CAPÍTULO 1 - Búsqueda en la biblioteca

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-Pasillos de 1 al 32... ¡No está en ninguna parte la sección de monstruos marinos!- Exclamó Dux ya cansada de buscar.

-¡Shhhh!- La mandó a callar una pequeña hada desde la habitación de libros para hadas.

-Ay, una disculpa (...) señorita- Respondió Dux apenada pero en tono sarcástico y siguió su búsqueda al pasillo 33; "enserio que no se puede hablar aquí" pensó mientras pasaba su mirada por los libros.

Mientras Dux se adentraba por el pasillo 33 viendo las secciones no podía evitar reírse con la clasificación "hongos venenosos, hongos no venenosos, hongos mixtos, ¿Cómo organizan este lugar?", ensimismada en su búsqueda no notó que había alguien frente a ella y chocó.

Dux se tropezó con un pequeño enano el cual cayó de forma brusca hacia atrás, lucía ya adulto y un tanto amargado.

-Debería fijarse, señorita, esto no es una taberna o la plaza del pueblo para que camine tan despreocupadamente- mencionó el enano levantando su pequeño sombrero de suelo mientras sobaba su cabeza tras el golpe.

-Una disculpa, es que no encuentro la sección que estoy buscando, este lugar es enorme y yo-

-¿Qué sección buscas? ¿No ves el enorme mapa que hay en el segundo piso? Allí están señaladas todas las secciones de este lugar- La interrumpió el enano para tras esto irse con una mirada irritada.

-Oh, con que eso era, creí que era un mapa del pueblo- dijo en voz baja para sí misma.

Tras esto, la pirata corrió hacia las escaleras, pasando por el pasillo 44 junto al cual se detuvo un momento, este pasillo tenía cadenas y cintas que obstruían el paso, no tenía iluminación y expresaba un aura misteriosa e intrigante, podía verse al fondo una puerta con 7 candados, sin notarlo, Dux estaba acercándose de más a este pasillo, pero se detuvo en seco al recordar al elfo de la entrada.

-Por un demonio, ¡¿si no se puede entrar a un pasillo por qué rayos existe?! (...) voy a invitar al bibliotecario por una bebida algún día, necesito saber qué pasa por su extraña cabezota...- en ese momento, Dux prefirió alejarse y finalmente subir las escaleras junto al pasillo 50 para revisar el mapa de la biblioteca.

Al llegar a este observó de forma rápida los dibujos que mostraban la organización del lugar, "pasillo 64, segundo piso, vaya, debí ver esto desde antes, ya no me gané la cerveza de mantequilla que me prometí", Dux se dirigió rápidamente a este pasillo y comenzó a buscar la sección.

"¡Aquí está! a ver, krakens, leviatanes, makaras y (...)" -¡SIRENAS!- exclamó Dux emocionada tomando un libro de color verde llamado "Sirenas y tritones, guía informativa, por Howell", buscó con la mirada alguna mesa donde sentarse a leer pero al no encontrarla se sentó allí mismo en el suelo.

-Esto ayuda que no me pierda por si necesito otro libro, supongo- dijo Dux para sí misma en voz baja y se sumergió en la lectura al instante.

Tras algunas pocas horas terminó de leer el libro quedando con cierta insatisfacción, "Aquí no está lo que busco, debe haber algo más" pensó Dux dejando el libro a un lado y volviendo a revisar los estantes, tomó otros libros como "Sirenas, peligrosas o incomprendidas, por Morgana", "¿Dónde encontrar sirenas?, por Braulio" e "Historia de las sirenas, por Helena"; siguió leyendo por horas hasta que el sol se puso, los demás seres dejaban el lugar poco a poco mientras Dux continuaba su búsqueda en la lectura, parecía no tener éxito en esta.

-Señorita, le informo que el lugar está a punto de cerrar, para que pueda dirigirse a su hogar- dijo asomándose al pasillo el elfo bibliotecario de la entrada.

-Yo...- reaccionó Dux dejando el libro que tenía en las manos a un lado -usted (...) no sabrá de casualidad de algún lugar en el que pueda quedarme, verá, vengo sin compañía y no conozco a nadie, así que (...) - guardo silencio la pirata terminando de levantarse del suelo.

El elfo miró a Dux detenidamente -Sígueme- dijo éste.

El elfo guio a la pirata a la entrada de la biblioteca de nuevo, pero esta vez haciéndola pasar a la puerta pequeña que se encontraba junto al escritorio, al pasar se veía una especie de sala con una chimenea en medio y 4 puertas al rededor, una dirigía a la cocina de lo que parecía ser la casa del elfo, otra puerta daba al baño, la tercera puerta mostraba una habitación con decoraciones sobrias, ciertamente la recámara del elfo.

-Ven- dijo el elfo tomando unas llaves de su bolsillo y abriendo la cuarta puerta de la sala; la puerta se abrió con un rechinido, revelando una recámara sin mucha decoración, contaba solo con una cama sencilla, una silla con algunas mantas dobladas y una pequeña mesa con una vela totalmente intacta.

-Si lo encuentras adecuado, puedes usar esta recámara un poco tiempo, mientras buscas donde quedarte- dijo el elfo sin esbozar expresión alguna.

Dux estaba quieta frente a esta habitación, sin saber cómo reaccionar -¿Enserio puedo dormir aquí?- preguntó aún sin procesar lo que estaba pasando.

-Si enserio no tienes a donde ir, puedes usarla algunas noches, a cambio de un precio razonable, 10 monedas por cada noche que la uses y con ciertas restricciones de horarios para usar la coci- antes de que el elfo pudiera seguir fue interrumpido por Dux, quien se lanzó a abrazarlo.

-Muchas gracias, elfo- Dijo Dux aún abrazándolo.

-Me llamo Edwyrd- Respondió el elfo apartándose del abrazo -si me disculpas, yo debo descansar, hay mucho trabajo para hacer en la biblioteca día a día-

Edwyrd se dirigió a su recámara, cerrando la puerta tras él; Dux se dispuso a entrar a la pequeña habitación que el elfo le había prestado, cerrando también la puerta.

-Definitivamente lo voy a invitar por una bebida algún día- dijo Dux en voz baja.

Dux se quitó las botas y su pañoleta dejándolas junto a la cama, desdobló una de las mantas que habían en la silla y se acostó arropándose; miró por unos minutos al techo pensando en lo que había pasado el día anterior a su llegada, lagrimas comenzaron a salir por sus ojos.

Cierto ardor en su ciego ojo izquierdo hizo que llevara su mano a presionar la cicatriz que tenía en éste, "ya pasaron 2 años de que perdí el ojo, no debería doler" dijo la pirata en su mente.

Mantuvo presionada la cicatriz unos minutos más y con la otra mano agarró el colgante que traía puesto -Pronto volveremos a vernos, mamá, te lo prometo, estoy bien, no te preocupes- dijo al aire en voz baja y tras esto cayó dormida presionando el colgante contra su pecho.

Mantuvo presionada la cicatriz unos minutos más y con la otra mano agarró el colgante que traía puesto -Pronto volveremos a vernos, mamá, te lo prometo, estoy bien, no te preocupes- dijo al aire en voz baja y tras esto cayó dormida presionando el ...

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Dux Bogdánov, oportunidad de vida.Where stories live. Discover now