El viaje del albatros

62 - Estaré allí

Sanem

- Tamam está bien, ¿nos vemos a las 20:30 en mi casa? Te sorprenderé con algo especial, ya verás -

Asiento con la cabeza y le saludo sonriendo y luego voy a buscar mi bolsa al camerino y salgo del plató.
Necesito estar sola, necesito alejarme de él durante unas horas para entender cómo me siento, qué significa lo de anoche para mí y para nosotros. Doy un largo paseo, perdido en mis pensamientos, y luego tomo un taxi para volver a mi querido lago. Me dejan en la playa, lo suficientemente lejos de casa como para tener tiempo de caminar con calma y ordenar mis pensamientos.
Me detengo de vez en cuando para arrojar algunas piedras al agua, está oscuro pero el silencio y la quietud del lago en la noche aún pueden calmarme. En dos días el rodaje habrá terminado, Can estará listo para partir y nuestros caminos volverán a separarse. Su vida está en Estambul, en el Fikri Harika, mientras que la mía estará en Izmir en los próximos meses y luego quién sabe dónde.

Voy a volver a Estambul para la boda de Layla y Emre, entonces nos volveremos a ver, por supuesto, pero ¿qué tipo de relación podemos construir cuando vivimos a cientos de kilómetros de distancia?

Me debato entre mil dudas, mi corazón me pide que nos demos otra oportunidad mientras aún se regocija al pensar en lo que compartimos anoche. Fue mágico, algo increíble que sabía que sólo podía experimentar con él porque mi corazón le pertenece y será así para siempre. Sentí visceralmente que lo que estaba ocurriendo entre nosotros era lo correcto, sólo con Can podré experimentar algo tan único y especial.
No me arrepiento ni me lo pienso dos veces.
Sé que fui en contra de lo que me enseñaron, de lo que está en la base de mis raíces y tradiciones, pero sentí y estoy convencida de que lo correcto es vivir al máximo el amor que siento por él, en todos los sentidos, independientemente de lo que pueda deparar el futuro.
¿Cómo puedo pensar en prescindir de él?
Pero al mismo tiempo, ¿cómo puedo renunciar a mis sueños?
No sería justo para mí, he llegado a comprender que el amor debe dar, debe enriquecer no quitar.

Camino durante mucho tiempo por la playa iluminada por la luna, recuperando poco a poco la compostura y tratando de poner todo en perspectiva.
Llego al camino que se adentra en el bosque y conduce a lo que, por ahora, considero mi hogar. Lo recorro lentamente hasta llegar a la casa adosada que, al parecer, ha sido "nuestra" casa adosada durante algún tiempo sin que yo tuviera ni idea.
La luz de la cocina de Can está encendida; sin duda está ocupado preparando su cena especial. Sonrío divertida, pero también encantada por su entusiasmo y su compromiso con todo lo que nos concierne.

Abro la verja y bajo por el camino, sin dejar de mirar esa ventana iluminada, esa presencia tan querida, tan esencial, y a la que me resulta imposible pensar en renunciar.
Llego a la puerta y, a la escasa luz que proviene de las farolas, veo algo que cuelga delante de mí, una nota que parece volar en el aire.
Miro con curiosidad el techo del porche y descubro que está atado con un hilo a un globo rojo en forma de corazón.. Ah Can ah, ¿qué se te ha ocurrido esta vez?
Abro la puerta y me llevo el misterioso mensaje volador de Can al interior de la casa, sin poder reprimir una sonrisa de emoción. A la luz de la puerta puedo abrir el sobre y leer el mensaje escrito en la tarjeta que hay en su interior y mi corazón no puede evitar sentirse desbordado por todo el amor que siento por él.

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Sólo quiero amarte dos veces en mi vida.
Ahora y siempre.

Tuyo para siempre, Can

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Miro emocionada el globo, con lágrimas en los ojos me aferro a mi pecho esa tarjeta que es la declaración de amor más hermosa que se pueda imaginar.
¿Cómo puedo resistirme a sus palabras? ¿Cómo puedo resistirme a él y a ese amor sincero que sentí anoche en cada caricia? No se pueden fingir ciertas emociones, no fue sólo pasión, sentí su tacto embrujado y reverente fue movido por los sentimientos que sé que tengo por él.