34. DORIAN

66 20 1
                                    

Ella no dijo nada.

Tampoco se movió, una vez que estuvieron sentados en la misma mesa, frente a frente con una humeante tetera en el centro. Las galletas seguían intactas, su peculiar aroma envolviéndolos más no tentándolos al punto de tomar una.

No. Ninguno dijo nada.

Dorian no sabía qué hacer.

¿Acaso se había equivocado? Al inicio cuando la vio en la caja pidiendo unas galletas solo sonrió, sin poder evitar mirar su culo. Y vaya que era atractiva desde cualquier punto. No dejó de observarla. Hasta que vio un movimiento brusco.

Y era ese.

Un humano plástico e inservible.

Así que ¿había actuado mal por querer ayudar en la situación? No pareció ser así cuando ella se acurrucó en un abrazo, pero si cuando dio un paso hacia atrás, incapaz de mirarlo. ¿Qué había ocurrido? Su loción olía de maravilla, así que... ¿qué pudo ser?

Por primera vez, Dorian no supo descifrar a alguien. No supo descifrarla a ella. 

El último atardecer ✔حيث تعيش القصص. اكتشف الآن