IV

625 51 9
                                    

Nervios. Lo que Louis sintió en ese momento es nerviosismo y no sabía cómo ocultarlo y hacer que se fuera.

Acababa de llegar a casa y tal vez llegó más tarde de lo habitual porque estaba en el parque comiendo helado con Thomas, Jacob y Noah. Todavía no lo habían llevado para conocer mejor la ciudad, pero ese pequeño parque (si a eso se le puede llamar pequeño) ya ha sido visitado con frecuencia desde hace varias semanas y cada vez que regresaba a casa estaba feliz y aliviado de lo que sea que estuviera pasando en su casa con Patrick dentro.

El problema no fue que retrasó su llegada, el problema fue que ahora estaba sentado en la sala de su casa frente a su madre y Patrick quien apenas llegó le dijo que tenían algo muy importante que contarle. Él sabía por la forma en que el alfa sonrió que no era bueno. Así que tomo asiento frente a ellos esperando que hablen tratando de mantener la calma.

—¿Puedes hablar ahora, por favor?— se aclaró la garganta, dándose cuenta de lo impaciente que sonaba.

Vio que su madre miraba a Patrick y asentía. Ambos volvieron a fijar su mirada en el omega frente a ellos.

—Lou, no está mal, cariño— dijo Kate para calmarlo, pero no podía hacerlo con Patrick mirándolo y sonriéndole.

Respiró hondo, tal como le había dicho Thomas cuando no podía por la ansiedad y los nervios. —Okay, lo siento—. Se disculpó y dejó escapar una media sonrisa.

Tomó una bocanada de aire respirando profundo tal como le había dicho Thomas cuando no podía con su ansiedad y nervios —Esta bien, lo siento— Se disculpó y dejo salir una media sonrisa.

—Está bien, yo...quiero decir, nosotros...tú, vas a tener un hermanito o una hermanita—, soltó Kate emocionada, y la pequeña sonrisa que Louis había logrado hacer se tensó por completo se aflojó poco a poco. No es que no le gustara la idea de tener un hermano, era el padre de su hermanito.

Ahora entendía el motivo de su estúpida sonrisa burlona, ​​sabía perfectamente que una vez que su madre estuviera embarazada definitivamente viviría con ellos y probablemente lograría su objetivo original. Maldita sea, no quería que su madre se sintiera mal por ser así, pero sabía que con su silencio, su rostro contraído y sus ojos perdidos en algún lugar de la habitación, lo estaba logrando. Queria saber si algun dia su mamá pensaría un poco en su bienestar fisico y psicológico o si se daría cuenta de la clase de hombre que es Patrick, él no dice que es mala madre porque no lo es. Desde que llegaron a Londres, ella se ha encargado de cuidarlo con su vida, protegiéndolo incluso de su propio padre, pero ahora mismo solo piensa en ella y en el intento alfa que está sentado a su lado.

Volvió a mirar a su madre y vio que su sonrisa emocionada fue reemplazada por una mueca que Louis pudo distinguir perfectamente.

—Esto es...i-increíble mamá, estoy tan feliz por ti— Sabía que estaba llorando y no exactamente de felicidad. Tenía que hacer algo para salir de esa casa.

Su madre le acarició el pelo para intentar tranquilizarlo —no llores, Lou, por favor. Me harás llorar a mí también— su voz se apagó y se quedó callada.

—¿No me abrazaras?— Se separó del abrazo de su madre y miró al alfa de mala gana.

—Vamos, Louis, él también merece un abrazo—. Frunció el ceño a su madre y caminó sospechosamente hacia el alfa. Patrick lo atrajo hacia él y cayó sobre sus piernas, lo tomó por la cintura abrazándolo fuerte, casi lastimándolo y miró a su madre pidiendo ayuda, pero ella solo sonreía. Cerró los ojos con fuerza y ​​se empujó hacia arriba, manejándolo a la perfección, miró a ambos adultos por última vez y subió directamente a su habitación y se quedó allí acostado hasta que llegara un milagro y lo sacara o hasta que llegue un nuevo día y huya de su pequeño problema nuevo.

QUIERO ESTAR CONTIGO (L.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora