Capítulo 13

856 53 71
                                    

En estos momentos no tengo mi computadora para hacer una dedicación de forma decente, pero quiero que sepan que este capítulo va para AquarioNoCamus 💕

¡Gracias por el apoyo a ti y a todos, los tkm!

¡Gracias por el apoyo a ti y a todos, los tkm!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El Baile de los Buscacorazones

Gritos, saltos de aquí para allá y prolongadas exclamaciones de incredulidad. En eso había consistido la reacción de Zoe tras enterarse de la afirmativa de Kayn.

Ni siquiera la obviedad del hecho de que no había cumplido con su «promesa» había servido para fastidiar la emoción que aquella respuesta supuso. ¡Vamos! Que el emo antipático, enemigo jurado de las reuniones pobladas, le había dicho que sí a una invitación a un baile. Era impensable, y la tuvo eufórica tarde y noche.

... Por lo menos hasta que volvió a verlo al día siguiente, durante un receso:

-Sí, voy a ir, pero no vamos a bailar. De hecho, quiero permanecer lo más lejos posible de los demás.

Y su alegría se fue por el caño; había sido demasiado bueno para ser verdad.

-Pero, Kayn... es un baile -obvió ella, totalmente atónita tras las condiciones del chico-. ¿Cuál es el punto de ir a un baile si no vas a bailar?

-¿Sabes bailar? -le interrogó, cruzándose de brazos contra una de las paredes de ladrillos del patio trasero. Su mirada férrea e inflexible sobre ella.

-P-pues no, pero...

-Genial, yo tampoco -zanjó con una sonrisa cínica-. No pienso hacer el ridículo, suficiente tengo con ir contigo. ¡No, es más! Suficiente tengo con ir.

-Ow, ¡por favor, Kayn! ¡Al menos una cancioncita! -Zoe comenzó a forzar los ojos llorosos.

-No.

-¡Anda! Una cortita, chiquitita... -hizo aparecer su rostro de cachorro recién castigado, su último recurso.

-Que no. -Kayn rodó los ojos-. No me vas a convencer con tu cara ridícula así que para.

Y tras esa última negación del chico y el timbre de final del receso, a la pobre no le quedó más que resignarse con un creciente sabor a fracaso naciéndole en el pecho. Realmente no era como que pudiera pedir demasiado de él.

Luego, los días avanzaron. Teniendo el tiempo en contra, la chica poco pudo hacer esa semana y media antes del evento sino buscar frenéticamente un vestido adecuado y pasear de un lado al otro dentro de su cabeza las mismas dos preguntas: «¿Puedo gustarle a Kayn?», «¿me gusta Kayn?», mientras continuaba conviviendo con el mismo chico que las provocaba como si nada pasara.

Lóbrego Endulzante || KaynXZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora