Ahora que los he reunido a todos, después de tanto tiempo sin vernos, me permito comentarles que siempre me parecieron unos hipócritas. Sé que sólo me soportaban por mi dinero y ninguno de ustedes tuvo nunca buenos deseos hacia mí. De hecho, todos estaban esperando que muriera.
Bien, ya se les concedió el deseo, pero, una última cosa, todos mis bienes y propiedades pasarán a manos de la beneficencia pública, ninguno de ustedes, buitres malditos, obtendrá un solo centavo de mi...
—Y eso es todo... —dijo el notario nervioso al leer el testamento en medio de esa jauría de hienas enfurecidas.
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Relatos Escalofriantes
HorrorEn estos relatos cortos se explora una pequeña parte del lado obscuro de la mente humana. Las personas, así como son capaces del acto más bondadoso, también lo son del más mezquino. Si a ello le sumamos una pizca de ingrediente paranormal, entonces...