• 4 •

4.6K 275 45
                                    

SETH

  Miro mis pies fijamente mientras espero. La comisaría, al igual que siempre, está llena de personas hablando por todas partes. Hay muchísimo ruido: teléfonos sonando, personas discutiendo, policías caminando de aquí para allá con papeleo. Me recordaba un poco a mi adolescencia: esperando en las estaciones cuando alguna familia de acogida nos sacaba a mi y a Oliver por ser problemáticos.

No me recuerda al mejor momento de mi vida, a decir verdad. Ese fue un momento muy complicado y problemático de mi vida y, por alguna razón, luego de eso nunca se volvió calmado. Siempre con problemas, cometiendo ilegalidades... creo que todo eso me llevó hasta donde estoy. El haberme metido en el boxeo, el haber aceptado que mi padre me infiltrara en la otra banda de esa forma por tantos años.

Era una cadena de malas decisiones, que me llevaban a este punto muerto en el que me encuentro: sin poder estar con la única persona que mi importa mas que nadie en este mundo. Y no poder estar con ella porque, cuando me acerco demasiado, la daño.

— Crawford.— oír mi apellido me sobresalta.

— ¿Si?— pregunto.

El Detective Rodriguez me mira preocupado, y yo me levanto de mi asiento.

— Te ves fatal.— me dice.

— Lo sé.— contesto molesto.— ¿Tienes algo para mi?

— No demasiado, sígueme.— contesta y camina hacia dentro de la estación.

Nos dirigimos hacia las oficinas, y nos metemos en la suya. Se sienta en su asiento y gira su laptop hacia mi. El video de aquella noche se reproduce en la pantalla, y me muestra un encapuchado entrando y saliendo del lugar.

— Es inteligente, sabe donde están las cámaras y las evita.— dice molesto.— Tengo mis mejores detectives en esto, pero me temo que estamos otra vez en un callejón sin salida.

Suspiro:— Mierda.

— Por el momento, sigue con tu vida normalmente, te llamaré cuando sepa algo.— dice volviendo a trabajar en su computadora.

— ¿Y eso es todo?— pregunto enojado.— ¿Vas a dejar a un loco suelto que no sabemos cuando querrá volver a matarnos?

— No es tan simple.

— Me has dicho que hacen lo mejor que pueden, ¿Pero que están haciendo exactamente?— pregunto enfadado.

Suspira:—  Escucha Seth, por el momento, lo único que puedo ofrecerte es protección policial para ti y tu novia, no más que eso.

—  Para Alana, si. Pero no necesita saberlo.—  digo asintiendo.

— ¿Y que hay de ti?—  pregunta preocupado.—  Si estas tan seguro que quiere hacerte daño a ti, ¿Como sabes que no vendrá por ti?

— Porque nunca lo ha hecho, siempre ha venido por las personas que amo. No entiendo porqué, ni tampoco que sabía Zac, pero hay algo aquí que no cuadra.— digo nervioso.— Es como si lo tuviese delante de la nariz todo el tiempo, y no supiera que está ahí.

El detective Rodriguez abre la boca, pero un policía aparece en su puerta. Alza una ceja y lo mira:—¿Qué?

— Hay un chico aquí que dice ser amigo de él.— dice algo incómodo.— Su nombre es Oliver.

Rodriguez asiente:— Sea quién sea que espera afuera un segundo.

EL otro policía asiente y se va de la puerta.

Dime Que Me Amas (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora