Hades!¡

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Prendiendo un pequeño fósforo, y dirigiendo la llama a la vela, el espacio de la adivina se iluminaria, la pequeña llama iluminaba las cartas de tarot, y se miraba en la bola de cristal frente a la gitana.

-¿Estas lista para ver tu destino, encanto?

Sonriendo, una figura femenina, sentada frente aquélla mesa, asentía amablemente.

Moviendo las manos alrededor de la esfera de cristal, que revelaba el futuro, pasado y presente de una persona, una neblina se comenzaría a formar dentro de ella, primero violeta, luego verde, luego amarilla, y finalizando en magenta, un brillo saldría de ella, iluminando el rostro de la concentrada adivina de vieja edad, mostrandole así lo que quería ver.

-Ven, pequeña, mira esto...-entre los humos, se habían comenzado a formar figuras, primero, un lugar, un lugar muy bello, luego, una figura, vestida de blanco de pies a cabeza, tapada con una capa del mismo color.

Ambas mujeres observaban con atención la escena que poco a poco era nítida.

La dama de la visión observaba con mucha paciencia, sin moverse en absoluto, a una mariposa posada en una flor, estaba quieta, pudiendo ser confundida con una estatua si no fuera por el leve viento que al parecer soplaba en aquél mundo.

La admiraba y memorizaba cada patrón de sus alas, le gustaba conocer mariposas, siempre volvían a aquél jardín cuando tenían hambre, o simplemente cuando eran llamadas por la dama para posarse en ella a descansar.

Tenía paz, era el espíritu de la paz que le faltaba al mundo encarnada, un estado tan sereno con su alrededor, que lo atraía a ella con simplemente hacerse presente.

Respirando el fresco aire que soplaba, seguiría su camino por aquél lugar, observando las flores y la naturaleza bien arreglada con tranquilidad, parecía un simple día de paseo, como solía ser la rutina de la femenina, no era la mejor amiga del sol, pero necesitaba salir a tomarlo de vez en cuando.

El ambiente tranquilo que se proyectaba sería rápidamente corrompido por un hombre, vestido de mayordomo, apareciendo y hablandole, aparentemente nervioso, en una extraña situación sin contexto para la adivina que la veía.

-¡S-señorita! ¡¿Q-qué se supone que hace?!

-Las mariposas aquí se ven tan saludables, tan brillantes...

-¡No debe estar aquí!

-Mire esto, aquél árbol es el árbol de Granada, tiene un muy buen aroma...

-¡E-es contra las reglas!

-Y aquél árbol, se llama Jacarandá, sus flores caen en primavera y forman senderos lilas...

-¡Maldición! ¡¿Cómo siquiera salió?!

-Y aquélla insecto se llama oruga, ellos se hacen mariposas cuando su momento llega...

Tomandola de los hombros con fuerza, y zarandeandola, comenzaba a desesperarse por su falta de atención.

-¡Solo vuelva! ¡¿No oye cuando le hablan?! ¡Solo! ¡Vuelva! ¡Ya!



-Un hombre, cariño. -hablaría la adivina.

-Proteus, ¿Porqué tantos gritos...? ¿Porqué estas faltandole el respeto así a una damisela?

-¡S-señor! -separandose con rapidez, haría una reverencia frente al nuevo protagonista de la visión- ¡L-lo siento, señor!

Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora