24 ⌗ Gracias ೃ࿔

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—Debemos volver

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—Debemos volver.

Jungkook alzó su carita, la cual aún reposaba sobre el pecho de Namjoon, y negó con algo de desespero. —A-aún no termino de recoger las flores.

—Debes secarte, Kook, no puedes estar tanto tiempo mojado, además que esas flores no son más importantes que tú.

—Pero... —Jungkook se veía sumamente angustiado, y aquello llamó la atención de Namjoon.

—¿Sucede algo? —preguntó suave—. Si quieres recogemos lo que queda de las flores después, pero ahora debemos volver para que te cambies la ropa. Estás temblando del frío.

Jungkook bajó la mirada. —Es que no quiero que hyung me vea así... —susurró, y Namjoon lo miró curioso—, si hyung me ve así entonces se preocupará y no querrá acampar... y yo nunca he acampado.

Namjoon entendió de inmediato la angustia del niño, y supo que tendría razón. Seokjin se volvería loco si se entera lo que había sucedido con Jungkook. Suspiró, pensando en las opciones que tenía para poder ayudar al niño, aunque todas se deshacían con rapidez; Seokjin estaba en la cocina, los vería de inmediato al entrar.

Solo debía encontrar la forma en que pudiera entrar a la cabaña sin que los descubrieran. Una idea rápida vino a su cabeza, y miro a Jungkook como si hubiese descubierto la cura a todos sus males. El niño era suficiente pequeño para llevar a cabo su plan.

—Kook, creo que lo tengo.

『 🐰 』

Treinta y seis es un número que, relativamente, puede ser mucho o puede ser poco.

Pero treinta y seis pastelillos sobre el mesón de la cocina ya eran demasiados tomando en cuenta que solo eran para tener algo que picar en una acampada de dos jóvenes y dos niños.

—Estos son, hyung —dijo Taehyung, mirando los últimos doce que había sacado del horno.

Seokjin infló su pecho de orgullo, mirando también los pequeños postres. —Los hice yo.

—¡Ahora hay que decorarlos! —el niño sonrió dulcemente, como si horas atrás no hubiese criticado todos y cada unos de sus pastelillos como si se tratase de Gordon Ramsay*. Seokjin suspiró aliviado de poder complacer a su más duro cliente, y comenzó a buscar los materiales para preparar la crema pastelera—. Aprendimos mucho con Sana noona, así que nos quedarán muy lindos, Seokjinnie hyung.

Seokjin asintió, dejando un corto beso sobre la mejilla del niño. La alegría de Taehyung valía todo el esfuerzo empleado.

La puerta de la cabaña fue abierta, y ambos, —Taehyung y Seokjin— miraron en aquella dirección, aunque el mayor frunció el ceño al ver a Namjoon caminar de espaldas hacia él y abrazando su torso con algo de nerviosismo. Ladeó su cabeza. —¿Qué sucede contigo?

𝗖𝗘𝗟𝗢𝗦𝗢 KOOKIE ៚ 𝗧𝗔𝗘KOOK & 𝗡𝗔𝗠JINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora