Capítulo 1

666 50 6
                                    

Pov Omnisciente

Donde una hermosa pelirroja de 29 años gruñía por unos cuantos minutos más bajo la suavidad de su cómoda cama se vio en la obligación de levantarse, aunque se viera más joven a causa de su inmortalidad hace unos cuantos años no dejaba atrás su mal humor por las mañanas pero varios gritos de dos pequeños que llamaban a su puerta la hicieron despertar de soplón dando larga a su cara adormilada y despeinado cabello solo por ver la sonrisa de dos hermosos niños; uno rubio con cabello alargado hasta la mitad de su nuca y un castaño pelo lizo con ciertas ondas que caían en su rostro con un pequeño puchero en sus labios, sin duda le recordaba a alguien de su adolescencia, ellos le daban los buenos días.

—¡Buenos días, mamá!—Exclamaron eufóricos los dos pequeños abrazándose en la pierna de la mayor con alegría.

Con una sonrisa ladina, la pelirroja retrocede un paso tomando entre sus brazos a los dos chiquillos que cada mañana la despertaban y aunque odiaba el turno mañanero desde hace unos años se acostumbró solo por ver la cara de sus dos persona favorita y los hombrecillos de su corazón, desde que los vio a los ojos sabía que haría cualquier cosa por ver una sonrisa en ellos.

—Buenos días mis pequeños lobos—sin dejar de sonreír la pelirroja llev[o a los pequeños a su cama con cada uno en sus brazos si bien sabemos luego de completar su transición a trihibrida su fuerza era descomunal.

Pasando la mitad de la mañana en su habitación viendo unas cuantas caricaturas de Disney, las favoritas de los pequeños lobos como los llamaba la pelirroja recordando como su padre le decía de niña, decidieron bajar al comedor a desayunar.

Aún en pijama los tres bajaron encontrándose así a los demás integrante de su familia, Los Mikaelson

"Buenos días, Lobitos" su tía Freya junto a su tía Keelin le dan los buenos días a sus pequeños hijos. Luego de sujetarlos con mucho adoración y picar sus rosados mofletes se fijan en ella "Buenos días, lobita" ella sonríe y se deja querer cuando le proporcionan un cálido y maternal abrazo.

—Buenos días, Tía Freya y Tía Keelin—dice luego de apartarse del abrazo.

Ambas mujeres apartan su mirada cuando un fuerte ruido o mejor dicho escandaloso grito se hace presente en el comedor de la casa. La pelirroja rueda los ojos con un sonrisa en su labios sabiendo de quién provenía ese grito.

—¡Buenos días, Familia!—Kol Mikaelson era el dueño de dicho clamor. Cuando las mujeres Mikaelson y los pequeños lobitos fijan su mirada en él dejan soltar una risa y rodar los ojos con su típica sonrisa Mikaelson adornada en su rostro—¡Oh, vamos! Estaban muy emocionado de verme otra vez.

Luego de reírnos una vez más, Kol se acerca junto a Davina Claire su esposa quien solo miraba la interacción con gracia. 

—Hola, lobita—dice dándole un fuerte abrazo a la bajita pelirroja que tenía como sobrina, la joven Mikaelson y su tío no se veían desde hace unos meses, por los constantes viajes que hacía el mayor sus visitas eran realmente cortas para no decir que escasas por ello su abrazo se prolongó más de lo debido.

—Y bien, dónde están los chiquillos que no dejan dormir a la lobita más pequeña—pregunta inquisitivo meneando su cabeza de lados hasta hallar a dos pequeños niños sentados en la mesa esperando los deliciosos panqueques que hacía su tía Keelin, el rubio lo veía con mirada desafiante y el castaño tímido con adorable puchero en su labios. 

—Lobitos... No vendrán a darle un abrazo a su tío Kol—habla su madre.

El pequeño rubio se baja de su silla y ayuda a su castaño hermano a bajar, ambos luego de estar en tierra firme como decía su primo Mateo cuando jugaban a los piratas, se toman de su manitos acercándose a su tío-abuelo.

Litterest Werewolf: Mikaelson Family → HosieWhere stories live. Discover now