Capitulo 18

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Un cachorro de pastor alemán nacido también en la Aldea pasaba de casa en casa, nada se adaptaba a él y cada que no veían avance lo expulsaban, tanto fue que solo pidió dos espadas Beramara simples y cortas. Y se puso a entrenar por su cuenta, al fin y al cabo se cómo se siente pues ese cachorro era yo.

Toda mi vida sufrí el rechazo de todos por no poder aprender un estilo predilecto, era suficientemente valiente para no necesitar una casa, comía por mi cuenta con lo que me ganaba haciendo trabajos fuera de la Aldea y viviendo solo, básicamente pude irme de la Aldea pero se enteraron que alguien que estaba tomando un camino diferente les iba a servir, ellos me daban trabajos de asesinato, mensajería o espionaje y con eso vivía mejor, tuve una casa en la familia Beramara y entre como el único perro en una postura que se llamaba Fantasma.

Entrene con la información que me dieron y perfeccione lo mas que pude todos mis movimientos, a pesar de todo Fantasma no tenia movimientos fijos sino que tenia la liberad para hacer cosas, el detalle es que era más un estilo que una postura, con eso en mente me volví muy ágil para ser un perro, aprovechaba mis habilidades batas, mi olfato y mi velocidad. Básicamente me volví el mejor espía y asesino, pero a pesar de todo.

—¡¿Por qué nadie se preocupa por mí?!

Era mi voz resonando en mi cabeza, cada vez que me justifique abandonar esto, hacer lo que sea con tal de escapar y poder estar con alguien que me comprendiera, todos esos momentos reaparecieron, me desahogaba en mis enemigos, en ellos veía a los ancianos, a los maestros a todos aquellos que me apreciaron. Todas mis misiones siempre me liberaba, hasta esa última.

La señora Beramara me pidió ir a buscar a su hijo, me dio una foto de él lo más actual posible y una dirección, no me fue difícil encontrarlo y más cuando me dio una prenda de él para guardar su olor. Lo encontré haciendo compras, no había escuchado mucho, pero lo poco lo pintaban como un espadachín fuerte, no como un oso promedio.

Verduras, carnes, pescados, y demás. Lo recordé y en mi mente lo insultaba, hasta que lo vi moverse, compré unos dulces porque me sentía débil, y al salir solo empeoraron pero no mancharía algo por lo que me esforcé. Pero ese oso al verlo tratar de escapar de mi, pude sentir su poder. Entro en una tienda de chocolates, obvio tenía prohibido la entrada era un perro, pero el si y al hacerlo me miró.

Sentí un montón de golpes y mordidas, era el hijo de Haker y no podía hacerle frente, simplemente lo seguí hasta su casa, una panadería y entre clientes me escabullí hasta una gran sala, era su casa también. Sin pensarlo me escondí en lo que parecía ser su habitación y esperé.

Me detectó y luego de eso me curó, me atendió, me felicitó. Se preocupó por alguien que lo quería secuestrar. Su determinación era fuerte, y su corazón era igual de grande que él, me duplicaba en fuerza. Me cobijo con su pelaje. Y me sentí mejor, acepto venir pero espero una semana mientras yo descansaba y mejoraba.

Por eso no lleve al límite mi cuerpo, entrenaba para mejorar lo que ya sabía, no sería suficiente pero él me mostró que solo vale tener convicción en lo que haces sin importar nada. Era mi momento de regresarle el favor.

Un líquido espeso creo copias de los maestros, y solo me defendí de ellos, no me importo nada. Los usaba de práctica hasta que me aburrí.

—Postura fantasma. Corte espectral.

Lo que parecía ser un corte fallido fue un ataque en la espalda a todos, no podían verme, ni velocidad era altísima para que sintieran mi presencia hasta que uno por uno cayeron volviéndose un charco que me dejó salir de ese lugar. Veo que Kofu había salido y Yonesaki también, pero él no superó su prueba.

Nos gritaba por su maestra fallecida, pero era obvio que no estaba siendo él, los magos ya habían sido controlados por los dragones y Kofu, pero Pang era el problema.

—Dejen de golpearla. ¡Malditos traidores!

No dejaba de gritar y venir a atacarnos a los 4. Su padre seguía luchando con Pang, pero necesitaba ayuda. Tomo el hombro de Kofu llegando a su lado sin problemas y desvió el ataque.

—Sí. Te traicionamos, porque Pang nos lo ordenó. No necesita sangre débil, como la tuya.

Luego de decir eso veo como sus músculos se relajan, su cara parecía sorprendida y asustada.

—Pang nos ordenó matarla. Nos divertíamos con sus órdenes golpeando tu punto débil, eres débil por ella Yonesaki.

Sus espadas caen, los demás aprovechan para ayudar a Haker, los dragones lo curan y ayudan a levantarlo. Mientras vemos al tigre cansado, ya le costaba regenerar sus heridas.

—Creen. ¿Que con una bestia y labia pueden derrotarme? Soy Pang Feralclaw, el mago espadachín más fuerte del planeta.

Comienza a reír, sus ojos se vuelven negros y su pelaje se comienza a volver rojizo, como si fuera sangre de verdad. Crea una esfera de sangre y la lanza, esperábamos un golpe fuerte pero no llego nada. Abro los ojos y veo a un oso sostener dos espadas regresando el ataque.

—Gracias por recordarme a qué vine Kyle.

Voltea a verme y me da una sonrisa, nos ayuda a levantarnos a todos mientras el tigre volvía. Su hermano llega con su madre, mi maestra. Éramos todos en contra de un gran enemigo.

—Chicos. Es hora de usarlo —Yone nos ve con una sonrisa cómplice. Todos sonreímos de esa forma y juntamos nuestras manos.--, por la gloria de aquellos que dieron su poder al mundo espiritual defendiendo al mundo. Bendición del Tengu.

Kofu, Yone y yo nos clavamos las espadas, caemos muertos. Lo último que pude ver fue a Yane, Comando y Max ser poseídos por algo.

Senti mi cuerpo caer en un abismo pero subir también, flotaba en un espacio negro hasta que abro los ojos y vuelvo a despertar en ese lugar, me levanto del suelo y siento el poder. Lo que hablamos con ese Tengu, funcionó.

—Postura Fantasma. Forma Fantasma.

Un cuerpo ligero es la clave de la velocidad, y mi cuerpo ya no tenía peso, podía correr tan rápido que nadie se daba cuenta. Solo veían una estela de mi, Kofu tenía en sus espadas una energía arcoíris por cada uno de sus espíritus. Logro controlarlos a todos, Yonesaki entro en un estado como el de su padre pero más allá de eso seguía normal. Yanesaki tenía dos espadas pero parecía estar hecha has de luz Blanca y luz negra. No se notaban de metal, y el gran Haker estaba completamente transformado en una bestia.

Los dragones no los veía, quizás no resultó tan bien el trato que hicieron, pero un montón de cadenas en llamas nos hizo a todos elevar la mirada.

—Nada mejor que ver a los Hermanos Dragón. Cadenas del inframundo —Gritaron los dos al mismo tiempo.

—¡Es ahora o nunca!

Un grito de batalla, un sonido metálico y luego, la guerra se desató.

Exilio de la flor de CerezoWhere stories live. Discover now