Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)

Poseidon!¡ 🌙

La noche era aquel dulce momento del día en el cual podías ser uno contigo, entrar en un ciclo de sueño con sus etapas, soñar, dormir entre cómodas y dulces almohadas mientras tu mente trabajaba lo último del día.

Y bajo el agua, la hora de dormir podía ser o el momento más calmado, o el más tedioso, en específico cuando te encontrabas con el tirano de los mares, terco como él solo, era realmente una aventura ir a dormir con la deidad.

Tanto porque no tenía sueño, como porque deseaba bañarse antes de acostarse tomando 2 horas y media (de casualidad) para esa tarea, o porque tenía hasta un pelo desordenado, verdaderamente era luchar contra una fuerza mayor, y aunque tuviera el privilegio de no matar a su querida por su insistencia "molesta", si luchaba todas las noches por obtener al menos una hora o 10 minutos de sueño con él.

Y no había sido la excepción esa noche, solo había un pequeño detalle que el tirano no parecía haber notado, que estaba más cansada que de costumbre, había pasado el día de aquí para allí, y su energía estaba casi acabada.

Entrando por la gran puerta de los aposentos reales, la reina de los mares había dejado sus zapatitos finos y pedido que esa noche no la ayudaran, no deseaba ser molestada esa noche, así que, quitandose sus ropas y cambiándolas por otras más cómodas, para sentarse en su tocador y comenzar a deshacer su peinado, para ese momento, el segundo dueño del lugar había entrado en un silencio de muerte común, Poseidon, el gran tirano de los mares, y su esposo.

Haber sido recibido en silencio por una vez había sido extrañamente agradable.

Pasando por su lado, sin siquiera tocarla, había hecho su rutina lentamente, cambiarse y ponerse cómodo para su descanso, e inconscientemente, esperaba que la reina sentada frente al espejo que se acomodaba los cabellos le hablara alegremente de su día como solía hacer, y estaba siendo extrañamente agradable.

Cuando se había parado en el marco de la puerta del armario mirándola fijamente sin decir una palabra, e intentando saber que le estaba pasando, y solamente mirarla ver con ojos apagados por donde iba peinando le estaba empezando a resultar extraño, nisiquiera parecía despierta aunque seguía haciendo su tarea.

Y no le estaba gustando en absoluto.

Sin palabras, el amargado dios de los mares se había acostumbrado a algo, a ser recibido y ahogando en un mar de cariños la mayoría del tiempo en el cual su reina estaba a su lado, más aún si era en privado, y las noches antes de dormir eran alargadas con un único objetivo, pasar al menos un cuarto del tiempo que no estaba a su lado en el día, aunque lo hiciera, claro era, a su manera.

Acercandose, ya sin paciencia por su comportamiento, toca su hombro izquierdo, haciéndola sobresaltar, al parecer estaba durmiendo despierta, y no le gustaba que hiciera aquello.

-P-poseidon, cariño...ya haz vuelto..-bosteza, volteando su asiento para verlo e intentar abrazarlo, cosa que es rechazada.

-¿Qué te sucede?.

-¿A qué te refieres...?

-Te dormiste despierta, tienes los ojos casi cerrados y la cara rojiza, además hoy no me recibiste como siempre, es extraño de tu parte.

-¿Acaso querías que lo haga? Pensé que lo odiabas... -bosteza, mirándolo.

-Lo hago. -el dios la miraba, cruzado de brazos, era la única a la que miraba a los ojos, la única a la que apreciaba, pero no cambiaba su actitud arrogante y autoritaria con ella, jamás- además, no necesitas dormir.

-¿Uh? ¿Porqué no, cariño?

-Eres una diosa, y los dioses no dormimos si no es por placer, jamás por necesidad.

Esas palabras provocaron una pequeña risa adormilada.

-Cariño, soy semi-diosa, ¿No lo recuerdas...?

Lo había olvidado por completo, puesto que para sus ojos era una.

- Además, ¿Porqué lo mencionas si lo odias? -sonríe algo adormilada, lo había atrapado en su propia mentira.

Antes de siquiera poder seguir mediando palabra, y atrapado en su mentira, la había tomado en brazos, sentandola en ellos y llevado a la gran cama, en la cual ambos dormían algunas noches a distancia, pero la había recostado y posado la cabeza en su vientre, esperando a ser servido con caricias, cosa que sucede mientras se terminaba de dormir por fin.

Al final esa noche no había sido tan complicado dormir, ni se había puesto tan caprichoso, solo deseaba recostarse y recibir cariños en silencio, solo esa noche.

Recuerden seguirme para más historias y agregar la historia a sus bibliotecas para próximas actualizaciones, buenas noches¡! ☕