Saudade (Parte 3)

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LEAN LA NOTA, POR FAVOR.

Hola gente, Buenas Noches. Aquí en México casi son las cuatro de la mañana, no pensé que terminaría este One Shot a esta hora, pero lo hice y es que me llegó la inspiración y tenía que tomarla. Me  siento como un escritor con su trilogía, no es fácil dejar ir a mi bebé, siento que le di un final decente y tenemos mucho Mikannie en este One Shot, me encargué de que la dos tuvieran sus momentos.

Otra cosa, es bastante largo, aprox; 12400 palabras sin contar la nota, como siempre no está editado y quizás puede que haya cambios de tiempo pues me llevo casi un mes completarlo.

Dejaré una de las rolitas en multimedia que me inspiró para escribir.

Sin más disfrúten y gracias por leer chic@s.

(..)

Renaciendo atraves de los recuerdos de su mente, ventilado en su memoria el momento en donde se dejó caer en los brazos de su padre y las luces parpadearon en su vista gris, inocente y calida, encontrando a su madre tomando una taza de té en la sala principal esperando por ellos para la cena, donde el mal no se mencionaba de ninguna manera, la inocencia de una niña de ocho años jugando a qué podía volar a qué sería invencible sin dudarlo, cada latido en su corazón equivale a los latidos que sus padres le permitieron tener cuándo creció en el vientre de su madre. Una niña que solo soñaba con un mundo mejor pero se sumergió en la pesadillas de su vida, en la realidad que tanto se negó a aceptar.

Entonces solo tomo con su manita derecha la mano de su madre y con la izquierda la de su padre, caminando como una familia que buscaba una vida mejor y se detuvieron encima de un encantilado divertidos, bromeando y luego su seriedad lleno el ambientes, el mundo se vio ante sus ojos en diferente colores que una Mikasa Ackerman niña intentaban aprender de memoria, la briza golpeó tan fuerte su rostro que apretó la mano de su madre y se dirigió a su padre.

—¿Este es el paraíso?— Su padre la miro con una mirada cariñosa.

—¿Por qué piensas eso?— Su madre le Cuestiono mirando al Horizonte.

—Estoy aquí con ustedes...— Mikasa se dejó caer en el césped, arrancando la hierba del suelo.— Si no es el paraíso, es el mundo ¿Y quién controla el mundo? ¿Algún día podré tocar el cielo?

Sus padres se acomodaron a su lado, uno alado de otro en una promesa de acompañarla aunque no pudiera verlos, fugaces tocaron su cabello que se movía con el viento.

—Algún día tocarás el cielo.— Su padre le Susurro con cariño.— Y otras veces tocarás el infierno.

—Pero cuando se trata de saber quién controla al mundo, eso está en tus manos.— Su madre se acercó más ella y tocó justo donde estaba su corazón.— Puedes ser la creadora de tu propio mundo o dejar que el mundo te controle, pero mientras conserves la bondad, los valores con los que te criamos, no importa cuánto sufras, vivirás para cambiar ese sufrimiento.

—¿Y estarán para verlo?— La pequeña Mikasa pregunto al Horizonte.

Sus padres la abrazaron con fuerza.

—Siempre.

Era una promesa, era un legado que se cumpliría sin importar que tan mala sea la situación, pues lo único que la sostenía a tierra era ese derecho que ella misma se dio a querer salvar el mundo, o quizás solo evitar que las muertes en Reaccoon City sean olvidadas o borradas de la historia del mundo repitiéndose de tal manera que no pudieran detenerse.

Eso fue lo que sus padres querían enseñarle ese día, encima de la montaña para ver al mundo, ver lo que podía ser y en lo que se podía convertir y luego la promesa de quedarse se guardería en su corazón manteniéndola con vía, cuidando de ella y besando su frente si tenía miedo.

One-Shot's (Mikannie).حيث تعيش القصص. اكتشف الآن