Capítulo Dos.

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Pienso tanto en él que me vuelve loco, simplemente quiero que me deje

Poco a poco su cuerpo regresó en sí mismo, escuchando a lo lejos una voz familiar hablando con otra persona. Se intentó de inmediato mover, levantando su cuerpo hasta quedar sentado sobre la cómoda cama que ya había reconocido con tan solo estar sobre ella, era la suya, estaba en su casa y abrió por fin los ojos, sintiendo una punzada fuerte en su cabeza ya que entre otras cosas se había desmayado debido a la falta de sueño, alimento, cansancio físico y emocional, lo que eventualmente involucra otros problemas de salud. Era un dolor profundo, que lo obligó a recostarse una vez más y observar hacia su alrededor, no había nadie. 

¿Será que nuevamente estaba solo? Quizás había sido un sueño, quizás luego de la pelea que tuvo con los integrantes de Bonten* había estado inconsciente y Takemichi jamás regresó, tal vez todo había sido una pesadilla para hacerlo entrar en razón porque... Ni siquiera él mismo se reconocía frente al espejo. No preguntó nada, no abrió la boca y solo volvió a descansar, apoyando su cabeza de lado para no seguir percibiendo esa intensa aflicción.

Mikey había amado a Takemichi desde que el día que lo conoció, desde que vio ese cuerpo débil y con poca musculatura enfrentarse a Kiyomasa en una pelea que era probable que el resultado fuera desfavorable para el más bajo.  Al comienzo, claro que le había recordado a su hermano... Esas peleas que iniciaba y que con el don que tenía para hablar, hacía entrar en razón a la gente. Era perseverante, ingenuo muchas veces, carismático, inteligente y de un corazón enorme, capaz de aceptar a todos sin juzgar pero, murió. Sin embargo, Mikey sintió con el paso del tiempo que Hanagaki significaba más cosas para él que no podía describir bien y asimismo, se hicieron más difíciles de controlar a la vez su vida iba en decadencia y no lo dejaron vivirla como le hubiera gustado. Sentía una atracción muy fuerte hacia su persona, tanto así que era la primera vez que lo experimentaba. No deseaba volver a ver a Takemichi porque sabía que estaba siendo feliz junto a los demás, junto a Hina... Él había conseguido lo que tanto anhelaba después de todo. Nunca quiso salvarlo a él, quiso concluir una cadena de sucesos que como detonante lo tenía a él.

El chico de ojos azules sin saberlo, se llevó toda la buena vida de Mikey.

Se intentó ocultar, durante años con la intención de no saber nunca nada más del anteriormente rubio. Sus impulsos oscuros eran lo que lo llevaron a cometer tantas locuras y en efecto, atrocidades en las que Bonten estaba involucrada. No había forma en la que se pudiera controlar, era probable que ya no tuviera más remedio que acabar con su vida para deshacer esta maldición y por supuesto lo había intentado, pero era un cobarde.

Entonces, probablemente la idea de quitarle la vida a Takemichi era una mejor opción. No podía matarse, pero sí matar a otros.

Creía que se quedaría junto a él para siempre.

Creía que no le haría caso cuando le dijo que se alejara.

Pero se equivocó.

— ¿Estás despierto? —Abrió sus ojos de inmediato, encontrándose con esos radiantes ojos azules que había soñado anteriormente. Su mandíbula estaba más definida, su cabello era tan oscuro al igual que la noche y estaba relativamente desordenado, su nariz seguía tan perfilada a como la recordaba.

Sintió como su propio rostro se empapaba de lágrimas saladas que no habían tardado nada en salir, como si hubieran esperado tanto tiempo para escapar. Su respiración se entrecortó al instante, quería sentarse y abrazarlo pero desconocía si dentro de toda la locura que consumía su ser, el hombre que tenía frente a él era verdadero y no una ilusión.

De pronto, se alarmó ya que el ajeno comenzó a llorar de igual forma.

— M-Mikey-kun... —Tomó una intensa bocanada de aire, como si se estuviera ahogando y cubrió su rostro con sus manos, en un intento de disimular lo afectado que se sentía en ese momento. Sus rodillas se debilitaron en segundos y su cuerpo descendió, lo suficiente como para que sus rodillas tuvieran contacto con el suelo y limpió como pudo las varias lágrimas que bañaban su fisionomía.— Lo siento... Lo siento tanto.

Desvió su mirada, cerrando sus ojos.

"No es real, él no podría estar aquí. Duele como el infierno"

— Lamento haber t-tardado tanto. No quería, y-yo... 

Hizo una pausa, siendo interrumpido en su intento de aguantar el llanto y las inmensas ganas que tenía de derrumbarse ahí mismo.

— ¿Qué parte de "sé feliz" no entendiste? —Le respondió antes de que retomara la palabra, aunque no sea real, aunque sea un escenario ficticio, quería saber.

— ¿Pretendes sacrificar tu felicidad por la mía? ¿Por la nuestra?

Permaneció en silencio, dándole la espalda como si de un niño pequeño se tratara.

— No pretendo tener una conversación con alguien que ni siquiera sé si está o no aquí.

— Date la vuelta. —Lo llamó, haciéndole dudar unos segundos en hacerlo. Finalmente lo hizo y de manera torpe, Takemichi inclinó su cuerpo hacia el propio para poder estrecharlo entre sus brazos.

"Es real"

Contuvo la respiración y sus músculos se tensaron ante el contacto, no lo esperaba. Hace años alguien no había tenido contacto físico tan cercano con su persona, se sentía como si le hubieran lanzado un balde de agua fría encima. Se dejó abrazar, ¿por qué sus articulaciones no reaccionaban, sin embargo? Quería quedarse ahí más tiempo, ¿era mucho pedir permanecer en ese lugar? En su casa, en esas cuatro paredes, entre esos brazos, con ese hombre.

— Estoy aquí, Mikey-kun. 

Seguía siendo igual que siempre, no había cambiado en nada durante 12 largos años. Takemichi era la misma persona que había guardado y jurado desaparecer de sus recuerdos. Se sentía de igual manera, ¿realmente había viajado en el tiempo?

Un recuerdo invadió su mente, cuando luego de la muerte de Emma él lo había sostenido y no solo físicamente, sino también psicológicamente. Desde que murió ella, su conducta había cambiado gradualmente, pero a pesar de querer alejarlo, siempre estuvo Hanagaki ahí... Quería alejarlo para toda la vida, estaba harto de que siempre volviera y aunque lo intentara, conseguía encontrarlo y ahora mismo, lo había hecho.

— Aléjate, solo quiero que me dejes tranquilo... —Murmuró débilmente, respirando con cierta dificultad como si se estuviera conteniendo las ganas de golpearlo o empujarlo lejos.

— Ya te dejé por 12 años, ¿de verdad piensas que me iré otra vez?



Glosario para quien no haya leído el manga:

Bonten*: Pandilla liderada por Manjiro Sano, que reúne a los líderes de otras tres, que cuenta con las personas más fuertes y temidas del mundo de la delincuencia. Bonten participa en una variedad de actividades ilegales, como juegos de azar, fraude, prostituciones y asesinatos. La crueldad e intolerancia de la organización hacia los traidores e informantes ha dificultado que la policía obtenga información sobre sus actividades.

B A D • Mikey x Takemichi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora