"Colmillos"✧◝◜✧-☆Mikey x Takemichi <ᵖᵃᵘˢᵃᵈᵃ>

*｡*ﾟ+-☆Capítulo 4

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Sus párpados pesaban, no podía abrir lo ojos, por un momento pensó que estaba ciego al ver todo a su alrededor oscuro. Era de noche y lo cercioró al abrir completamente los ojos, estaba en una habitación muy bonita, muebles lustrados y barnizados, el lugar tenia un aura acogedora y la ventana de cristal a su derecha le daba la poca luz de la luna siendo tapada por las cortinas negras.

Pensó que estaba muerto.

No lo estaba, ¿que había pasado?
Se suponía que ya debería de estarlo. De pronto la imagen de aquel enorme lobo rubio le invadieron la mente, inmediatamente se sonrojo a más no poder. ¿Acaso ellos lo dejaron vivir?

Si era así, estaba agradecido, pero confundido, él ya estaba resignado, quería morir ya no le quedaba nada.

Otra vez su cuerpo comenzaba a acalorarse, ¿que demonios le pasaba? Esa pregunta y mas se hacía desde que empezó con su supuesta "enfermedad" el sonrojo en su cara nunca se fue y la filtración de el liquido en su zona anal tampoco lo hizo, el lugar donde reposaba su trasero estaba totalmente mojado al igual que sus muslos y sentía como ese lugar palpitaba en desesperación por que algo se adentrara.

Comenzó a sudar descontrolado y no podía aguantar las ganas que tenia por hundir algo en su trasero. Su miembro se encontraba erecto que con un simple roce lo hacia gemir de placer, necesidad y dolor.

No se podía controlar.

Estaba tan asustado por lo que le  pasaba, pero en esos momentos no pensaba con cordura. Con su mano derecha acaricio su muslo sintiendo una corriente eléctrica atravesar pos su cuerpo, acaricio una y otra vez hasta tantear el borde de la única prenda que llevaba tocando ligeramente su miembro, lo paso sin apuro, como si no importara y comenzó deslizando con su mano su propio abdomen hasta llegar a uno de sus pezones que ya se encontraban endurecidos, tocó, pellizco, y frotó sintiendo como su cuerpo reaccionaba a sus toques inexpertos.

Sin embargo quería más. Abrió sus piernas haciendo salir una gran cantidad de liquido que se encontraba dentro de si y esparciéndose en la cobija que cubría el colchón, por inercia bajo su mano hasta rosar con su propio punto estremeciéndose al contacto, el lugar palpitaba de emoción  y desesperación que el mismo sentía. Con lentitud introducido su dedo medio, chillo de placer moviendo lentamente su dígito, segundo dedo que entraba en él y sentía que no era suficiente, tercero se adentro y de inmediato se comenzó a embestir rudamente. Su mano izquierda no perdió tiempo y comenzó a pasearse por todo su cuerpo, lamió sus dedos y frotó sus pezones lentamente muy aparte de las desesperadas embestidas que se daba. Su miembro estaba desesperado por atención pero por alguna razón no tanto como la otra zona. Bajo su mano de nuevo y de inmediato toco su miembro endurecido, comenzó un vaivén lento sintiendo como estaba apunto de suceder algo que nunca había experimentado, que se podía esperar apenas había cumplido 116 años  y su padre nunca pudo tener una platica normal con él que no se basaran en gritos e insultos.

No sabia siquiera que estaba haciendo solo seguía las instrucciones que su instinto le daba, una voz en su cabeza resonaba pidiendo que hiciera cada tanto de cosas, eran indicaciones que le daba para que se sintiera bien complaciéndose a si mismo.

Un poco mas profundo a la izquierda fue donde sus dedos se movieron y no pudo evitar soltar un grito desesperado de placer y sorpresa. Comenzó dando mas fuerte sacando fuerza que no sabia que poseía, a ese punto casi toda sus dedos estaba en su interior a excepción de el pulgar, quería algo mas grande y que lo complaciera más. De pronto de nuevo la imagen de aquel licántropo enorme volvió a cruzarse en su mente haciéndolo excitarse aún más, pensar en que lugares tocaría de su cuerpo, como lo follaría salvaje mente haciéndolo gritar, y como lo besaría.

De nuevo estaba fuera de control que no supo si lo que sentía era placer o seguía dormido soñando, algo tenia ese lobo que lo hacía enloquecer. Sus jadeos y gemidos se fueron haciendo mas fuertes pareciendo casi gritos, la excitación y auto placer lo hacían perder la razón que no se dio cuenta cuando alguien entro a la habitación.
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Emma se había despertado asustada de el cuarto de enfrente, había escuchado la voz de alguien y se alarmó al pensar que algo malo le había sucedido a el cachorro, salio de la habitación de su hermano que ahora era suya temporalmente y se acercó a la puerta de el invitado dispuesta a abrirla, mas se detuvo al escuchar gemidos de el otro lado, un chapoteo ruidoso y sollozos, supo lo que pasaba. Bajo hacia la primera planta y de inmediato puso a hervir agua con algunas hierbas medicinales, un té muy recomendable para el celo de un licántropo Alfa, pero supuso que también en estos casos.