Un corazón roto

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Esta fresca mañana de otoño, después de terminar su desayuno a solas, Woo Hyun ha convocado a todos los empleados de la mansión Kim a una reunión "secreta" en la cocina. Sung Kyu ha salido muy temprano y su joven consorte no tiene idea de a dónde fue. El alfa no ha cruzado palabra alguna con él desde el día anterior, en la celebración de la boda. Pensó preguntárselo al ama de llaves, pero no quiere que ella se dé cuenta que la comunicación entre los dos es prácticamente nula, aunque, está seguro de que algunos trabajadores ya se han percatado de ello.

El joven continúa hablando y las miradas preocupadas y algo asustadas de todos los presentes se mantienen fijas en el piso debido a la inesperada y petulante actitud de Woo Hyun, sin embargo, han permanecido callados ante su largo y extraño discurso sobre la obediencia y la lealtad.

Sung Jong no se atreve siquiera a mirarlo a la cara; su advertencia mordaz de la noche anterior aún resuena en su cabeza, así como su amargo olor que le sigue picando en el paladar. Y su corazón se estruja con cada palabra que pronuncia el esposo de Sung Kyu, pues siente que todas ellas van dirigidas directamente hacia su persona.

—... entonces, si alguno de ustedes tiene algo qué decir, hágalo ahora. Pero mis órdenes son absolutas, tal como si las estuviera dando mi esposo —advierte Woo Hyun al cruzarse de brazos mientras una cínica sonrisa quiere materializarse en sus labios. No puede saber qué es lo que piensan los empleados, pero tampoco le interesa, sólo le importa el hecho de dejar muy claro que, ahora, él es el amo de la casa.

Todos se inclinan con respeto haciéndole saber que tiene la razón. Ninguno de ellos es capaz de mencionar algo, incluso si sus mandatos pueden rayar en lo inverosímil. El único propósito de cada uno de ellos es servir a la familia Kim.

—¿Qué está pasando aquí? —dice de pronto Sung Kyu cuando entra a la cocina.

Woo Hyun se sorprende por su repentina aparición y los empleados no demoran en mirarse entre sí, dubitativos, pero ninguno de ellos tiene el valor de responder.

El alfa estrecha los ojos y se aproxima más a su esposo provocando que la respiración de Sung Jong se entrecorte.

—Sólo estoy hablando con los empleados.

—¿Y qué necesidad tienes de hacerlo? —replica con sus fríos ojos clavados en los de Woo Hyun—. Regresen a sus labores —dice y su orden es acatada de inmediato.

Con los ojos puestos en el piso, todos salen de la cocina sigilosamente. Woo Hyun nota que Sung Jong pasa a un lado de Sung Kyu, pero el alfa ni siquiera se inmuta. Entonces la duda embarga la mente del omega, pues, de cierto modo, esperaba que su esposo cometiera un pequeño error para poder reprocharle su desvergüenza en la cara.

—¿Se puede saber qué estás haciendo? —objeta Sung Kyu cuando se han quedado solos.

—¿Debo darte explicaciones de lo que hago en mi casa? —contesta intentando afrontar los ojos de hielo de su esposo.

—Esta no es tu casa, Woo Hyun, es de mis padres; y sí, debes darme una buena explicación de por qué le gritas a los empleados de esta manera tan soberbia.

—¡¿Soberbia?! ¿Acaso no están aquí para obedecer mis órdenes también? Yo soy tu esposo, Sung Kyu, y legítimo amo de esta casa.

—¿Amo? No me hagas reír. Eres un chiquillo ingenuo, caprichoso y maleducado, y hasta que no nos mudemos de esta casa, no tienes el poder, ni la autoridad, de hablarle así a los trabajadores —le hace saber acercándose un poco más.

Y es en ese momento que las piernas de Woo Hyun empiezan a flaquear, pues el penetrante olor a madera de Sung Kyu lo está hipnotizando, incluso si su aroma amargo también ha salido a flote. No está seguro de cuándo fue con exactitud que se enamoró de Sung Kyu con tanta locura, pero lo está. Irremediablemente ha perdido los estribos por ese alfa tan atractivo y dominante y quien no lo puede ver más que como una espina en la planta de uno de sus pies.

Gravity | GyuWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora