«Nicolauss» (tercera parte)

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Nikolai veía shockeado el acto inmoral que Anya y Stepan cometían a sus espaldas.

A ver, él no tendría que sentirse mal: había engañado a Anya con Klaus hace unas horas. De hecho, desde hace tiempo. El mismo se había engañado creyendo que saliendo con una mujer se volvería heterosexual.

Aunque, él y Anya no eran pareja. Jamás le había pedido ser su novia.

Entonces, ¿Por qué se sentía miserable, indigno, traicionado?

No puedes tenerlos a ambos, Nikolai, eso es tóxico y no le hace bien a nadie.

Dejó de mirar la escena y fué afuera a tomar aire. Inhaló, exhaló una y mil veces para tranquilizarse y despejar su mente además de ordenar sus ideas: Necesitaba relajarse, estaba muy tenso pero los sonidos provenientes de su cuarto no le dejaban.

—Anya no hacía tanto ruido cuando estuvo conmigo...— murmuró, sus palabras se las llevó el aire. Sintió su nariz enfriarse, al igual que sus orejas y seguramente estaban tornándose de un color carmesí.

—¿Todo bien, Comandante?— la voz de Serafim me hizo dar un sobresalto.

—tranquilo, somos nosotros— Demyan recargó su cuerpo en el más alto. —oye, ¿Dónde está Alexander?— lo miró exigente.

—¡E-está bien!

—se congeló, ¿Verdad?— Ionov contestó con un “sí...” —¡Bastardo! ¡Te dije que lo dejaras adentro!

—¡Quería que tomara sol!

—¿Dejándolo en el lado más oscuro de la cabaña? ¡Aprende a mentir, jirafa!

—¡No me digas “Jirafa”!— apartó al otro y se giró para enfrentarlo con sus puños en posición. Volchok colocó los suyos y se posicionó de forma amenazante, transmitiendo que en cualquier momento iniciaría una pelea.

—О мой Бог! Степан, быстрее!

Ambos aflojaron sus facciones y me miraron enarcando una ceja. Se miraron shockeados abriendo sus ojos como platos, habían entendido perfectamente la situación. Se giraron lentamente hacia su derecha, precisamente allí se encontraba el cuarto mío y de Anya.

El silencio reinó hasta que el artillero habló —lo sentimos, c-

—no. No es su culpa, ustedes no tienen nada que ver.

Serafim me vió preocupado. —Nikolai...

Mi cara se contrajo en rabia pero decidí darme la vuelta y marcharme. Necesitaba calmarme, buscar mi paz y tranquilizarme: no dejaré que aquello afectara lo que yo sienta hacia Klaus, lo que pase entre Anya y alguien más dejó de ser de mi incumbencia desde hace tiempo. Me duele que me haya reemplazado en cuestión de días, pero era innegable la conexión que yo tengo con el alemán.

Y siendo sincero, disfruto más la compañía de Klaus que la de Anya.

Tardaré un tiempo en sanar y poder estar bien con ella, sin embargo no lo perderé con él. Aún así, no quiero que piense que solo busco entretenerme o que lo cambiaré por otra persona; quiero que confíe en mí, y en nosotros.

A partir de ahora, haré las cosas bien.

Me dí la media vuelta y me marché.

[...]

—¿Otra vez tú?

—lo siento.

—son las 10:47 de la noche, Nikolai ¡Pudo haberte pasado algo!

—bueno, no me siento bien...

—¿Entonces?

—quería estar contigo.

Más allá del T-34 (Klaus Jäger × Nikolai Ivushkin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora