Valioso

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—Debería lanzarte al agua.

—¿Por qué? ¿Dije algo malo? 

—Vivimos en una sociedad llena de maldad, donde las personas juzgan a los demás por sus propios prejuicios. Vagan por la vida menospreciando y humillando al prójimo. A veces la gente no mide el daño que hacen con sus miradas, con sus hirientes palabras, con sus malas acciones, pero no creas en lo que esa gente descerebrada diga o piense de ti. Esa inseguridad se ha alimentado de la energía negativa de esas personas, si es que se les puede considerar así. No permitas que te hagan sentir poca cosa, te aseguro que vales más de lo que esa gente malvada te hace creer. Eres un hombre maravilloso en todo el sentido de la palabra. Quienes no sepan apreciar y valorar el gran ser humano que eres, créeme, son ellos quienes están perdiendo un gran tesoro, como lo es conocerte. 

—Hay muchos peces y aún no atrapamos ninguno. ¿Será que hice algo mal? — carraspeó, moviendo la caña de un lado para otro. 

¿Es que acaso se ha puesto nervioso? ¿Será que le dio pena o vergüenza lo que dije? No podré saberlo. 

El tiempo parecía estar en mi contra. Siento que la tarde transcurrió muy rápido. Me divierto mucho con su compañía. Aunque luego de aquel comentario descartamos ese tema, hubieron muchos otros que llamaron mi atención. Cada vez me cuenta más cosas sobre él. 

Cuando llegamos a su casa, luego de detenernos a comer algo por el camino, vi que había un auto estacionado al frente. El sujeto salió de su auto tan pronto nos vio llegar, en su expresión pude percibir molestia. Físicamente lucía como de unos cuarenta años, tal vez un poco más. Bayron no me quiso presentar a la persona, de hecho, se despidió de mí antes de bajarse, algo que nunca había hecho y me fue raro, pero no puedo obligarlo a hacer algo que no quiere. Sus razones tendrá. 


Bayron

Vi a mi hermano frente a la casa y no tuve de otra que despedirme de Abril. No quería que se encontrara con alguien tan indeseable. Me siguió hasta que se detuvo en el umbral de la puerta. 

—¿A qué viniste? 

—Tu madre me fastidia mucho con que te visite.

—No tienes que molestarte en venir si no quieres. 

—¿Quién es esa jovencita con la que viniste?  

—Es una amiga. 

—¿Amiga? ¿Y desde cuándo los ogros hacen amigas? — preguntó incrédulo—. Déjame adivinar, ¿esa joven es quien te lleva a pasear, te trae las medicinas y te ayuda a cambiarte los pañales? 

—Cierra la puerta con seguro tan pronto salgas. Gracias — caminé hacia el centro de la sala, cuando escuché que añadió algo más. 

—No has hecho nada más que preocupar a tu madre con tu distanciamiento y falta de comunicación. Estás bastante viejo ya para llamar tanto la atención. Te has convertido en una maldita carga más para ella. Asegúrate de que para la próxima que quieras llamar la atención, tómate el frasco entero y procura que nadie te encuentre a tiempo y al fin liberes a tu madre de tanto sufrimiento, con tener que cargar con un monstruo de hijo y un mendigo malagradecido. Llámala con más frecuencia, evitame el disgusto de verte y ahorrame el viaje — cerró la puerta sin decir nada más. 

Prometo Amarte [✓] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora