𝗟𝗮 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗛𝗮𝗱𝗲𝘀.

Lauce y Caronte

Habían pasado días desde que vi a José, trate de cambiar mi ruta y mis horarios para que el no pudiera seguirnos y creo que lo conseguí.

-Vengo en un momento Mel, termina de alistarte que vamos a cenar en unas horas.

Era noche buena, íbamos a cenar acompañadas de Damiano, el era foráneo y era la primera navidad que venía a pasarla con nosotras.

Salí a la tienda más cercana, por lo que fui caminando, el camino no era largo y necesitaba despejar mi mente y más por la intriga acerca del regalo de Hades.

Saliendo de la tienda a unos cuantos kilómetros pude ver a José enfrente de mí.

-¿Creiste que te volverías a escapar?

-Dejanos en paz- ordené -Estamos muy felices sin ustedes.

-Pero yo extraño tu cuerpo y también quiero vengarme de la paliza que me dió tu novio el de cabello negro- Hades...

-Vete porfavor- le rogué.

Me tomo con fuerza haciendo caer mis compras al piso.

-Me iré después de tenerte de nuevo.

Estaba aterrada, me sentía mal y quería llorar, había tenido 4 años llenos de paz y no quería volverme a sentir en peligro.

-¡DEJALA!- Escuché una voz familiar

José volteó a ver quién hablaba y yo aproveché para patearlo en sus genitales y correr.

-Caronte- corrí hacia él.

-Señorita ¿Se encuentra bien?.

-Si, vamonos- le dije jalandolo de su brazo

También ví a Lauce con el, quien nos siguió hasta la casa.

💀💀💀

Entramos y Melissa se estaba arreglando, así que por mientras nos sentamos en el comedor y yo les serví un poco de chocolate caliente para quitarles el frío.

-Me da gusto verlos de nuevo, ya los extrañaba- confesé

-Nosotros también- hablo Lauce

-Señorita, cuéntenos, ¿Qué ha sido de su vida?.

Tal vez Hades no tenía a Hermes para enviarme mensajes, pero enviar a Lauce y Caronte fue una buena idea.

-Estoy casi por terminar la carrera de escritura y artes- servía el chocolate en las tazas -Melissa ya tiene 10 años y antes de primavera cumplirá 11, también aprendí a conducir y conocí a un chico.

-¿Un chico?- pregunto Caronte extrañado

-Si, el me quiere pero la verdad es que no me interesa de ninguna otra forma que sea más que una amistad- reí -Es algo intenso Damiano.

-Caronte ella sigue enamorada de Hades, no te preocupes- dijo la mujer tomando la mano de Caronte.

Lauce tenía razón, yo seguía enamorada de él y por más que lo niegue, aún que duele su recuerdo.

-¿Cómo está él? Nos envió regalos este año, ¿Es feliz?- pregunté

Ambos se miraron mutuamente y su rostro entristeció.

-El... El está perdido en una tristeza enorme- soltó Lauce con la voz rota

-He tratado de consolarlo pero lo único que lo llena son los vicios.

-¿Vicios?- estaba extrañada

-Esa arpía y el vino de Dionisio- soltó Lauce

Hablaban de Persefone con odio.