CAP 9

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-Quién es ella Nam – Preguntó en un Susurro el Azabache aún detrás de su espalda.


-Él amor de su vida – gritó Nahara con burla y enojo palpable. – Acaso no se lo has contado Jooni.


-Cállate, Nahara. Qué haces aquí?.


-Ay… por favor Namjoon. – el hada camino acercándose a un metro de él, - Mira a tu alrededor y dime ¿Qué ves? – se rió – Yo solo veo Muerte y destrucción. ¡Tu tiempo se acaba! – bajo su voz volviéndola más dulce – Vuelve conmigo y serás de nuevo como antes, todo será como antes


-Cómo te atreves? – rugió – A caso crees que podría estar contigo, y peor aún, como antes? – dio un paso a ella –Mira tu también en lo que me convertiste. Esto no es más que un juego para ti.- Su voz salía en gruñidos ásperos, que estremecía a el hada.


-Bien.. pues tú decides, querída bestia, ¡Tu tienes la última palabra, siempre la has tenido… -giró avanzando por el Jardín de Rosas y a su vez abrió los puños, esparciendo un polvo de color negro tan fino como el viento.


Namjoon vio con horror como esas rosas adquirian un color característico de lo marchito, de lo muerto y lo insano.


A su vez las rosas cristalizadas, impactaba en el suelo como polvo fino.


El dolor en su pecho fue tan desgarrador, que cayó sobre sus rodillas jadeando.


--Nam~ La voz afligida de Jin entro sobre sus oídos en una ligera súplica desesperada.  – Qué pasa, Nam?


Ella se burló – Cuando la última rosa muera, Tú, querido… morirás con ella. Tienes tres días. ¡Desidirás estar conmigo si eres inteligente! ¡Solo Yo podré curarte!– Ella levantó sus alas y ascendió marchándose en seguida.


Jin lagrimeo sosteniendo su rostro, sufría, lo veía en sus expresiones y en en sus ojos abatidos.  El miedo inundó sus sistema, no quería perderlo.


-Tranquilo – Trato de ponerse en pie – Estoy bien… solo dame un momento.


-Yo~Yo te ayudo… - juntos se levantaron y en un recorrido turtuoso, lograron subir las escaleras y llegar a la alcoba, acomodo el cuerpo grande sobre la cama viendo como Nam llevaba sus grandes manos sobre su pecho.


Jadeaba mientras sus ojos lagrimeaban y Jin sin evitarlo, desendio su cabeza sobre el pecho ageno.


Reposo ahí tragandose sus sollozos, - No quiero perderte – susurró sobando el fuerte pecho que su cabeza no cubría.


Namjoon cerro los ojos, amaba tanto sentir el contacto ajeno, hacia años que nadie le tocaba como el bello azabache sobre el.


Con sorpresa fue consciente de como sus jadeos se reducieron a suaves suspiros,  y el dolor en su pecho era solo la caricia permanente y temblorosa de Jin.
No entendía como la paz subjetiva que Jin le transmitía, se volvía tangible y visible en sus estabilidad.


Jin intento alejar su rostro pero Namjoon posó sus mano sobre su espalda – No te alejes ¡ por favor! Me haces bién.


Jin levantó el rostro y le sonrió aún con las lágrimas silenciosas descendiendo de sus mejillas. Se aferró a su pecho y permanecieron así por mucho tiempo.


¡¿Por qué no había dolor y muerte donde debería de haber? ¿si las rosas en su jardín morían, Por qué él parecía vivir más?


Su motivo de vida eran las rosas, ellas representaban un día de su vida. Y no lo entendía, no lo podía comprender mientras las miraba morir.

EN SUS GARRAS "NamJin"♥️Where stories live. Discover now