𝗟𝗮 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗛𝗮𝗱𝗲𝘀.

La corona

El fresco del inframundo rozaba mi piel por las mañanas, me gustaba estar aquí, pese a que todo ha sido un desastre últimamente.

—¿Por qué estás despierta tan temprano?

—Hades, quiero celebrar que estoy de vuelta, hoy, aquí en el Inframundo.

—¿Estás segura?— pregunto Hades preocupado.

Lo mire con obviedad y un poco irritada por su pregunta.

—Bien, me encargaré de que todo esté listo.

Hacia mucho tiempo que no me sentaba en esta mesa, aún recuerdo cuando recién llegué aquí, como es que Melissa se encontraba fascinada comiendo hot cakes con bastante miel, me causa nostalgia saber que ella ya creció.

—Extrañaba desayunar contigo— confesé.

—Yo extrañaba ver tu hermoso rostro por aquí.

Eso era algo que me gustaba de Hades, es alguien que jamás creria que podría ser dulce, sin embargo lo era, y creo que el hecho de que pareciera alguien frío, hacia que cuando era romántico se sintiera demasiado lindo.

💀💀💀

El palacio esperaba visitas, ví a Hades incómodo más de una vez, jamás había sido el anfitrión de algún evento, mucho menos uno que tuviera lugar en su hogar.

Todo estaba listo para que llegaran los invitados y para que comenzará la fiesta, como decía Dionisio con la excusa de beber su fantástico vino.

—Señorita Alyssa, si no es inoportuno preguntar ¿A qué se debe la fiesta?— preguntó Caronte acercándose a mí.

—Solo quería festejar que regrese— el hombre me vio dudoso, parecía que me conociera más que nadie —Bien, es una trampa para Persefone.

—Me imagino que el Dios de la guerra le dió la idea.

—¿Cómo lo sabes?— cuestioné sorprendida

—Es un plan bastante desastroso igual que él, de igual forma, tenga— Caronte me dió unas dagas con bastante filo —Por si se ocupan

—¡ALYSSA!— grito Mel corriendo hacia mí cuando entró junto Apolo y las demás musas —Te extrañe mucho.

—Y yo a tí— la abrace con mucho amor —¿Cómo es ser una musa?

—Es la cosa más fantástica que me ha pasado, y pensar que yo quería ser doctora— se rió

Las musas se dispusieron a ambientar la fiesta con la coordinación de Apolo, no faltó mucho para que todos los dioses estuvieran ahí.

—Hey— me hablaron —¿Cómo estás ahora?

—Bien, excelente diría yo.

Eros me vio de arriba abajo, como si estuviera analizando cada parte de mi cuerpo antes de emitir comentario alguno.

—Y pensar que te conocí siendo un desastre, estabas toda desnutrida y ahora te ves más fuerte que nunca— me abrazó —Que felicidad me da verte así.

—Gracias Cupido, todo es por tí.

—¿Y la flecha?— preguntó

—Pronto la usaremos.

Para comenzar la fiesta, era importante que tanto Zeus como Hera estuvieran ahí, al final todo el apoyo que se nos ha brindado es gracias a que ellos nos dieron el soporte necesario para que muestra relación funcionará pese que Persefone era hija del Dios del rayo.

Cuando por fin llegaron, pude ver al jóven Hércules, tan fuerte y guapo como siempre, no fuí la única que se dió cuenta de su aspecto, Melissa estaba más que atenta de el; pude ver como cruzaban miradas y por instinto voltee hacía Eros, el cual solo me sonrió.