Capítulo 12

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Narra Skyler

Había pasado una semana entera evitando toparme con Mike en la escuela, pero ahora tenía que verlo para ir al museo. Mire la hora, ya son las 9:10 y el idiota de Mike no se había dignado a aparecer, aunque le dije que fuera puntual. Bufe mientras estoy sentado en el sofá y esta vez mire el techo, tal vez solo me va a dejar plantado. Me levante porque no estoy dispuesto a esperarlo más tiempo, soy algo maniático con eso de las horas.

Mire mi mochila una vez más, solo para asegurarme que llevo todo conmigo. Llaves, billetera, celular, una pequeña botella que me encanta llena de agua, algo de dinero oculto por si acaso, un par de dulces, una agenda pequeña con una pluma y pastillas para el dolor de cabeza. Si, tengo todo.

—Ya me voy, vengo al rato.

—¿Ya vinieron por ti cariño?—mamá se asomo por la puerta de la cocina con manchas de harina en la cara y un delantal de gatitos.

—No, pero ya me cansé de esperar— Miro el reloj de la sala y se perfectamente que me va a decir.

—Solo han pasado doce minutos cariño— Soltó un pequeño suspiro.

—Doce minutos en lo que ya pude avanzar cuatro cuadras mamá.

—Dios, saliste igualito a tu padre

—¿Qué yo que?—Parece que con ese comentario lo invoco por que venía bajando las escaleras.

—Ay cariño, es que Skyler ya se va por que su amigo esta retrasado doce minutos.

—Trece minutos— Aclare porque justo acaba de pasar al minuto siguiente.

—¿No quedaron a las nueve en punto?—asentí y el negó suavemente—La puntualidad en los compromisos es sumamente importante.

—Se supone que no lo alientes, solo por eso nada de Wafles con jarabe de chocolate—Con esas palabras se regresó a la cocina y pude ver como a papá se le derrumbo el mundo.

—¡Pero cariño!...

Después de eso lo vi seguirla y negué suavemente. Por que era inevitable que sucediera cuando mamá tiene toda la razón, soy igual a mi padre en ese aspecto. Pero es que mi tiempo siempre esta bien medido y tengo muchas cosas que hacer hoy como para salirme de mi itinerario.

—Lo olvidaba, que te vaya bien cariño. Cualquier cosa nos llamas—Sonreí por que justo abría la puerta cuando mamá dijo eso, pensé que lo había olvidado por estar peleando con papá.

—Si mamá, gracias—Ahora si salí de mi casa.

Hay un poco de sol, pero nada con lo que no puedo lidiar, estaba a punto de dar un paso cuando el pelinegro apareció corriendo frente a mí. Lo mire con el ceño fruncido, pero lo deje recuperar un poco el aliento antes de empezar a cuestionarlo por su retardo.

—¡Perdón Sky!—Tenia sus manos sobre su rodillas y luego paso una de ella por su cabello echándolo un poco hacia atrás, me sorprende la rapidez con la que el cabello se acomodó de vuelta a su lugar. Soy muy observador con ese tipo de cosas. Pero eso no es importante ahora— Perdí el primer tren y el segundo se quedó detenido a la mitad del camino por un fallo eléctrico.

—Seguro que saliste tarde de tu casa y todo esto es una excusa bien planeada— Me cruce de brazos mientras lo miro, esa ropa que trae se me hace extrañamente familiar.

—No, te juro que no es así. Pero ya estoy aquí, prometo compensarte por el retraso— Sonrió y me limite a asentir mientras empiezo a caminar con el siguiéndome los pasos.

Lo mire un poco de reojo, es que trae puesto unos jeans color negro con unas botas del mismo color, una playera blanca y una chaqueta muy genial como de piel que hacia juego con el resto del conjunto. Me parece demasiado para ir a un museo, pero no puedo negar que se ve increíble. Me recuerda un poco a Dan, el chico del libro que me gusta, pero es imposible por que el no lo ha leído. Aun así, le queda muy bien...deje de mirarlo con el ceño fruncido. Claro que no le queda bien, solo es un idiota llamativo. Si solo eso.

¿Sabes algo? ¡Te odio!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora