Tan Cerca

178 22 4
                                    

-Verás... - empezó a decir. - Hay ciertos rumores de que tienes relación con uno de los monstruos marinos que capturaron hace muchos años. No hace falta que digas nada, simplemente las fechas cuadran y las investigaciones del departamento de criaturas son cada vez más. Piensan que somos criaturas peligrosas y que no deberíamos vivir.
Notaba la tristeza en sus palabras como si fuera la mía misma.
-Sé cómo se siente al tener que estas escondiéndote. Y más aún cuando eres el príncipe, tiene que ser horrible...
-La fortuna no me sonríe precisamente. Pocos lo saben pero mis padres nunca pudieron tener hijos y yo fui adoptado. En cuanto se dieron cuenta de lo que llamaron mi "maldición" lo ocultaron concienzudamente. Es muy triste porque de mí depende tanto... No me puedo permitir ningún error...
-No es tu culpa... Debe ser duro pero seguro que puedes con ello. - traté de animarle dedicándole una sonrisa. Él sonrió levemente y negó con la cabeza.
Hubo un tiempo de silencio en el que me quedé absorto, mirando como sus escamas que iban desapareciendo de su rostro brillaban con la poca luz que había. Su mirada triste se había fijado en el agua tranquila, como si el tiempo se hubiera detenido. Sabía que estaba necesitado pero no sabía qué sería lo apropiado. Por un momento movió su mirada hacia mí y me avergoncé de que me viera observándole. Se puso nervioso y creo que llegó a molestarle pues apartó la mirada de inmediato.
-Creo que deberíamos irnos. - dijo tras unos segundos más de silencio. - Si nos vieran así podría ser un problema.
Asentí y salí tras de él de la piscina. Sequé lo que me quedaba como pude con la chaqueta y abrí la puerta dispuesto a volver corriendo a la habitación. En cuanto vi que estaba todo despejado fuimos con paso rápido hasta las escaleras.
Su habitación estaba en una planta superior, por lo que se despidió de mí antes de que yo llegara a mi puerta.
Me desplomé tratando de procesar lo que había pasado, tratando de recordar cada detalle por si algo se me escapaba, pero no había manera de que nos hubieran podido descubrir. Me preocupé un poco por mis antecedentes y no me había quedado claro qué haría él con ese tema. Tenía miedo de que me delatara ahora que lo sabía con certeza y así excluirse de toda sospecha. Era una posibilidad que no había barajado cuando estaba con él, pues transmitía confianza y tranquilidad... Aunque también podía ser lo que le habían enseñado. Estaba hecho un lío. ¿Hasta dónde podía creerle? ¿Me habría tomado el pelo? Necesitaba una respuesta y que me diera su palabra, pese a que sabía que a la hora de la verdad era su palabra contra la mía. Necesitaba idear un plan para revelar su verdadero rostro y al día siguiente pensaba hacerlo.

***

Mi corazón estaba desbocado. Nunca había hecho algo así, pero tenía que mostrar firmeza. En cuanto pareciera débil podría aprovecharlo para jugar conmigo. Cada vez me cuadraba más la idea de que fuera falsa amabilidad y todo hubiera sido una trampa. ¿Cómo me había podido dejar engañar por una cara bonita?
Mientras me maldecía a mí mismo por los pasillos le encontré: estaba probando una sopa en la cocina. Enseguida me saludó sonriendo y yo se lo devolví.
-¿Podemos hablar un momento? - pregunté amablemente, manteniendo la sonrisa falsa. Él asintió y cayó en mi trampa. Le cogí del brazo y le llevé hasta el único sitio donde sabía que no tendría escapatoria.
Seguía algo nervioso por que me saliera la jugada bien y él estaba entre confuso y asustado. Le acorralé en la pared y apreté su muñeca fuertemente contra esta para que no pudiera hacer nada. Sin darme cuenta me había acercado demasiado, lo que me incomodaba aún más; pero ya no había vuelta atrás.
-¿Q-qué haces? - dijo muy nervioso.
-Creo que me has engañado para saber la verdad sobre mí.
-¿Cómo? - su cara de confusión me hizo dudar, pero no pensaba volver a dejarme engañar.
-Creo que lo que hiciste no fue para ganarte mi confianza si no para que mostrara la verdad.
-¿De qué estás -
-Dime, ¿estoy en lo cierto? ¿Me engañaste sabiendo que sería mi palabra contra la tuya?
Sólo obtuve silencio. Cada segundo que pasaba mi duda aumentaba.
-Me estás haciendo daño...
Enseguida le solté. No sabía lo que estaba haciendo. Me costaba tanto creer que había alguien que fuera realmente bueno hasta el fondo, sin ninguna razón para ello... Me sentía realmente estúpido.
-Lo siento... - suspiré y miré al suelo avergonzado.
-No sé de qué va todo esto, pero, ¿de verdad te crees que le enseñaría esto a alguien sin más? Sólo quería recompensarte y, en caso de que estuviera en lo cierto; mostrarte que no estás solo.
Me quedé sin palabras. Una parte de mí seguía pensando que todo podría ser falso, pero era tan difícil que eso lo fuera... Su mirada era tan sincera y su rostro tan amable que me era imposible desconfiar de él.
-Creo que me he vuelto loco del todo. - reí negando con la cabeza.
-Eh, está bien. No te preocupes. - dijo acariciando mi brazo. Pude conectar mi mirada con la suya, parecía verle el alma. Esos ojos marrones no podían mentir.
-Creo... Que te mereces una prueba de mi confianza... Pero... No sé que darte... Eso era todo lo que escondía...
Me sentía mal por todo lo que había hecho, aunque en parte dudar había sido lo correcto, pero no hacer las cosas de esa manera.
-¿Sabes qué? No importa. De todas formas si me llegaran a matar... No perdería nada.
-¿Qué?
-Bueno, soy sólo un pescador sin familia. Lo único que me queda es mi habilidad para pescar, ¿no?
Se quedó callado, mirándome realmente confuso.
-Déjalo, no pasa na-  me abrazó. Mi primer abrazo después de tantos años. Un abrazo de verdad, fuerte y que me hizo romper a llorar. Necesitaba tanto un abrazo desde hace tanto... Que no pude evitar devolvérselo.
-No estás sólo, de verdad que puedes contar conmigo.
Sus palabras fueron como caricias para mis heridas, tan reconfortantes que no me lo creía. Simplemente no quería que dejara de abrazarme.
-Debes estar pensando: "qué plebeyo más estúpido". - reí. Me miró a los ojos  y dijo sonriendo de medio lado:
-Noble. Es más, podemos ser amigos si quieres.
Mis mejillas comenzaron a arder y mi corazón se aceleró de nuevo. Asentí realmente feliz y le abracé fuertemente. Era lo que más necesitaba en ese momento. Por fin parecía que no había ningún truco entre tanta positividad en mi vida.

En cuanto nos empezamos a reír de nuevo y me pude tranquilizar, me dijo que tenía que seguir con los asuntos reales. No le retuve más y le acompañé a la puerta, donde me despedí. Cuando estaba subiendo las escaleras y yo iba a cerrar la puerta una voz me sobresaltó detrás mío:
-Vaya, vaya. Qué pillín el nuevo inquilino. - era una de las sirvientas del piso, con la que solía hablar a menudo. - Asique, con el príncipe, ¿eh? No pierdes el tiempo. Chico listo, sí. - dijo en voz baja.
-¿Qué? - es lo único que mi cuerpo me permitió decir. ¿Acababa de insinuar que estaba saliendo con Luca? Mi cara se volvió roja como un tomate y no podía decir nada.
-Y-yo, creo que se equivoca...
Ella negó con la cabeza y rió, disfrutando de mi vergüenza.
-Yo creo a mis ojos, y sé que os miráis de "esa manera". - dijo antes de irse riendo.
Me quedé ahí petrificado. ¿Cómo que de "esa manera"? ¿Qué manera? ¿De verdad pensaba que yo podría estar con él? Quiero decir, está muy lejos de mi alcance, no por su estatus; si no por su amabilidad, carisma, belleza... Por supuesto que me parecía atractivo pero, ¿realmente actuaba como si me gustase? Y lo más importante, ¿podría parecer que yo le gustara? Es algo que no me dejó dormir. Mi cara ardía sólo con pensarlo, cosa que nunca me había pasado. ¿Podía tener razón la mujer?
Una parte de mí quería creerla, pero sólo trataba de huir de esos pensamientos. Nada de eso podría tener sentido y sólo saldría perdiendo, asique prefería verle como un amigo...

✨SU ALTEZA✨ (AU luca) Where stories live. Discover now