Capítulo 15

209 26 30
                                    


¡Feliz Navidad atrasada! Este es mi regalo para ustedes :3

Sólo un pequeño disclaimer, antes de comenzar: sé lo que pensarán al leer este capítulo... O al menos eso creo. Sólo tengo una cosa qué decir... A mí se me ocurrió primero XD

Dedicado a __sinhumor 💗💗

(...)

 Eres un monstruo, no lo olvides

Aprisa, Kayn fue sorteando las calles deslavadas de Zaun. Iba a paso rápido, casi trotando, como huyendo. De algo huía, en el fondo de su mente lo sabía.

Apenas había terminado su plática con Zed, había salido disparado hacia la alacena de la mercancía con la que todos trabajaban, tomó su parte y no reparó en despedirse de nadie. Buscó hallar consuelo de sus propios pensamientos incipientes en el aire contaminado del suburbio. Quizá en su paisaje fúnebre, o en su gente desconfiada. En sus vecinos que siempre que le veían pasar le dedicaban muecas de desprecio, repelús, miedo.

Sea lo que fuera, no consiguió paz sino hasta que llegó a su plaza, en un parque desatendido por las autoridades, al límite entre su distrito y Piltóver. Se sentó en una banca, a la esquina de todo, y excusándose por el estrés que sentía en sí, tomó deliberadamente un poco de su mercancía y fumó. Sólo el olor tostado de la hierba quemada consiguió darle un amago de desahogo, una vez más.

Inhaló. Luego exhaló en paz. Entonces el mundo parecía ir más lento y de pronto nada más importaba. Ni las voces de los demás, ni las preocupaciones.

Contestó mensajes de algunos clientes recurrentes, y observó sus alrededores con calma, en busca de avistar a alguien que requiriera lo que vendía. Mas no había nadie. Era una tarde tranquila, en un lugar callado.

El ruido de sus pensamientos, que antes parecía más bien una trifulca, ahora sonaba como el sonido que un avión hace al romper las nubes, en un vuelo calmo. La dirección de lo que pensaba iba de un lado al otro, de pronto una cosa le parecía interesante, de pronto ya no. Y lo que más pareció interesarle en el momento, fue el recuerdo de ese extraño encuentro que había tenido con Akali tan sólo unas horas antes, y más que nada, lo que había visto.

¿Qué había sido aquello? ¿Un efecto nuevo recién descubierto de su vicio más recurrente? Imposible, se dijo a sí mismo. La marihuana no tenía efectos alucinógenos.

¿Quizá un incentivo para enardecer el momento? ¡No! Tachó la idea de inmediato. ¿Por qué usaría a Zoe como una forma de calentarse a sí mismo? Eso era impensable, además de enfermo. Desde el inicio había tenido bien claro que Zoe no era el tipo de chica de la que él buscaría sacar provecho sexual. No con ese cuerpo de niña, y esa personalidad insidiosa.

Pero entonces... ¿por qué le había gustado? ¿Por qué esa imagen en su cabeza le había animado más, en su momento? ¿Por qué recordarlo le gustaba ahora...? Recordar ese cuerpo, esa expresión traviesa... Le hacía querer más. Querer ver más, tocar más... Tocar en realidad...

—No, no, no, ¡basta! —Se reprendió a sí mismo de inmediato. Cruzó los brazos como quien se cierra a todo, se encogió en su posición y frenó el viaje de sus pensamientos—. Qué asco, Zoe no, con Zoe no...

Habitualmente, no frenaría ese tipo de imaginaciones, pero esa en específico... hería su ego. Le hacía sentirse raro. «Eres tú quien quiere follársela primero, ¿ah?», resonaron las palabras de Zed. Una, dos, tres veces; le asediaron en bucle. Una de sus piernas empezó a moverse con nerviosismo, impaciencia. No podía dejarle tener razón, eso no era cierto. Zoe no era más que una niña molesta, para él. Alguien que no podía ver como más que una amiga.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 26, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lóbrego Endulzante || KaynXZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora