DOCE.

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𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐎𝐂𝐄.

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                               𝐋𝐀𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀𝐒 𝐑𝐄𝐋𝐔𝐂Í𝐀𝐍 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐎𝐁𝐒𝐂𝐔𝐑𝐎 𝐂𝐈𝐄𝐋𝐎, Madison se abrazaba a si misma intentando manter el calor, Edmund estaba a su lado, hasta que una figura se apareció entre las sombras.

—Edmund y Madison —los llamó, causando un gran susto en la castaña.

—¿Si? —el joven lo miraba con desconfianza.

—Vengo a salvarlos.

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El aire se restregaba en los jóvenes rostros de ambos niños.

¡Estaban montando un Centauro!

Era una locura desde la perspectiva de Madison, aunque, cada vez que leía acerca de estos seres mitológicos, ha querido montar un unicornio o un Centauro, como ahora.

—¿¡A dónde nos dirigimos!? —cuestionó Madison a gritos, pues era tanta la velocidad que casi no se podían escuchar entre si.

—¡Los reuniré con sus hermanos! ¡Iremos al campamento de Aslan!

Madison le sonrió al pelinegro tras de ella, su cercanía era sorprendente, sin más, nunca dejaron de verse a los ojos mientras se seguían sonriendo.

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—Hemos llegado.

El Centauro los bajó de su lomo, para después encontrarse con un felino sumamente majestuoso.

—Aslan —la criatura se arrodilló ante el ser.

—¿Tú eres Aslan? —Madison lo miró con incredulidad.

—Así es —su voz era tan calmada, llena de paz— ahora, necesito hablar con ustedes dos.

Madison y Edmund compartieron miradas, para después empezar a seguir al gran León.

—¿Cómo terminaron con Jadis? —sus ojos marrones miraron a los dos jóvenes— pueden ser honestos.

—Lo siento —se disculpó rápidamente Madison— se que no debimos confiar en ella, aunque creímos que si.

—Nos manipuló, y ahora por su culpa somos traidores —habló el Pevensie.

—No son traidores, son solo niños que han cometido errores, aún son muy jóvenes como para reconocer a esa verdadera traidora —mostro una ligera sonrisa— por mi están perdonados, pero recuerden, no pueden confiar en cualquier persona que se cruce en su camino, eso sería muy imprudente de su parte.

𝐁𝐑𝐀𝐕𝐄 -𝙴𝚍𝚖𝚞𝚗𝚍 𝙿𝚎𝚟𝚎𝚗𝚜𝚒𝚎- (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora