inocencia y Perfección 🐬🐇 Poseidón X Sasaki 🐇🐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora