Capítulo 1

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Narra Skyler

Suspiré mentalmente cuando la clase terminó, la escuela llegaba a ser demasiado agotadora.
Deberían darme un premio al chico más sonriente del planeta. Aunque...tendría una digna competencia contra aquel deportista rubio de la escuela que parecía sacado de un comercial de pasta de dientes.

Negué ligeramente, me estaba desviando del tema. Aún tenía que llevar los cuadernos de mis compañeros al salón de maestros. Guardé mis cosas en mi mochila y me la colgué en el hombro. Casi al instante fui sujetado de la manga de mi uniforme.

—Skyler, dime qué no tienes que quedarte a ayudar al profesor— Una de mis "amigas" desde la secundaria me miraba con el ceño ligeramente fruncido.

—No, hoy no...— le dediqué una sonrisa y use el tono de voz que usaba con todos.

—¡Genial! Casi creí que lo habías olvidado— sus ojos brillaron mientras brincaba ligeramente.

—...— mí mente estaba en blanco. No podía recordar que se supone que no había olvidado. Tragué saliva disimuladamente— Pero primero debo llevar los cuadernos al salón de profesores.

—No hay problema. Yo te acompaño y después de eso podemos ir a mi casa— su sonrisa creció. Por lo menos ya sabía que lo que sea que le hubiera prometido tenía que ver con ir a su casa— Es más, se una forma de que sea más rápido— Se giró sobre sus talones y antes de que pudiera preguntar levantó la voz—¡Mike! ¿Nos ayudas a llevar los cuadernos al salón de maestros?

Susie a veces era demasiado energética para mí gusto. Como un torbellino difícil de controlar y del que era imposible saber que sería lo siguiente con lo que arrasaría. Por otro lado estaba su hermano. Él era...excesivamente difícil de descifrar. Mi amabilidad no parecía perturbarlo, cada vez que le sonreía el solo me miraba sin decir nada y eso era un poco intimidante.

—Esta bien Susie, creo que puedo...

—Esta bien, no tengo nada que hacer— El pelinegro se encogió de hombros y con un ademán le dijo a su amigo que podía irse. Luego solo se acercó al escritorio a tomar toda la torre de cuadernos.

—No es necesario que los lleves todos— me apresuré a acercarme y aunque sabía que era duro de tratar, le sonreí como al resto.

—No pesan nada, así que no te preocupes.

—Insisto en qué no tienes que hacerlo.

Nos miramos por un segundo que sentí como largos minutos de silencio. Puso los cuadernos sobre la mesa, lo que hizo que yo pensara que había ganado. Pero no, se quitó la mochila y luego la dejó sobre mis manos sin avisarme. Juro que tuve que esforzarme para no irme de frente a saludar al suelo. ¿Qué tenía en la mochila? ¿Piedras? Acto seguido, volvió a cargar los cuadernos.

—Puedes llevar mi mochila si te hace sentir mejor.

—Me parece un trato justo— sonreí por qué no me quedaba de otra.

Perdería más tiempo si peleaba con ese sujeto; que parecía tener las emociones apagadas, que si aceptaba su molesta ayuda. Él era más alto que yo, así que sus pasos eran largos. No tardo nada en alejarse más de dos metros de mí. Maldito poste con patas.

—Vez así es más fácil y no cargas tanto—mi amiga estaba encantada con la idea, por ahora tendría que calmar mis pensamientos asesinos hacia su hermano.

—Si, tuviste una buena idea—sonreí aunque sentía que nunca había cargado algo tan pesado en mi hombro como aquella mochila. La mía se sentía vacía a comparación.

—Estoy deseando que vayamos a casa, estaría perdida si no me hubieras ofrecido tu ayuda.

—Sabes que me gusta mucho ayudarte en lo que pueda—de nuevo tuve que fingir que sabía de lo que hablaba.

—No me esperaba menos de el chico más amigable de toda la escuela—mencionó con emoción. Estaba acostumbrado a ese tipo de halagos. De repente ella hizo que paramos y se paró de puntitas para decirme algo suavemente en el oído—¿Seguro que no quieres ser mi cuñado?

—¿Eh?...—me quedé un segundo en silencio.

Tardé un poco en carburar a qué se refería mi amiga. Cada cierto tiempo me hacía ese tipo de comentarios. Pero aún así siempre lograba tomarme por sorpresa. Instintivamente miré hacia el frente. Como me había detenido, el susodicho ya había logrado estar a una distancia considerable de nosotros.

No es que Mike fuera feo. Era alto, su cabello negro quedaba bien con sus ojos grises, su espalda era ancha y se mantenía en buena forma. Pero su actitud...no tenía nada de atractivo, definitivamente no era algo que pudiera dejar pasar. Yo no me consideraba alguien fuera de lo común con mi sencilla apariencia. Cabello rubio avena y ojos azules no era algo que fuera único en Inglaterra. Aún así a pesar de eso yo obtenía muchísima atención por mi forma de ser y hasta mantenía cierta popularidad. Estaba seguro de que pretendientes no me faltaban, pero a pesar de todas mis quejas mentales, cuando me quería emparejar con su hermano mi cuerpo me traicionaba.

—N-no digas ese tipo de cosas...— podía sentir como el calor se había acumulado en mis mejillas— Ni siquiera hablamos lo suficiente.

—Pues podrías conocerlo muy a fondo en su alcoba...— la miré rápidamente cuando dijo eso. Su sonrisa traviesa solo hizo que el calor aumentara hasta invadir mis orejas—si sabes a lo que me refiero— uso su codo para golpear mi brazo ligeramente y retomó su caminar.

—¡Su-Susie! Eso es todo, menos algo que debas ir hablando a la ligera por los pasillos—me quejé entre avergonzado y molesto antes de volver a caminar junto a ella.

Su sonrisa solo hacia que no pudiera calmar mis nervios. Su hermano estaba muy lejos de ser el tipo de persona que podría gustarme.

Nunca de los nunca me verían a mí, Skyler Brook enamorado de alguien como Mike Darren.

Estaba muy seguro de eso.

***

Hola owo

Pues aquí inicia este nuevo proyecto, se que posiblemente esten dudando en leerlo por qué tiendo a dejar las historias nuevas pausadas owoU, pero está vez escribí algunos capítulos antes de subirla.

Incluso este comentario lo escribí hace mucho xD

¿Qué opinan? ¬w¬

En fin, nos estamos leyendo en el siguiente capítulo

Chao chao owo/

¿Sabes algo? ¡Te odio!Kde žijí příběhy. Začni objevovat