🐬Enfermedad🐬

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Caroline nació como un superdotado a pesar de su condición, él siempre lo había sabido, y se aprovechó de ello para poder obtener rápidamente más de un doctorado, ganándose entonces varios reconocimientos como médico...

Sin embargo, debía admitir que jamás, en toda su vida y muerte, había tratado con algo como lo que ahora estaba presentando Sasaki, jamás vió a alguien sin algún tipo de herida interna sangrar de tal manera por la boca, y si bien fue a un laboratorio del Valhalla para inclusive hacer un análisis de sangre, no encontró nada inusual, si es que Sasaki como humano resucitado tenía mejores resultados en cualquier tipo de exámen de sangre que él siendo un alma del Valhalla. En otra circunstancia le felicitaría por ello, pero le estresaba el hecho de que no encontraba nada malo, y sin algún mal resultado en la sangre no podría ponerle ningún tratamiento.

¿Qué pasaba entonces? Esto no era medicamente posible, o al menos en su experiencia no era así.

Estaba lo suficientemente estresado como para querer tirar todos los resultados al piso por no encontrar nada, para cualquier doctor sería estresante no poder encontrar algo en un paciente, ese fue un pensamiento que siempre ha tenido.

Si no tiró nada, fue porque a su lado su hermano mayor evitó que lo hiciera poniendo una mano sobre esos papeles, y sin decir nada solo los tomó y los vio muy por encima antes de verlo con sus ojos verdes de brillo tan singular, dado a lo puro que era.

–¿Has pensado en que puede ser algún cuadro hereditario?–preguntó Jasper sentándose al lado de su hermano.

–¿Cuadro hereditario...?–Caroline negó con la cabeza.

–Él no conoce a sus padres biológicos, tal vez alguno de ellos, u otro familiar, tenga alguna enfermedad que pudiera heredar–dijo Jasper haciendo un ademán con una mano–esas enfermedades pueden ser las más graves si no las descubres y tratas a tiempo

–Tendría que buscar a algún familiar suyo, y a duras penas él se relacionó con samuráis por su entrenamiento–dijo Caroline suspirando pesadamente.

–Ve con el maestro de Sasaki, ¿se llamaba Seigen Toda, verdad? Tal vez él sepa algo–dijo Jasper poniendo sus dedos índice y medio sobre la frente de su hermano, algo que tenía acostumbrado a hacer.

–...ya...a veces quisiera tener tu calma–dijo Caroline por fin recuperando la paciencia para apoyar su cabeza en el hombro de su hermano.

–Lo que tú deberías querer es un descanso ahora, ni estando muerto puedes aprender que las personas necesitan descansar–dijo Jasper apoyando entonces su cabeza con con la de su hermano menor, permaneciendo así con él.

Ambos hermanos decidieron permanecer de esa forma por un rato más, pocas eran las veces donde no tenían que cuidar de sus otros dos hermanos menores, un deber auto-impuesto de los mayores, pero cuando estaban solos les gustaba mucho ese silencio y tranquilidad que se formaba a su alrededor.

Mientras tanto, en la aldea de los humanos estaban dos dioses griegos muy pendientes del estado del samurái que vivía en el dojo donde estaban.

Despena se mantenía en la cocina limpiando esta y los platos en los que habían cenado esa noche, lo hacía bastante callado y mirando de vez en cuando hacia el pasillo rumbo a la habitación del dojo, donde estaba su padre cuidando el japonés, ya que se había rehusado completamente a dejarlo solo luego del susto por el que habían pasado hace unos días.

Desde ese momento, el japonés ni había podido levantarse sin sentir mareos o toser sangre, en momentos más delicados hasta llegaba a vomitar sangre, lo que le había costado la aparición de una anemia que tal como vino se fue ya que nuevamente Caroline pudo reaccionar rápido por el simple hecho de que su hermano menor en vida tuvo episodios de anemia, así que no tardó en suministrarle vía intravenosa los nutrientes que necesitaba para que no terminara terminara uniéndose al problema que ya tenían.

Aún así, Sasaki seguía sin poder levantarse sin sentirse mal, y eso fue la gota que colmó el vaso en el orgullo de Poseidón para empezar a demostrar lo preocupado que estaba por su pareja, no se separaba mi medio milímetro del japonés, estaba pendiente a sus reacciones y era el primero en darse cuenta cuando estaba recayendo en lo que sea que estaba sufriendo.

Esa noche en específico estaba durmiendo tranquilo, un verdadero alivio, pero aún así no se atrevía a soltarlo y dejarlo solo, si recaía otra vez, mejor era que lo hiciera acostado en sus piernas, en vez de solo en esa habitación.

Inocencia y Perfección 🐬🐇 Poseidón X Sasaki 🐇🐬Where stories live. Discover now