Capítulo 20.

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Pov Normal

Se encontraba sentado frente a las tumbas de sus dos figuras maternas, en aquel cementerio, tratando de aligerar al menos un poco el tormentoso peso de su pecho.

Gustabo limpió sus lágrimas por octava vez; llevaba tantos años siendo fuerte y ahora aquellas gotas se escapaban de sus ojos sin contención alguna.

— ¿Por qué? — preguntó sumamente dolido — ¿Por qué siempre querían más para mí? Si ya éramos felices... —

Sorbió su nariz y bajó la mirada, observando con su borrosa mirada el césped al rededor.

— ¿P-por qué quisieron darme más cuando ya lo tenía todo? — su voz se oía quebrada, aunque bastante entendible — Por culpa de eso... Mi vida se vino abajo —

Flexionó ambas piernas y se abrazó a sí mismo, aquellas amargas gotas saladas iniciaron un nuevo camino descendiendo por ambos lados de su rostro, materializando su intensa tristeza.

— T-todos estos años... sentí que le debía mucho al tío Jack por acogerme... — el rubio sentía un ardor en su garganta por tanta molestia — ...resulta que le debo todo. A ambos... —

Soltó un sollozo en alto y se abrazó con mayor firmeza a sus piernas, su cabeza dolía mucho debido a todo el llanto que había soltado, y que seguía dejando salir, pero mayor era aquella inminente presión en su corazón. Tan punzante y traicionera, tan increíblemente dolorosa.

— ¿A-ahora con qué cara... podría volver a mirarles a los ojos? — preguntó en un hilo de voz, como si mágicamente fuera a conseguir una respuesta — Y-yo consolé a Horacio cuando estuvo triste... Yo lo abracé en las noches más oscuras y y y... lo protegí cuando lo necesitó — aligeró un poco sus manos, dejando luego que sus piernas se extendieran un poco — ... ¿Ahora cómo sigo adelante sabiendo...que el culpable soy yo?... Que yo... Les arrebaté todo... —

Flashback

Horacio bajó las escaleras de casa, su ojos hinchados y rojos de un reciente llanto, en su mano, una foto de Julia abrazándose con Alice, como las buenas amigas que se habían convertido.
Siempre una con la otra, ambas siendo madres primerizas criando a dos niños que eran igual de liantes y dulces al mismo tiempo.
Las dos queriendo lo mejor para ambos, cuidándolos y queriéndolos con todo su sincero amor como si fuesen realmente hermanos. Compartiendo aquel cálido sentimiento con Conway, quien si bien era el esposo de Julia, le tenía el mismo amor tanto a su hijo Horacio, como a Gustabo.

El moreno se acercó a Jack, este se encontraba sentado en el suelo junto al sillón, con un vaso se whisky en una mano y con dos botellas vacías de bebida a su alrededor.

Se agachó, para poder observarle más de cerca, y Conway dirigió la vista a él enseguida.

— Papá... — le llamó con la voz temblorosa — ¿Puedes parar? —

— ... — Conway mantuvo la vista en su hijo sin decir ni una palabra.

— Y-ya no aguanto, papá... Y-ya no... — Horacio quiso aclarar su garganta, pero nada pudo hacer con aquel nudo en ella — G-gus... Tú... ya no soporto v-verlos así... Las ... Las peleas... —

— No empieces — fueron las secas palabras de Jack.

— L-levántate... por favor — pidió el menor, con una lágrima deslizándose por su mejilla.

— Vete — suspiró Conway.

— Vale — Horacio se incorporó.

El menor caminó hasta la mesa a unos metros, donde más botellas se posaban allí, destinadas a ser las próximas en ser consumidas por el hombre mayor.

•Marriage• [°Volkacio°]Where stories live. Discover now