CAPÍTULO 3 - A bordo por accidente

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Una niña de cabello rubio corto amarrado y ojos verdes se encontraba caminando por un muelle, cansada de dos días de caminata y con frío, a la pequeña le rugía el estómago, estaba en verdad exhausta.

-Quiero una manta, quiero dormir, quiero a mamá- Dijo la pequeña mientras pocas lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.

Se escuchaban gritos en el pueblo al que se aproximaba, pero el estado físico de la niña no le permitió concentrarse en esto, al contrario, su mente ignoró todo lo que sucedía a su al rededor.

La pequeña de tan solo 10 años caminaba por las afueras de dicho pueblo, su objetivo era llegar al muelle, no le importaba el aparente caos que estaba sucediendo en el lugar, solo quería llegar y tal vez descansar.

Al llegar al muelle calló de rodillas en la madera del puerto, su vista de tornaba borrosa, y su pantalón y camisa sudorosos no la ayudaban a soportar la helada noche.

"Corre Dux, mi niña, procura llegar al pueblo más cercano y consigue que algún habitante te dé hospedaje un tiempo, iré por ti, lo juro, solo mantente a salvó" esas palabras resonaron en su cabeza, fue lo último que le mencionó su madre antes de mandarla a huir del bosque.

La pequeña, Dux, logró ver en el muelle unos cuartos barcos amarrados a éste, aunque uno se veía mucho más lúgubre que el resto, no prestó mucha atención a esto y solo notó unos cuantos barriles.

-¡Comida!- Exclamó Dux yendo a inspeccionar.

Dux devoró algunos panes que había en un barril y bebió una especie de agua, percibió que era de un color oscuro y poseía un olor y sabor inusuales, sin embargo, bebió para saciar su sed.

Al terminar, ya satisfecha, se comenzó a sentir un tanto mareada, vació un barril lleno en mantas arrojándolas por ahí, metiéndose cubierta con una en dicho barril, tener un lugar pequeño y cálido para descansar se le hacía reconfortante.

Aun escuchando los disturbios que sucedían en el pueblo al que recién llegó, cayó profundamente dormida dentro del barril, sosteniendo un collar no sin antes decir -Aquí estoy, mami, estoy bien-

Estaba comenzando la mañana, el sol no llegaba a su punto más alto aún, y un despejado cielo estaba acompañado de pocos cantos provenientes de algunos hombres.

Dentro de un oscuro barril reposaba Dux, se encontraba dormida hasta que algunos ruidos de pisadas movilizándose la despertaron.

-¿El suelo se mueve? ¿Dónde estoy? ¿Mamá está bien?- dijo en un tono muy bajo la pequeña aún adormecida.

En ese momento Dux abrió rápidamente sus ojos y recordó, se quedó dormida en un barril, necesitaba salir de allí y encontrar refugio, su madre vendría a por ella en cualquier momento.

La pequeña abrió rápidamente el barril asomando su cabeza, dispuesta a salir.

-¿Eh?- Dux estaba confundida -¡¿Dónde estoy?!- exclamó asustada.

Al parecer alguien había movido su barril, a su alrededor había más barriles ordenados y apilados unos sobre otros, parecía estar en una especie de área de suministros o almacenamiento.

Notó una especie de ventanilla en una de las paredes y corrió a ver a través de ella -Agua (...) ¿Por qué? (...) Ay no- dijo para sí misma, al parecer estaba en una especie de barco en medio del mar.

Antes de poder pensar otra cosa entró a la habitación un jovencito, de unos 12 años, de ojos verdes y cabello castaño con rulos -¿Quién eres tú, chico? ¿Eres un espía? ¡Le avisaré al capitán ahora mismo!-

Dux Bogdánov, oportunidad de vida.Where stories live. Discover now