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JUNGKOOK

Desperté esa mañana sintiendo que había descansado como no lo había logrado hacer en los últimos días de viaje

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Desperté esa mañana sintiendo que había descansado como no lo había logrado hacer en los últimos días de viaje. Suspiré complacido mientras el sueño me abandonaba y observé algo molesto el sol colándose en la habitación con la fuerza de la mañana, solo entonces noté que estaba solo en la habitación.

Alterado, me incorporé y busqué a Taehyung, si no lo hice con la mirada, lo hice con el enlace, hasta que a través de este sentí su presencia calmada en algún lugar cercano, entonces mi corazón se tranquilizó. Recordando de repente la noche anterior, solté un bufido lleno de frustración y me dejé caer de vuelta en las sábanas, tuve la oportunidad de acostarme con él y la dejé ir por quedarme dormido, vaya vergüenza, desde que habíamos salido del palacio de Hila no habíamos podido hacer nada, y aunque por estos días realmente ni siquiera cruzó mi mente tener algo de intimidad con él, anoche lo extrañé como nunca.

Llevé mis dedos a la marca de mi cuello y la tracé sobre el relieve que formaba en mi piel, provocándome unos escalofríos a mi mismo, con Taehyung en mi mente. Recordé entonces las palabras de mi padre y el enojo y la confusión volvieron a caer sobre mí, si la traición estaba en su mente, debía advertir a Taehyung cuanto antes, pero en ese caso, ¿Qué sucedería? No podríamos traicionar nosotros a mi familia, yo no lo haría y sé que tampoco es algo que Taehyung llegaría a desear hacer, pero si no se lo decía yo mismo estaría traicionándolo a él y a Hila, pero de decírselo, ¿Acaso eso no le daba la opción a él de deshacerse de mí para así poder olvidarse de la responsabilidad que tenía de mantener su unión con Akala? Después de todo mientras yo no haya tenido ningún niño de sangre real mi existencia no supondría una verdadera importancia para Hila ahora que se podría confirmar la traición de mi nación. Tal vez no sería algo que Taehyung quisiese hacer, pero sí sería aconsejado de hacerlo por su madre, por los sabios del palacio y por el mismo señor Namjoon, con este pensamiento en mente, la puerta de la habitación se abrió de repente.

—¿Qué pasa?— dijo Taehyung, atravesando la puerta con rapidez y llegando hasta a mí.

—¿Qué pasa de qué?

—Te sentí asustado hace un momento— dijo él con preocupación y lo dejé tomarme de los codos, sentados sobre la cama, le sonreí en respuesta.

—No fue nada, ¿En dónde estabas?

—Hwan vino aquí esta mañana y me dijo que lo acompañara a la palestra, era demasiado temprano así que solo te dejé dormir, es genial, me habló de Sydia y de las veces que lo ha visitado, me presentó a amigos suyos del club de filosofía al que pertenece...

—¿A la palestra?, ¿Fueron allí?— le pregunté un tanto impresionado, la palestra es el lugar al que alfas y betas suelen ir a ejercitarse, realizar deporte y enfrentarse en combate, y como es la tradición, lo hacen completamente desnudos en su mayoría.

—Así es, Hwan dijo que estos días no asistía mucha gente así que no fue tan vergonzoso, aunque a nadie allí parecía importarle.

—Ah... Y, ¿Había omegas en las gradas?— le pregunté sin premeditarlo mucho.

MY PRINCE [TAEKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora