8.

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Tres golpes se escucharon dentro del departamento de Jooheon, antes de que la puerta fuera abierta.

Su rostro se endureció al mirar aquel hombre frente a él, ¿qué hacía en el departamento de Jooheon? Y sin camisa. Todo tipo de pensamientos surcaron su mente casi de forma instantánea, hasta que una voz lo interrumpió.

-Joo, te buscan en la puerta!-sea quién fuera aquella persona, apenas lo vió detrás de la puerta, había gritado llamando a Jooheon.

"Joo" aquel apodo había retumbado en sus tímpanos, sintiendo como una molestia crecía en su pecho. Ahora podía permitirse sentirse tan celoso como quisiera, porque aquel omega era suyo. Completamente.

-Tranquilo, hombre. Soy su mejor amigo.-Changkyun lo observó con desconcierto, notando como tapaba sus fosas nasales con una de sus manos. Fue entonces cuando se dió cuenta que todo el pasillo apestaba a él. Olía a madera vieja, húmeda. Olía a celos.

Carraspeó un poco permitiéndose relajarse entonces, recordando cuando Jooheon le había hablado de él. Jackson, su mejor amigo. Un beta.

Rascó su cabeza un poco incómodo dispuesto a disculparse con aquel hombre, cuando en ese instante, pudo observar a Jooheon asomarse al pasillo, sin camisa. Su respiración se cortó y su piel se erizó. A pesar de no tener un cuerpo musculoso, Jooheon se mantenía en forma. Ante sus ojos, aquel omega era precioso.

Casi como por arte de magia, los colores llegaron al rostro de Jooheon al notar la presencia del alfa. Su entrecejo se frunció un poco al ver a Changkyun detrás de su puerta, aún así, su interior se volvió un torbellino, una sensación que solo el alfa provocaba. Estaba ensimismado.

Solo cuando escuchó como una persona cerca de él, chasqueaba su boca, cayó en cuenta de que Jackson estaba ahí, presenciando aquella escena. Su mirada viajó hacía su mejor amigo, notando una sonrisa burlesca pintada sobre su rostro. Bufó, de esa no iba a salvarse. Con un movimiento de ojos, Jooheon incitó a Jackson de irse de ahí.

-Los dejo solos.-el tono en su voz era burlesco, pero Jackson decidió esperar a estar a solas para seguir burlándose de su mejor amigo, desapareciendo por el pasillo hacía la habitación.

-¿Qu-qué haces aquí?-tartamudeó. Se acercó un poco más a la puerta, tratando de ignorar el hecho de que lo estaba recibiendo sin camisa y el alfa estaba comiéndoselo con la mirada.

-Olvidaste esto en el auto.-respondió Changkyun, extendiéndole un maletín. Solo hasta ese momento se percató del objeto en las manos del alfa.- Pensé en dártelo en la oficina mañana, pero creí que podrías necesitarlo.-mentira. El alfa había regresado en parte sí, para devolverle el maletín a Jooheon, pero más que nada para verlo de nuevo. Aún así esbozó las comisuras de sus labios, en una apenas visible sonrisa. Fácilmente podría confundirse con una mueca.

-Gracias.-murmuró. Al tomar el maletín, sus dedos se rozaron enviando una corriente electrizante por todo el cuerpo de Jooheon. Su piel se erizó y su interior ardió, sin percatarse realmente del efecto casi muy parecido que había provocado en Changkyun aquel simple tacto.

La mirada del más alto viajó hacía el pecho de Jooheon, sin poder evitarlo. Mentiría si dijera que no deseaba volver a probar los pezones del omega, ahora ligeramente abultados, probablemente a causa del frío infernal que abordaba a Corea últimamente. Por su mente pasó los recuerdos de aquella madrugada, aquella en donde pudo disfrutar de la piel de Jooheon y de los gemidos que emitía su preciosa boca ante el tacto de su lengua sobre su piel. Relamió sus labios con descaro a la vez que su mirada subía al rostro de Jooheon. Los grisáceos ojos del menor brillaban y sus pupilas estaban ligeramente dilatadas, sin mencionar sus rosados y entreabiertos labios. Changkyun se moría por besarlo.

Misbehave-Jookyun- (omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora