Capitulo 4

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Marina no durmió en toda la noche, solo lloro amargamente sintiéndose muy mal por arruinar los papeles de Clef, desde luego no lo culpaba por la forma en que la trato, Cefiro seguía desestabilizándose y ella se sintió muy asustada por eso, los fenómenos atmosféricos seguían empeorando, los temblores eran más frecuentes y las personas y criaturas estaban aterradas y alteradas.

Marina se levantó de la cama a pesar de no haber dormido y solo se sentó en el borde de esta pensando, no sabía qué hacer, no tenía hambre a pesar de no haber cenado la noche anterior, aun recordaba cómo sus dos amigas fueron a buscarla cuando no se presento en la cena y ella solo se hizo la dormida para esquivarlas y que no vieran sus ojos llorosos, razón por la cual tampoco se presentaría esa mañana a desayunar, solo pensaba hasta que escucho una voz.

-Mi querida niña, no deberías llorar ni tener esa mirada tan triste, dime que atormenta tu pobre corazón-

-Ceres… bueno yo… arruine la investigación de Clef… - Marina se dispuso a contarle a su genio todo lo que había sucedido el día anterior –No sé qué hacer… no tengo cara para verlo… -

-Mi niña, no debes culparte así, lo que sucedió fue solo un accidente, no tienes que estar triste-

-Pero Ceres, debiste ver a Clef, estaba muy alterado y enojado, jamás lo había visto así, hice algo muy malo-

-Ese mago siempre te grita y te trata mal cuando tu solo quieres hacer compañía, no debió tratarte así cuando no fue tu culpa, no debes de sentirte así Marina, te hace mal-

-No puedo evitarlo Ceres, nunca ha sido mi intención hacer daño a nadie, pero Clef se veía tan enojado que no puedo evitar sentirme mal, debo compensárselo-

-Marina, no debes hacer nada así, no hiciste nada malo-

-Claro que lo hice Ceres… por eso Clef está molesto conmigo- Marina sintió de nuevo las lagrimas rodar por sus mejillas y se dispuso a limpiarlas cuando una idea cruzo por su mente por lo que se levanto rápidamente de la cama con una gran sonrisa –Ya se! Encontré la forma perfecta de pedirle disculpas a Clef, le horneare un pastel… el mismo pastel que le horneaba a mis padres… aquel que solo hacía para ellos, así vera que realmente lo siento y quizás sepa lo importante que él es para mí-

La chica ni siquiera espero a escuchar la respuesta de su genio sino que salió corriendo rápidamente hacia la cocina muy entusiasmada por preparar el dichoso pastel que le ofrecería al mago como símbolo de su arrepentimiento y señal de disculpa por arruinar sus pergaminos, aunque sentía una inmensa soledad, además de una profunda tristeza y dolor al recordar que tal platillo especial solo lo preparaba para sus padres cuando estos vivían. Mientras tanto en el comedor a la hora del desayuno, la mesa se encontraba en un silencio incomodo y tenso hasta que fue roto por la voz de la guerrera mágica del fuego.

-Acaso Marina no vendrá a desayunar tampoco?-

-Quizás este enferma, fue muy raro que estuviera dormida tan temprano, viste la hora que era cuando fuimos a verla anoche-

-No lo creo Anais, en la mañana que Presea, Mokona y yo estuvimos con ella no lucia indispuesta, quizás le sucede algo, me preocupa mucho realmente, por momentos veo a Marina bastante extraña-

-Ya basta Caldina! Acaso no podemos tener un desayuno en paz?-

-Lo siento mucho Guru Clef pero todos estamos preocupados por Marina, es raro que no venga ni a cenar ni a desayunar-

-No entiendo porque les sorprende, debe ser uno de sus tontos caprichos y actuaciones, Marina es solo una niña inmadura, a pesar de que su cuerpo a crecido sigue siendo la misma niñita caprichosa, egoísta y ególatra de siempre la cual solo piensa en ella misma y en nadie más, si no viene a desayunar es solo para llamar la atención y ser el centro de conversación-

Mi nuevo Cefiro 1Where stories live. Discover now