33. No volveré a provocarte ni tú a mí

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Ambos nos giramos al ver a Blanca justo en la entrada, observándonos con cara de circunstancia

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Ambos nos giramos al ver a Blanca justo en la entrada, observándonos con cara de circunstancia. Ella vio cómo estábamos: Will sobre mí con una mano en mi pecho y yo roja de excitación. Sin mediar palabra, Will fue alejándose, lo suficiente para que yo pudiera hablar sin dosificar el aire. Mi cuerpo notaba la fuerza de la gravedad de Júpiter multiplicada por cinco.

Intenté buscar las palabras que explicasen cómo habíamos acabado así. Sin embargo, mi hermana me distrajo. Llevaba puesto un gorro de orejas de gato, bandana de ninja, chaqueta de cuadros verdes y negros sobre una camisa blanca con las bolas de dragón y una mochila de Pikachu. Esa ropa... Esa expresión de asombro al vernos entrar en casa... cuando debía estar en la cama...

—¿Has ido al salón manga? —dije incrédula, viendo como ocultaba las bolsas que la delataban detrás de la espalda.

—No, fui a catequesis —murmuró con la boca pequeña—. Estaba escuchando la palabra del señor y... —Su voz empezó a apagarse poco a poco—. Si no me vas a creer, paro ya. Ni he saludado a Willy.

Blanca agitó una mano y Will esbozó una amplia sonrisa, pero la alegría no llegó a sus ojos. Considero que nadie en la habitación se sentía del todo cómodo.

—Estabas castigada —le reclamé—. ¿Fingiste todo esto del empacho?

—Al principio no, pero luego me encontré mejor y como Gloria iba con Erik a una reunión del grupo de madres, Papá estaba de guardia y tú tenías la clase de ballet... Súmale que prometí hacer un unboxing de funkos que he comprado. ¿Tú me entiendes?

—Sí, pero quien no te va a entender es papá cuando se lo cuente.

—¿Vas a delatarme? —dijo abriendo los ojos y la boca.

—El año pasado le arrancaste un mechón a una chica por una camiseta y tuve que salvarte —le recordé—. Estoy harta.

—Yo podría decir que estabas con cierta persona en el sofá dándote arrumacos. —Blanca rodó los ojos hasta Will, quien enarcó una ceja como un mero espectador.

Lo que me faltaba por ver: chantaje de mi hermana pequeña. Nuestro papá nunca fue demasiado estricto salvo con temas como el alcohol, las drogas y el anime. No obstante, creo que a pocos padres les gustaría saber que una hija estaba a solas con un chico y Blanca lo pintó con tintes románticos. Eso era la guerra. Me puse en pie para ganar algo de altura y reclamar respeto, pero Will fue más rápido.

—Tengo una pregunta para ambas. ¿Quién haría enojar más a vuestro padre? —preguntó y desarrolló la idea—. ¿Arrancarle un mechón a una chica o saber que te escapaste de cada?

Will apoyó un codo en el respaldo del sofá y la mano en su cara, observando como Blanca se hacía pequeña cuando le lanzó una mirada fría que la dejó quieta en el lugar.

—Yo solo... —Empezó a decir ella.

—Seguro que tiraría a la basura esa camiseta tan bonita. —Sonrió con malicia—. Yo la quemaría delante de ti.

Hecha de Estrellas (TERMINADA, editando borrador)Where stories live. Discover now