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Volver a tener a Rowan en la casa era difícil. La tensión entre ellos dos era tan notoria que hasta podía agarrar un cuchillo y cortarlo. Aubrey, quien solía comer en su casa, era la única razón por la cual la tensión no empeoraba.

Rowan y su mejor amiga siempre se llevaron bien. No importaba si Rowan se ausentó por mucho tiempo, Aubrey parecía entablar de forma natural una conversación con el Alfa mayor. Los dos tenían varias cosas en común, pero la principal razón por la cual se llevaban tan bien era porque ambos amaban el dinero, por más raro y chistoso que sonara.

No le molestaba del todo que Aubrey se llevara bien con su hermano. La Alfa se veía cómoda con la presencia del mayor en la casa. Aunque Aubrey no lo dijera en voz alta, Basil estaba consciente que la chica veía como un hermano mayor a Rowan. No obstante, eso no significaba que el Beta conversaría y adoraría a su hermano mayor como cuando eran niños; ese Basil ya estaba muerto, y nada lo reviviría.

Estaba consciente que Rowan quería hablarle, lo podía notar en la cara del adulto y todas las miradas que sentía en su nuca cada vez cuando se encontraban solos en el pasillo de la casa. Basil era terco como una mula, obvio no le dejaría la situación fácil. Cada vez cuando Rowan mostraba indicios de hablar, Basil siempre se iba del lugar y se encerraba en su cuarto hasta que el Alfa pareciera rendirse; la voluntad del mayor era débil cuando estaba fuera del trabajo.

En esta ocasión, la tensión se sentía peor. No había rastro de Aubrey, quien decidió ir a cenar con la familia de su novia; y eso significaba que Rowan y él quedarían solos para la cena.

El silencio era tortuoso. Sólo se escuchaba el sonido de los cubiertos metálicos chocar contra los platos de porcelana. Basil estaba a una nada de pararse e irse a su habitación sin importar que dejaría solo a su hermano mayor. El hambre cada vez se iba y sentía que iba a vomitar en cualquier momento debido a la tensión; su estómago siempre fue algo frágil, pero esto era ridículo.

—Persimmon. —Ahí estaba ese nombre otra vez. Odiaba su segundo nombre con toda su alma. Le recordaba demasiado a Narkissa.

—Basil —corrigió con una voz fría—. Me llamo Basil, Courgette. No soy Persimmon, ni Percy. Es Basil para ti.

Dos podían jugar ese juego. Sabía que a su hermano tampoco le gustaba su segundo nombre justo como a él no le gustaba el suyo. La única diferencia era que Rowan creía que su nombre era ridículo en lugar de que fuera algo personal como sucedía con Basil.

—Claro. Es Basil. —Soltó un suspiro—. ¿Podemos hablar?

—No.

No tenía para nada de ganas de hablar con el mayor, y mucho menos en la hora de la comida. El simple intercambio de palabras fue suficiente como para quitarle el poco apetito que tenía. Sentía un nudo en el estómago y sus sentimientos estaban al borde de salir a pesar de que intentaba verse lo más calmado posible.

—Basil, por favor. —Ahora estaba suplicando. Basil cada vez se sentía más molesto—. Sabes que no me puedes evitar para siempre.

—Claro que puedo. —Dejó sus cubiertos en la mesa prestando toda su atención al Alfa enfrente suyo—. Tú me evitaste por casi toda mi vida, ¿por qué no puedo hacer yo lo mismo?

Silencio. Un silencio total que Basil no podía tolerar. Si el ambiente había estado peor desde el principio, con esa  frase pequeña pero muy mortal, fue suficiente para que el ambiente se fuera en picada.

Todo el tema en general era un nervio muy sensible. Si se mencionaba la ausencia de Rowan, también se mencionaba el nombre de esa mujer la cual detestaba con cada fibra de su ser. Sabía que Rowan no tenía problemas en hablar sobre Narkissa, y también por eso repudiaba hablar con el Alfa.

☀️𝑰𝒕 𝒂𝒍𝒍 𝒔𝒕𝒂𝒓𝒆𝒅 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝑴𝒆𝒘𝒐🌻 || 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 Where stories live. Discover now