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Tom pensaba en todo lo sucedido mientras seguían caminando rumbo a la única persona que es ese momento podía ayudar a la chica a recuperar su amuleto.

Odiaba admitirlo, Tom odiaba admitir que tendría que pedirle ayuda a Dumbledore, pero era algo necesario para que Daila pudiera estar segura y a su lado.
-Vamos, no tenemos mucho tiempo.- le dijo este sin mirarla.

Ella no contestó. Solo miraba el paisaje y lo diferente que era a lo que ella había llegado a conocer nunca.
-Vaya, estás seguro que no eres un principe?- preguntó mirando un castillo al final del bosque.

-Principe? Lo dices por Hogwarts? No es mío.- mencionó este sin parar de caminar.- De todos modos no entrarás.
-Por qué?- preguntó ella.- Te avergüenzas de ir conmigo?

-No es eso. Es complicado.- la interrumpió este ahora algo más nervioso.- Créeme que no me avergüenzo de ti.
-Creer en ti?- volvió a preguntar ella.- Lo dices en serio?

Tom rodó los ojos, cuando la miró, ella se encontraba de brazos cruzados.
-Cierto, no confías en nadie. Eres tan fría y egoísta que tu agrio corazón no permite creer en nadie, se me había olvidado.- le dijo este intentando herirla.

Daila sonrió.
-Claro, por que tú tienes tanto amor dentro de ti verdad? Que pasa corazón de hierro, he herido tus sentimientos?- preguntó fingiendo un puchero.

Que si lo había hecho? Definitivamente si.
-No te creas tanto, quédate aquí y volveré lo antes posible con tu collar.- dijo ahora para ir directamente al castillo.

Por qué la chica se había comportado de esa manera? Siempre lo había hecho? Por qué ahora sus palabras no dejaban de pasar constantemente por su cabeza?

El azabache quiso seguir pensando una posible respuesta ante eso pero cuando se dio cuenta, se encontraba delante la la gran puerta de Hogwarts.

Los niños y niñas lo miraban algo curiosos y sorprendidos. Sería un nuevo profesor? Quien era ese chico? Se preguntaban muchos al verlo pasar.

-Espere! Usted! Que cree que... oh Merlín pero si es usted señor Riddle.- dijo una voz conocida detrás del azabache.- Ha pasado tiempo muchacho...
-Supongo.- respondió este mirando a Slughorn.- Sabe donde puedo encontrar a Dumbledore?

-El director Dumbledore se encuentra en su despacho...- empezó a decir este.
-Director? Desde cuando?- le interrumpió este sorprendido.- Sabe? No me responda, se lo preguntaré yo mismo... ahora si me disculpa...

Tom fue al despacho del nuevo director, deseando que le pueda dar su ayuda.
-Vaya... que tenemos aquí?- preguntó el señor al ver al chico entrar en su despacho.

-Dumbledore... director por lo que puedo observar.- saludó este con total serenidad.
-A que se debe tu visita? Pensaba que estarías trabajando en el ministerio... tus notas fueron lo suficientemente altas para obtener un rango alto.- mencionó este con curiosidad.

Tom sonrió sutilmente. Le dejó los trozos del collar de Daila encima del escritorio sin decir nada. El director por otra parte solo levantó la ceja mientras observaba al azabache.
-Ópalo?- preguntó finalmente.

-Exacto. Necesito arreglar esta piedra, es de suma importancia. Pensaba que usted podría ayudarme.- dijo ahora algo nervioso.

El señor miró ahora las piezas y trató de juntarlas con sus manos, después de eso volvió a mirar al chico quien esperaba algo impaciente.
-Y exactamente para que lo necesita? Según tengo entendido... el ópalo es fácil de conseguir en el mercado.- respondió con la mayor sutilidad.

Daila, Daila lo necesitaba inmediatamente, no podía entenderlo? Pensó el azabache.
-Señor... no es lo mismo.- dijo Tom mirando las joyas.- Podría al menos decirme cómo crear un amuleto? O como arreglarlo.

-Amuleto?- preguntó el señor poniendo de los nervios al chico quien tomó los trozos de nuevo guardándolos para él mismo.- Hay algo que quiera decirme señor Riddle?

"Daila va a matarme."

-No señor. Solo estoy... realizando un pequeño experimento. Siento haberlo molestado.- dijo mientras estaba dispuesto a irse de allí.

-Un amuleto básicamente es un objeto que protege a una persona frente a un problema.- dijo la voz del señor.- Consiste en cualquier objeto portátil al que supersticiosamente se le atribuye alguna virtud sobrenatural: atraer la buena suerte o asegurar la protección de su dueño.
-Así es señor, ya tenía conciencia de que es un amuleto pero le agradezco volver a recordármelo.- respondió este.

Dumbledore frunció el ceño mirando como Tom había cambiado drásticamente. No era el mismo niño que había entrado por primera vez a Hogwarts, sin embargo tampoco era el mismo que dejó el colegio.

-A quien quiere proteger? Puedo ayudarlo si me da más información.- empezó a decir este.
-A nadie.- lo volvió a interrumpir el chico.

-Al fin y al cabo... un amuleto no es más que algo físico. No hay magia en un amuleto, es la persona la que cree en ello, es la misma persona la que se protege del... mal, creyendo que es el amuleto el que lo hace.- le dijo el director antes de que el azabache se fuera finalmente.

Si era cierto lo que le había dicho el director... Daila debería aprender a vivir sin su estúpido collar.

Salió con cautela del castillo y volvió al mismo sitio donde se supondría que estaría Daila esperándolo. Pero sería demasiado sorprendente que ella estuviera ahí.

Claramente la chica no estaba y eso alertó demasiado al azabache quien empezó a buscarla lo antes posible.
-Mierda.- soltó este mientras caminaba apresurado, mirando en todos los lados.

Cuando la encontró, pensó en ahogarla en el lago por darle tal susto, no obstante, cuando vio lo tranquila mirando al lago, se le pasó.
-Como te atreves a irte sin más? Pensaba que...- empezó a decir este.

-Que te había dejado?- acabó la frase ella mientras miraba en dirección al lago.- Ambos sabemos que no.

El azabache no dijo nada y se sentó a su lado, sin saber cómo decirle que no tenía su collar. Sabía que ella se lo tomaría demasiado mal, pero por una razón... no quería decepcionarla.

-Y bien?- preguntó ella finalmente.
-Es que no me preguntaras por tu ridículo collar?- le dijo este ahora estresado.

La chica solo sonrió para si misma mientras pasaba su vista al azabache quien estaba esperando otro golpe de ella.
-No hace falta. Ya se que no lo tienes.- respondió sin más.

Había escuchado bien?

our perfect crime (Tom Riddle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora