Susurros de amor © [FINALIZADA]

Capítulo 27: Confesión inesperada

15 de noviembre, 2018

¿Qué más puedo escribir?

Pensé, sosteniendo en mi mano una hoja de color rosa pastel. Dainan me dio un regalo sorpresa ayer por la noche, era una cajita forrada de un papel extraño, parecía periódico. Adentro había una carta:

KIT SORPRESA

"Aurora escribe en una hoja, cinco deseos, o sueños que te gustaría hacer realidad conmigo"

Aún me faltan dos, pero es que tengo tantas cosas que me gustaría hacer realidad, y mejor aún junto a él. He pensado en un viaje, pero es demasiado, mis papás no aceptarán que vaya, porque aún no termino el instituto. Entonces, en lugar del viaje escribiré otros planes que tengo en mente.

Alzo mis puños al cielo, porque al fin terminé esa pequeña lista, mi cabeza estaba a punto de explotar, porque nunca me puse a pensar que es lo que me gustaría hacer con él. Fue interesante esa propuesta, porque así me di cuenta que no solo tengo cinco sueños o planes, sino muchísimos, los cuales quiero cumplirlos junto a él.

—Aurora, por favor baja—escucho la voz de mamá llamarme.

—¡Voy!

Salgo del cuarto feliz y bajo las escaleras saltando como caballito.

Mis papás están sentados en el sillón, ambos traen el semblante muy serio. Mamá tiene una taza de café sobre sus piernas, y papá una revista entre sus manos. Mi mente se pone en alerta, ya que tengo la leve sospecha de qué sé la razón del porque me han llamado.

—Siéntate, queremos conversar contigo—mamá me invita a sentarme al frente de ella.

Puse mis manos sobre mi falda.

—Habrá un examen este domingo, la Universidad de Carolina del Norte está invitando a todos los estudiantes de último año de instituto a rendirlo. —mamá bebe un poco de café—Quiero que lo des, pero antes de ello, debes inscribirte para una carrera y lo harás para Leyes. ¿Me has entendido?

No estoy lista, aún no. Necesito tiempo para pensar si lo que quiero en mi vida es ser abogada. El miedo de no ingresar a la universidad también me llena de angustia, porque sé que la decepcionaré. Mis piernas tiemblan, al igual que mis manos. Simplemente me está pidiendo y obligando algo que en verdad no quiero hacer.

Meneo la cabeza—Mamá yo... —es tan difícil esto, tengo la mente en blanco, mi garganta está seca. No hay nada que yo pueda hacer, porque tampoco sé que es lo que quiero estudiar, solo me quedaría aceptar, sin embargo, esa tampoco sería buena opción.

—Hija, estás en tu derecho de negarte. —papá trata de animar, o apaciguar el momento.

Antes de aceptar, me arriesgaré.