Familia

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Ahora que los he reunido a todos, después de tanto tiempo sin vernos, me permito comentarles que siempre me parecieron unos hipócritas. Sé que sólo me soportaban por mi dinero y ninguno de ustedes tuvo nunca buenos deseos hacia mí. De hecho, todos estaban esperando que muriera.

Bien, ya se les concedió el deseo, pero, una última cosa, todos mis bienes y propiedades pasarán a manos de la beneficencia pública, ninguno de ustedes, buitres malditos, obtendrá un solo centavo de mi...

—Y eso es todo... —dijo el notario nervioso al leer el testamento en medio de esa jauría de hienas enfurecidas.

Relatos Escalofriantes Where stories live. Discover now