—¡Pero qué manjar! ¡Qué delicia! !Los filetes han quedado magníficos! Es verdad eso que decían acerca de la carne blanca marinada con perejil al vino. La consistencia es idónea. El horneado es crujiente. La textura es excelsa —le decía a mi invitado, sentado al extremo de la mesa.
Solo estábamos el y yo.
No me respondía.
No me respondía, porque era justo a él a quien me estaba comiendo.
Bueno, al menos unas partes.
El canibalismo resulta poético cuando sientas a tu víctima frente a ti.
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Relatos Escalofriantes
الرعبEn estos relatos cortos se explora una pequeña parte del lado obscuro de la mente humana. Las personas, así como son capaces del acto más bondadoso, también lo son del más mezquino. Si a ello le sumamos una pizca de ingrediente paranormal, entonces...